Retrato de mapa electoral

P. L. / VIGO

Hace apenas un año, el elegante Edificio de Sesiones de la Autoridad Portuaria, rehabilitado por el arquitecto César Portela, hubiera estado plagado de dirigentes del Partido Popular. Pero la victoria de Zapatero en las elecciones generales y la coalición de PSOE y BNG al frente de la Xunta mudaron el guión, y el socialismo era mayoría en la toma de posesión de Abel Caballero.

Del estrado de autoridades a la última fila, los socialistas pasaron por alto por un día el debate interno que gira alrededor de Vigo para arropar a Abel Caballero, que intervino acompañado de buena parte de su familia, con su sobrino Gonzalo Caballero en el papel de nuevo edil.

El grupo municipal estuvo prácticamente al completo. Y el diputado Antón Louro; el coordinador provincial, Modesto Pose; el subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, y el parlamentario autonómico Abel Losada. Por supuesto, también estaba el secretario local, Manel Gallego, además de todos los socialistas que poblaron la fila de autoridades.

En ausencia de la alcaldesa, que se disculpó por una cita en Madrid, representó al gobierno local su primer teniente de alcalde, José Manuel Figueroa, acompañado del concejal Antonio Coello. A ellos y al presidente saliente, Julio Pedrosa -citado en todos los discursos- se reducía la presencia popular. Y la del BNG, a su portavoz municipal, Xabier Toba, único representante nacionalista en un acto en el que no se pronunció una sola palabra en gallego.

El óleo político en que se convirtió el acto se completó con una amplia representación de usuarios del puerto, sindicatos y representantes de una viguesa con la que Caballero prometió colaborar.

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