Un enlace decisivo para el desarrollo de la ciudad

El camino de Beiramar, que arranca en el cruce de la calle Soler, ha sido un elemento decisivo en el desarrollo vigués, pues no sólo proporcionó nuevas superficies ganadas al mar, sino que rompió el aislamiento que existía entre las fábricas y astilleros de la zona de Bouzas- Coia y el puerto pesquero.

Hasta la construcción de esa carretera, el tráfico portuario se efectuaba por la llamada carretera de Camposancos, hoy avenida de la Florida, y el ramal a Bouzas. A pie se podía ir bordeando, pero con la marea baja.

Con el nuevo vial se destruyeron varias playas

La urbanización del Camino de Beiramar supuso la desaparición de la playa de Coia, que llegaba hasta la Curva de San Gregorio y las de San Francisco y Peñas. Donde actualmente está la gasolinera de Beiramar había una playa y en verano se instalaba una plaza de toros portátil.

Los vigueses llegaban hasta la playa de Coia a través de ese camino, pero no podía pasar con la marea alta.

En la esquina de Beiramar con la calle Coruña, haciendo esquina con Jacinto Benavente, estaba el aserradero y almacén de maderas de Candeira y Esténs, con muelle propio y detrás en un solar que fue utilizado por los circos hasta hace sólo unos años, estaba el campo del Sporting, en el que también se celebraron algunos partidos internacionales.

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