La Autopista del Atlántico (AP-9), en el tramo entre Vigo y Pontevedra, se encuentra este mes de agosto colapsada de vehículos en ambos sentidos, como lo demuestran las interminables colas que a cualquier hora del día se forman en el peaje de Vilaboa. Las retenciones, cercanas en momentos puntuales al kilómetro y a lo largo de varias hileras de vehículos, provocan el malestar de los conductores que "pagan por un servicio que no se nos presta".

El peaje de Vilaboa recibe un gran tránsito de vehículos, por su ubicación entre las ciudades de Vigo y Pontevedra. Esta afluencia se incrementa todavía más durante los meses de verano, debido a la elevada presencia de turistas que desde distintas ciudades gallegas se dirigen al sur de la comunidad autónoma, y también de aquellos que viajan al norte de Portugal.

La saturación del tráfico en el tramo de la autopista entre Pontevedra y Vigo es un hecho a lo largo de todo el año, como han venido denunciando los colectivos sociales y partidos políticos de ambas ciudades que exigen la gratuidad del mismo y la construcción de un nuevo vial.

"No ocurre en el País Vasco"

En los meses de verano estas retenciones se agudizan y sorprenden a la mayoría de conductores foráneos, procedentes de otros puntos de España y Europa. "En esta autopista hay bastante tráfico, sobre todo en los peajes, lo que no ocurre en el País Vasco", explica una pareja de Bilbao.

La Autopista del Atlántico es un vía muy transitada, y las colas son frecuentes en sus diferentes peajes, pero el de Vilaboa, por su situación, es uno de los que se ven más afectados.

Otra pareja de turistas atrapada en la cola de vehículos lamenta las retenciones que se producen en la AP-9. "La verdad es que hemos visto casi todos los días retenciones, accidentes, de todo. En donde vivimos no hay esto. En esta autopista hay más retenciones que en otras. Camino a Santiago está más libre".

No sólo los turistas lamentan estos atascos, sino que son muchas las personas que diariamente pasan por esta situación. Los usuarios habituales de este tramo coinciden en que se soportan "demasiadas colas". Para algunos, el problema no sólo se reduce a las retenciones en el peaje, sino que existen otros inconvenientes. "Hay otras deficiencias, como las del firme y la forma de señalización", explican tres vecinos de Marín que iban ayer hacia Vigo.

A cualquier hora

A las 11 de la mañana, la cola de vehículos en el peaje de Vilaboa comenzaba en el adoquinado, extendiéndose por tanto a lo largo de cerca de 200 metros. A la una de la tarde, los coches llegaban a la señal que marca 1.000 metros para la salida de Redondela, alcanzándose por momentos retenciones de unos 800 metros.

En caso de accidente grave los atascos son kilométricos como ocurrió el pasado martes al colisionar dos camiones, teniendo que desviarse el tráfico que iba hacia Porriño al casco urbano de Vigo con el consiguiente caos circulatorio.

Las deficiencias en la AP-9 no se quedan ahí y como denunció este periódico en su día, Audasa optó durante meses por apagar el alumbrado en el puente de Rande con el propósito de ahorrar. Tuvo que ser Fomento, ante el peligro que suponía para el automovilista, quien obligase a la empresa, una de las más rentables del sector a nivel estatal, a encender las luces en horario nocturno.

También las cabinas de O Morrazo registran estos días colas, aunque los usuarios lo achacan a la reducción de peajistas en un intento de Audasa por fomentar el peaje dinámico.