Galerías históricas

El pequeño pesquero gallego que zarpó a la lucha contra los bidones radiactivos en el Atlántico

En 1981, el «Xurelo» se embarcó en la primera acción ecologista directa de nuestra historia al denunciar los vertidos de basura nuclear a 700 kilómetros de la costa

Un pequeño pesquero de madera se embarcó en 1981 en una aventurada expedición protesta que agitó la marea ecologista por Galicia y Europa.

El partido político Esquerda Galega acudió a Greenpeace, que lideraba las protestas contra los vertidos nucleares en el océano, para fletar una expedición a la Fosa Atlántica con el fin de denunciar el atentado ecológico que allí, a 700 km de la costa gallega, se estaba perpetrando. 

Entre 1967 y 1983, ocho países europeos vertieron hasta 142.000 toneladas de basura nuclear a 4.000 metros de profundidad, según datos de la Sociedade Galega de Historia Natural.

La formación nacionalista lanzó un llamamiento a los concellos costeros para enrolarse en la expedición junto al «Sirius» de la organización ecologista, cuyo objetivo era impedir que un buque holandés arrojase a las profundidades oceánicas cientos de bidones radiactivos.

Solo un pesquero zarpó a la aventura: el «Xurelo», de Ribeira. Sin ni siquiera atisbarlo en el horizonte, este pequeño barco de madera acabaría protagonizando la primera acción directa de la historia del ecologismo gallego.

El 14 de septiembre de 1981, partió en solitario hacia la Fosa Atlántica, pues una avería apeó al «Sirius» de la travesía.  

Guiado por más afán que medios, con una tripulación ajena a los embates del mar pero con la fortuna como aliada, el pesquero de Ribeira llegó hasta el punto donde dos buques holandeses, custodiados por una fragata, arrojaban basura radiactiva al fondo oceánico. Poco más pudo hacer que colocarse entre ambos navíos, activar las sirenas y arrojar flores al mar. Pero la tripulación fotografió lo que allí estaba ocurriendo, y esas imágenes fueron un gran golpe de mar directo a la conciencia de la sociedad europea

El pequeño gallego que zarpó a la lucha contra los bidones radiactivos en el Atlántico

El «Sirius» de Greenpeace y el «Xurelo», rumbo a la Fosa Atlántica para protestar contra los vertidos nucleares. / M.M.

Segunda expedición

La flota contra los vertidos radiactivos aumentó al año siguiente. En 1982 se unieron otros dos barcos, el «Pleamar», desde Vigo, y el «Arosa I». Esta vez el «Sirius» lideró la protesta. 

Varios miembros de esta segunda expedición fueron invitados por Greenpeace a subirse a las dos zódiac con las que trataban de impedir que un buque holandés arrojase bidones nucleares. Estas lanchas se colocaban bajo las grúas para evitar las descargas a la vez que sorteaban los chorros de agua a alta presión dirigidos desde el carguero. 

Pese a las dificultades, algunos ecologistas lograron subir al buque e inutilizar una de las grúas. Pero en una maniobra se rozó la tragedia: un grupo de bidones impactó contra una de las lanchas, que salió despedida. A raíz del peligroso incidente, tanto el navío holandés como Greenpeace pusieron fin a su misión y regresaron a puerto.   

Las protestas gallegas contra la contaminación de la Fosa Atlántica dieron la vuelta al mundo. Además, en tierra, un grupo de miembros de Esquerda Galega hicieron un tour por Europa denunciando los vertidos nucleares. 

Las aventuradas expediciones del «Xurelo», el «Pleamar» y el «Arosa I» fueron clave para que se aprobase una moratoria de los vertidos nucleares que, desde febrero de 1983, prohibió arrojar al mar basura radiactiva.

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