El "Titanic" emerge en el Ifevi

En la exposición "Titanic. The Exhibition", estrenada ayer y que podrá contemplarse hasta mediados de enero en el Ifevi, un simple trozo de carbón alcanza la categoría de objeto de culto. Y la razón estriba en que pertenece a la caldera número 1 del "barco de los sueños", en la cual 86 fogoneros sacrificaron su vida para no dejar sin luz a los pasajeros que trataban de llegar, desesperadamente, a los escasos botes salvavidas del buque.

De éste y otros relatos, ampliamente documentados, se nutre la muestra que ayer se estrenó en el ala norte del Ifevi. La alcaldesa Corina Porro, el director general de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, y el comisario de la exposición, Jesús Ferreiro, la inauguraron a ritmo de vértigo y como si de una botadura se tratara: rompiendo la tradicional botella de champán.

Entre las curiosidades más sobresalientes que ofrece la muestra, además de la mayor maqueta jamás construida del trasatlántico -abierta por un costado para poder disfrutar de su interior-, figuran el catalejo del primer oficial William Murdoch; una hamaca de cubierta recuperada 17 días después del hundimiento; vajillas y cristalerías de 1ª Clase; una reproducción de la gran escalinata principal, pintada con detalles en oro de 24 kilates; el anillo de una crucerista sueca que pereció abrazada a su marido; réplicas a tamaño real, según los planos, de camarotes y suites del buque; lámparas y objetos originales de todo tipo; una maqueta del pecio hundido, tal como la halló Robert Ballard; el listado de todos los fallecidos -incluidos los diez españoles que viajaban a bordo-; detalles de las calderas y la sala del telegrafista; y, como no podía faltar en una exposición moderna, toda una sala para la compra de recuerdos de la exhibición.

Los organizadores calculan una afluencia hasta el mes de enero de 150.000 personas y recomiendan un mínimo de dos horas para disfrutar de la exposición en todo su esplendor.