Los vecinos de Alcabre han expresado su malestar por la paralización de las obras de reforma de la antigua rectoral de Alcabre para sede social y consideran que el informe de Costas no obliga a reducir la superficie prevista en el proyecto inicial y sólo a la ampliaciones contempladas para la segunda fase.

Recientemente desde el Concello se manifestó que las obras de acondicionamiento de la antigua casa rectoral se reanudarían de manera inmediata después de que fueran paralizadas por Costas debido al aumento de volumen respecto a la edificación original. La suspensión obligó a rehacer el proyecto manteniendo la estructura original del inmueble, situado en la zona de deslinde marítimo- terrestre, pero eliminando una de las plantas, quedando reducido a sótano, planta baja y aprovechamiento bajo cubierta.

Los vecinos insisten en que en el informe del servicio de Usos do Litoral sólo se señala que "aunque no forma parte del contenido del proyecto presentado, en él se prevé la construcción de un nuevo volumen conectado con el edificio existente, lo que sólo sería posible si se acreditara la condición de suelo urbano previo a la entrada en vigor de la ley de Costas".

Abandono de la obra

En una reciente asamblea, los vecinos denunciaron también que no sólo se han paralizado las obras para rehacer a la baja el proyecto, sino que la empresa que se encargó de la reforma ha abandonado la zona de obra retirando incluso las vallas, por lo que ahora mismo hay una situación de paralización total que muy posiblemente obligaría a reiniciar todo el procedimiento.

La reforma

La reforma inicialmente prevista se iba a desarrollar en dos fases. La primera por un importe ligeramente superior a los 530.000 euros contemplaba el vaciado de la antigua rectoral y el acondicionamiento para usos vecinales de dos plantas bajas (semisótano y baja) una primera y otra bajo cubierta.

En la memoria se opta por concentrar los usos relacionados con cursos y actividades en la edificación existente, distribuyéndolos por los espacios en las tres plantas de la edificación.

En la segunda fase, de 600,000 euros, se preveía una nueva edificación para auditorio y cafetería.

Los vecinos aseguran que "hay una mano negra que está impidiendo desde hace años a Alcabre disfrutar de una local vecinal en condiciones".