El largo camino hacia la integración

Son muchos los obstáculos a los que han de enfrentarse los familiares de un afectado por síndrome de Down. A las evidentes dificultades de su escolarización y aprendizaje se suma la incertidumbre de su inserción en el mercado laboral. "Les atendemos desde bebés y siempre hemos apoyado su integración escolar", dice el presidente de Down Vigo. "La relación con los demás cuando están estudiando siempre es difícil y muchos acaban en centros ocupacionales, pero sus familiares deben saber que ellos pueden desarrollar una vida adulta totalmente normal, y ejercer un trabajo de cara al público. La esperanza de vida para ellos, que antes rondaba los 35 años, se ha duplicado".

Los responsables de la asociación has visto pasar por sus instalaciones multitud de historias. "Obviamente les cuesta aprender y son plenamente conscientes de su situación", relata la responsable del programa de empleo, "pero hemos tenido experiencias fantásticas, chicos que antes apenas se relacionaban con los demás y que ahora forman parte de la plantilla de una empresa".

El centro se encuentra preparando el proyecto "Escuela de vida", una red de pisos para que estas personas puedan vivir de forma independiente o compartiendo piso. "Las experiencias llevadas a cabo hasta el momento han sido positivas", relata Eva Alonso, "los que están trabajando entablan relaciones con personas sin discapacidad dentro de la empresa, asisten a cenas de trabajo o de Navidad, e incluso salen a divertirse alguna noche, y ante todo aprenden a creer en sí mismos".

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