Poblado desde hace miles de años-la primera presencia del ser humano se sitúa ya en el Paleolítico- las tierras de Boborás tuvieron en la Edad Media su máximo esplendor

Este municipio ourensano esconde tesoros. Cada una de sus catorce parroquias guarda en la calma y tras el paso del tiempo numeroso patrimonio y enclaves de ensueño para perderse y encontrarse con uno mismo. Bañado por tres importantes ríos, el Arenteiro, el Avia y el Viñao, posee tierras fértiles y sus gentes son entrañables. Desde el Ribeiro del Avia donde el cultivo de la vid ha sido durante tiempo el motor económico de la zona sur, el norte amparado por el Paraño (900 metros de altitud) se dedicó más a la ganadería…

Prehistoria. Neolítico: En el año 6.000 a.C., agricultores y ganaderos comenzaron a construir sus tumbas funerarias, hoy conocidas como “mámoas”. Más de medio centenar se reparten por el territorio siendo las de más relevancia las de Coto Molín (Brués), A Besada (Feás) y Xendive entre otras. Edad del Hierro: Del periodo entre los siglos IX a.C. y el I.d. C. quedaron como vestigios los castros. Los más destacados son el de Meimón (Vilachá), Xurenzás, Moldes, Albarellos y el de Cameixa, que próximamente será excavada una pequeña parcela que allá por los años 40 fue objeto de exploración por parte de Xocas y Florentino Cuevillas.

Explotaciones auríferas. Los romanos no fueron ajenos a la riqueza de las tierras de Boborás. De hecho excavaron en busca del oro en las minas de la parroquia de Brués, que hoy se puede visitar a través de un sendero.

Esplendor en la Edad Media. El asentamiento en el municipio de Ordenes Religiosas y Militares como la del Santo Sepulcro, la de San Juán de Jerusalén y monásticas permitieron que hoy disfrutemos de un elevado patrimonio y monumentos histórico-artísticos. Puentes medievales como el de Brués, Ponterriza, Castro Cabadoso o Pazos de Arenteiro entre otros. Mención aparte la merecen fortalezas como la Terras do Orcellón (Brués) y Castro Cabadoso (Moldes) que aún conservan restos que nos muestran lo que pudieron ser en su máximo esplendor. El románico se puede ver en los edificios religiosos, así iglesias como Cameixa, Astureses, Moldes, Xuvencos y Pazos de Arenteiro merecen ser visitadas al igual que otras de construcción más tardía como Albarellos, Brués, Laxas, Xendive y Xurenzás de increible belleza.

Tierra de Pazos. Más de una docena de casas solariegas salpican el municipio. Pazos de Arenteiro, declarado conjunto histórico artístico en 1973, es su máxima representación, con un total de siete.

Aguas termales. El municipio cuenta con dos manantiales de aguas mineromedicinales, la de Brués con propiedades curativas para la piel y el sistema digestivo y también las de Ponterriza.

Tradición, deporte y cultura. La Festa das Mudacións y su danza blanca, de la que quedan pocas muestras en Galicia, es una celebración destacada en Boborás, al igual que la fiesta en honor a San Bartolomé y la Virxe da Saleta. El municipio ourensano acoge además dos eventos importantes todos los años, el Cross que ya alcanzan su XVI edición y el Campeonato Gallego de Mushing Sprint Tierra. Por otra parte, cada mes de junio desde 1985 se celebra en Moldes la entrega del premio literario Antón Losada Diéguez, en memoria del destacado intelectual.