Las extensiones de la modelo, que acudió a la capital alemana a presentar la nueva fragancia de la que es imagen "Velvet Hour", quedaron tiradas sobre la alfombra roja del establecimiento y fueron recogidas, a modo de 'souvenir' por el fotógrafo John Farr.

El diario documenta paso a paso el "tambaleante tour" de la modelo por la noche berlinesa, en la que acudió a una cena de postín en el local "Watergate", donde sólo comió "un espárrago y un poco de codillo".

La modelo, que bailó hasta la 1.30 de la mañana en el club, hubo de ser acompañada a la salida por dos guardaespaldas y, en su trayecto hasta la limusina, cayeron al suelo sus extensiones.

Entre las extravagancias de Moss, el diario apunta a que rechazó el hotel donde la había alojado la organización y exigió que se la trasladara al exclusivo hotel Adlon, junto a la céntrica Puerta de Brandeburgo.