En una entrevista que publicará la revista "Vogue" en su número de mayo, de la que el diario "The Washington Post" avanza extractos, Jenna adelanta algunos detalles de lo que promete ser la boda del año en el mundo político de Estados Unidos.

El vestido, de uno de los diseñadores favoritos de Laura Bush, es de organdí bordado y lleva una pequeña cola, según describe la hija del presidente, de 26 años.

Pero por deseo del novio, Henry Hager, no se distribuirán fotos ni dibujos del diseño antes de la boda. Un "gran tradicionalista" confeso, no quiere ver el vestido de ninguna manera hasta que la novia no esté de camino al altar.

La hermana gemela de la novia, Barbara, será la dama de honor y estará acompañada de catorce amigas "asistentes" que se vestirán con un diseño de gasa en verde, azul, amarillo y lavanda de la diseñadora Lela Rose.

Más de 200 amigos y familiares están invitados a la ceremonia, que se pretende que tenga un aire informal y se celebrará en el rancho de los Bush en Crawford (Texas).

Dado el calor que hace ya en mayo en esas latitudes, la ceremonia no comenzará hasta las 19.30 horas, a la que seguirá una cena y un baile.

Acerca de la decisión de celebrar el enlace en el rancho, Jenna explica que "yo me crié en Texas y me pareció que era como debía hacerse".

"A Henry y a mí nos importa mucho estar al aire libre. Queríamos algo natural y discreto", avanza la hija del presidente, que revela que en un momento dado la pareja pensó en casarse en la Casa Blanca pero finalmente descartaron la idea.

"No va realmente conmigo. Tiene glamour, ya lo sé, pero Henry y yo somos mucho menos 'glamourosos' que la Casa Blanca", opina Jenna.