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Las «celestinas» del sueño de cambiar de casa… y de país

Actúan como puente entre los extranjeros que quieren mudarse y los profesionales locales

Caroline Harris: «Este año tres clientes compraron online vivienda sin haberla visto, por videollamada»

Británicos ya venden propiedades en el sur de España: «El calor es insoportable»

Caroline Harris, junto con sus compañeras de proyecto, Annika Daseking, Estefania Guindos y Lucie Prokopova.

Caroline Harris, junto con sus compañeras de proyecto, Annika Daseking, Estefania Guindos y Lucie Prokopova. / FdV

Elena Ocampo

Elena Ocampo

«Llegan de Estados Unidos, de Reino Unido, Holanda… Son familias y nómadas digitales con ganas de empezar de nuevo», explica Caroline Harris, que dirige «Galicia Green Spain Property and Relocation». Tras ese nombre se esconde una consultoría de reubicación con sede en Galicia que actúa como puente entre los extranjeros que sueñan con empezar una nueva vida y los profesionales locales que facilitan ese proceso.

Su equipo —formado por Annika Daseking, Estefanía Guindos Rua y Lucie Prokopova, repartidas por Galicia entre Oia y Viveiro— acompaña a cada comprador en todo el recorrido: desde la búsqueda del hogar ideal hasta los trámites legales, la residencia o la integración en la comunidad. Son las «celestinas» del sueño de cambio de residencia… y de país.

La filosofía de Harris es ayudar a quienes buscan en Galicia una vida más tranquila, sostenible y auténtica. «Algunos venden su casa y traen entre 200.000 euros y un millón para invertir aquí. Buscan tranquilidad, naturaleza y el mar cercano. Les acompañamos en todo, desde el visado hasta encontrar la vivienda que hará que su nueva vida sea cómoda y segura».

Conversamos con Caroline Harris, fundadora de «Galicia Green Spain Property and Relocation».

Caroline Harris

Caroline Harris / fdv

–¿A qué se dedica exactamente Galicia Green Spain Property and Relocation?

Nosotros tenemos una empresa que ayuda a extranjeros a hacer todos los procesos para poder mudarse aquí. Muchos vienen con visados y los ayudamos desde el visado hasta alquilar, la compra-venta y, si hace falta, empadronarse o gestionar la residencia. Hacemos lo que se llama relocation, o sea, todo el proceso de relocalización.

–¿Sería una inmobiliaria?

No exactamente. No somos real estate puro, pero sí colaboramos con inmobiliarias. Tenemos muchos clientes que necesitan guía, porque muchos no hablan castellano y no entienden los procesos de compra-venta ni los contratos. Les explicamos cómo funciona el sistema en España, para que tengan más confianza.

–¿Qué tipo de relación establecen con sus clientes?

Nuestros clientes no son de llamar y ya está. Es una relación que cultivamos durante uno o dos años, hasta que finalmente vienen aquí. La mayoría compra para mudarse, y algunos lo hacen pensando en su jubilación.

–¿Son más bien compradores de primera o segunda residencia?

Casi todos compran su primera vivienda aquí. Creo que, en todo el tiempo que llevamos, solo uno lo ha hecho como segunda residencia.

–¿De dónde proceden principalmente?

De Estados Unidos y de distintos países de Europa. Ahora, por ejemplo, mucha gente joven de Holanda viene con el visado de nómada digital (digital nomad visa). Venden sus casas y pueden comprar aquí sin hipoteca, trabajando online. Tenemos muchos así, buscando una vida más tranquila.

–¿Y los jubilados? ¿Qué les atrae de Galicia?

Buscan lo mismo: tranquilidad. Muchos americanos nos hablan del clima político que se vive allí. En el Reino Unido también pasa un poco. Y los holandeses, por el precio de la vivienda. Además, tenemos muchísimos británicos y extranjeros que vivían en el sur de España y ahora venden sus casas porque el calor es insoportable. Les afecta el cambio climático, y buscan un sitio más templado, como Galicia o Asturias.

–¿Qué zonas gallegas son las más demandadas?

Pontevedra es muy buscada por su clima. Pero también el norte, porque allí se puede comprar más casa por menos dinero. Tengo clientes con pisos en Vigo, otros en el Val Miñor, en el norte de Lugo, e incluso en la Ribeira Sacra, donde hay muchos ingleses que prefieren un entorno más rural.

–¿Qué presupuesto manejan habitualmente?

Depende del perfil. Hay gente que busca algo por 200.000 euros, una casita para renovar, y otros que invierten entre 700.000 y un millón. Los estadounidenses y alemanes suelen tener más presupuesto, en torno al medio millón. Los holandeses, parecido. Lo más habitual está entre 300.000 y 500.000 euros.

–¿Y cuánto tarda en cerrarse una operación?

Depende mucho. Algunos alquilan primero y luego compran. Puede tardar noventa días… o dos años. Incluso he tenido clientes que compraron la casa online, por videollamada, sin haberla visto en persona. Este año ya van tres casos así.

–¿Cómo definiría el trabajo que hacen ustedes?

Somos algo así como buyer’s agents, agentes del comprador. Pero también asesoramos en todo lo relacionado con la residencia y la integración. Les ayudamos a encontrar no solo una casa, sino un estilo de vida. Cuando entrevistamos a los clientes, siempre les preguntamos qué tipo de vida quieren vivir, y buscamos el sitio adecuado para eso.

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