La cantante británica, de 24 años, que aparecía con el pelo revuelto tras una noche de juerga, fue acompañada hasta la puerta de un bar llamado "Made in Brasil", en el popular barrio londinense de Camden, por los responsables de la seguridad del local.

Amy Winehouse no es la única con problemas en la familia ya que su marido, Blake Fielder-Civil, de 25, compareció hoy ante un tribunal acusado de lesiones al dueño de un pub y de intentar obstaculizar la acción de la justicia.

Winehouse, de cuyo segundo álbum, "Back to Black", se llevan vendidos ocho millones de ejemplares, ha sido incluida en el décimo lugar de la lista de Jóvenes Millonarios de la Música que se publica este domingo en "The Sunday Times".

Los titulares negativos sobre su desordenada vida privada, en lugar de perjudicarla, parecen ayudar a la cantante a vender más discos