Pasillos reconvertidos en improvisadas habitaciones, mientras una parte del hospital permanece cerrado durante los meses de julio y agosto como medida de "gestión eficaz". Esa era la imagen que ofrecía el hospital del Meixoeiro la tarde del pasado miércoles. La gran demanda asistencial registrada esa jornada en el servicio de Urgencias dejaba en evidencia a los responsables de la sanidad pública gallega. Personal y usuarios del centro denuncian una situación que se repite durante las vacaciones de verano.

Hasta quince camas llegaron a contabilizarse en los pasillos del área de Urgencias del Meixoeiro en la tarde del miércoles. A estos pacientes se les negaba una mínima intimidad a pesar de que el hospital disponía en esos momentos de muchas habitaciones vacías. En concreto, 68 camas situadas en las denominadas segundas alas de los pisos 5º y 6º.

Como viene siendo habitual, este centro hospitalario deja fuera de servicio este número de camas durante el verano, aunque, como ocurrió el miércoles, se necesiten en otros servicios sanitarios. Estas decisiones -cuestionadas por usuarios, profesionales, sindicatos y partidos políticos- se justifican desde el Servicio Galego de Saúde (Sergas) con la imposibilidad de sustituir al personal especializado que se va de vacaciones, con que disminuye la demanda y para que se puedan realizar trabajos de conservación y mejora en las dependencias.

"El menor uso de camas en los meses de verano es una medida de gestión eficiente aceptada en cualquier sistema de salud moderno", señalaban desde el Sergas el pasado mayo.

Sin embargo, la situación originada esta semana en el Meixoeiro ha provocado el resurgir de voces críticas que consideran ilógicas estas medidas en una comunidad autónoma que alcanza en la Sanidad unas listas de espera de tres meses.

"En teoría se cerraban para adecentar las habitaciones, pero ahora ya no se hace nada y simplemente las cierran", denunciaba ayer una trabajadora del Meixoeiro, para quien esta situación sólo obedece a criterios de reducción de costes económicos: no se cubren los puestos que deja vacante el personal que está de vacaciones durante el verano.

La medida comienza a aplicarse desde el 15 de julio hasta el 15 de septiembre y cada treinta días se cambian las dos alas del hospital que permanecen clausuradas mientras el personal allí destinado disfruta de las vacaciones de verano. Estas restricciones pasan desapercibidas para los usuarios del centro sanitario, según comentaban ayer trabajadores del mismo, a pesar de que en circunstancias como la del miércoles pasado repercutan en la calidad de la atención.

Las autoridades insisten en que la atención sanitaria "está totalmente garantizada, puesto que esta medida de gestión, que es la programación de los meses de verano en nuestros hospitales, el Sergas la hace basándose en informes de ocupación y distribución de recursos valorados".