Vecinos y comerciantes del barrio histórico de la ciudad volvieron a denunciar ayer las consecuencias del abandono en el que se encuentra el Casco Vello. A las deficiencias que presenta el entorno, reiteradamente denunciadas, se suma el aumento de los mendigos.

Según la Asociación de Hosteleros y Comerciantes Vigo Vello, cerca de una veintena de indigentes se ha asentado en la zona, número que ha crecido este verano debido a su expulsión de otras áreas comerciales viguesas.

"La presión de determinados colectivos de comerciantes de otros lugares de la ciudad hace que la policía desplace a los vagabundos de unos sitios a otros, con lo que acaban en el Casco Vello", critica Ángel Méndez, gerente del colectivo. "Esta es la única zona de Vigo con barra libre para los mendigos. Como está muy abandonada se le presupone marginalidad y no se hace nada", se queja el portavoz.

Tanto los vecinos como los pequeños empresarios manifiestan su malestar ante la falta de vigilancia del barrio: "A diferencia de otros lugares de la ciudad, aquí no hay policía. Sólo vienen cuando les llamamos, pasan por aquí en la moto y se van".

Los comerciantes insisten en que además de un problema de cara a los turistas, "como los que llegaron [ayer] en el Queen Mary 2 y vieron mendigos por todas partes", los indigentes están causando problemas en diversos establecimientos. Dos locales próximos a la Colegiata sufrieron el acoso de varios vagabundos que "se resistían a abandonar los comercios porque los propietarios no les daban algo de dinero", comentó Méndez.

Los vecinos están molestos porque cada vez que salen de sus casas se encuentran con "vagabundos borrachos, durmiendo en el suelo, haciendo sus necesidades en plena calle o merodeando por la zona. La gente se siente acosada", exclamó el gerente de Vigo Vello.

Ángel Méndez dijo no conocer solución para el problema, pero solicitó al Concello que erradique la mendicidad en la zona. Aseguró también que estaban "hartos de grandes proyectos, como el del Consorcio, y que se olviden del día a día, de la vigilancia y del abandono".

Estado crónico

Además de los indigentes, tanto la asociación vecinal como la de comerciantes del Casco Vello denunciaron el lamentable estado del barrio. La falta de limpieza y de contenedores suficientes para recoger residuos, el alarmante aumento de la población de gatos que dispara el problema de parásitos -ya existente en la zona-, o el aumento de los vertidos en solares abandonados "están causando riesgos sanitarios evidentes para los vecinos", se lamentan.