Fuentes judiciales indicaron que Pellicano, de 64 años, fue declarado culpable en un juicio que quedó pendiente de la pena el pasado mayo y en el que el investigador se enfrentó a 77 cargos por escuchas ilegales, fraude y robo de identidad.

El detective, que actuó como su propio abogado defensor, llegó a tener en sus 20 años de carrera una lista de clientes que incluía nombres como el cantante Michael Jackson, y los actores Tom Cruise o Elizabeth Taylor, aunque sus intimidades no llegaron a revelarse durante el juicio.

Entre las víctimas del investigador se encontraba Silvester Stallone, a quien Pellicano intervino el teléfono y que mostró su disposición a declarar, aunque finalmente no fue llamado como testigo.

Las pesquisas de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) sobre las actividades de este detective comenzaron en 2002 y se prolongaron durante tres años.

Los agentes concluyeron que Pellicano, en colaboración con un ex agente de policía y un empleado de una compañía telefónica, trabajaba al margen de la ley para obtener informaciones que sus clientes pudieran utilizar en su defensa ante casos de divorcio, disputas de negocios, e incluso violaciones y asesinatos.

La justicia federal no presentó evidencias de que los famosos que contrataron los servicios de Pellicano tuviesen constancia de los métodos empleados por el detective privado, salvo en un caso.

El director estadounidense John McTiernan fue condenado a cuatro meses de prisión por mentir a los agentes, al declarar que ignoraba el proceder de Pellicano.

En 2007, McTiernan, conocido por películas de acción tan populares como "Die Hard" o "Predator", quedó en libertad vigilada por dos años y tuvo que pagar una multa de 100.000 dólares (74.827 euros), tras confesar que cometió perjurio cuando afirmó desconocer que el detective grabó conversaciones del productor Charles Roven.

Según los fiscales, McTiernan pagó 50.000 dólares (37.413 euros) a Pellicano por intervenir el teléfono de Roven, con quien trabajó en el filme "Rollerball" (2002).