El suceso ocurrió el pasado mes de abril, cuando el cantante que se hizo famoso en los 80 con el grupo Culture Club y el tema "Do you really want to hurt me?" contrató a Audun Carlsen, un modelo noruego de 29 años que de vez en cuando ofrecía sus servicios en un portal de "acompañantes" para hombres homosexuales y bisexuales.

Un tribunal de Londres celebró hoy y ayer, lunes, una vista para escuchar la versión de Carlsen, según la cual el 27 de abril se citó con Boy George (cuyo nombre verdadero es George O'Dowd), con quien ya había mantenido relaciones sexuales cuatro meses antes.

En la segunda cita pactaron un posado fotográfico de contenido erótico y todo parecía marchar bien, afirmó Carlsen, hasta que, después de consumir cocaína juntos, Boy George (46 años) le dijo que salía para comprar leche y cigarrillos, y volvió con otro hombre.

"En cuanto los vi entrar, se me echaron encima. Me sujetaron y me pegaron. No me podía mover", dijo Carlsen, quien aseguró que el cantante "también me sujetaba, me abofeteaba y me daba puñetazos".

Según los representantes legales del supuesto agredido, Boy George se había enfadado con Carlsen en su primera cita porque se había metido en su ordenador personal, tras lo cual le envió una serie de correos electrónicos recriminatorios y agresivos.

No obstante, días después le envió un nuevo mensaje en el que le decía: "Me haría muy feliz verte desnudo lo antes posible".

Cuando volvieron a quedar, el ambiente fue desagradable desde el principio y se tornó violento cuando Boy George y su acompañante le zarandearon, le arrastraron por el suelo y le encadenaron con unas esposas de un gancho que salía de la pared junto a la cama.

El segundo hombre, sobre quien no se dieron detalles, sacó entonces una caja de plástico que contenía cadenas, juguetes sexuales y correas de cuero, mientras ambos le insultaban y le decían: "Ahora te vas a llevar lo que te mereces".

Carlsen explicó que consiguió arrancar el gancho de la pared haciendo palanca con las propias esposas y que salió corriendo de la casa, vestido únicamente con su ropa interior y perseguido por Boy George, que le amenazaba con una cadena metálica.

La pesadilla, según el representante legal de Carlsen, Heather Norton, terminó poco después de las siete de la mañana.

Carlsen reconoció hoy ante el tribunal que ha vendido la historia a una revista de su país por unos 6.600 euros y que lo hizo porque "estaba demasiado asustado" para seguir en el Reino Unido.