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Caamaño: «Las bebidas energéticas no elevan el rédito escolar o deportivo»

Galicia será la primera comunidad que prohíba a los menores consumirlas: las equipara al alcohol y el vapeo, al tabaco

Sanidade asumirá la potestad de sancionar el botellón

Dos jóvenes con latas de bebidas energéticas

Dos jóvenes con latas de bebidas energéticas / LOC

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Vigo

Galicia equiparará por ley el trato sancionador y preventivo de bebidas como Red Bull o Monster al del alcohol; y el de los vapeadores (con y sin nicotina) con el tabaco, vetando todas esas sustancias a los adolescentes. El Parlamento presentó el proyecto de ley que convertirá a la comunidad en la primera de España en prohibir el consumo de bebidas energéticas y vapeadores a menores. La protección de su salud («una prioridad colectiva») es el argumento utilizado por la Consellería de Sanidade para aplicar esta restricción. Así lo defendió el conselleiro Gómez Caamaño, que trató de desenmascarar uno de los principales mitos de su uso entre los jóvenes: «No aumentan el rendimiento deportivo, ni ayudan a estudiar», alegó en su intervención parlamentaria.

«Hablamos de riesgos nuevos y de adicciones silenciosas», justificó el titular de Sanidade. El conselleiro explicó que «una sola lata de bebida energética de 250 mililitros puede contener hasta 80 miligramos de cafeína, el equivalente a dos cafés exprés», dosis que en adolescentes puede causar taquicardias, insomnio o ansiedad. En cuanto a los vapeadores, recalcó que «no existe ningún producto de tabaco o nicotina seguro para menores» y que estos dispositivos «contienen sustancias tóxicas, algunas cancerígenas». Siguió con datos recientes para asegurar que «la mitad de los adolescentes gallegos de entre 14 y 18 años ha probado el cigarrillo electrónico, el 36% fumó tabaco y uno de cada dos consumió bebidas energéticas el último mes».

Sin embargo, las restricciones de estas bebidas a los menores han generado una reacción en bloque desde los supermercados, a grandes cadenas de distribución, la patronal gallega o los fabricantes contra la Xunta, con el grito unánime de que «no son droga» y de que la prohibición de su consumo es « desproporcionada».

Anteproyecto de ley

Anteproyecto de ley

Aún así, se prevé que Galicia sea la primera en legislar estos productos, así como otras «adicciones sin sustancia» —videojuegos, redes sociales...–, tras iniciarse ayer el trámite parlamentario de esta futura ley y al no prosperar la enmienda a la totalidad que presentó el BNG. De todos modos, la promoción de la salud frente a las adicciones y el veto a las bebidas energética es un denominador común, que cuenta con los apoyosde BNG y PSOE .

Reacciones

No obstante, la diputada nacionalista Montse Prado calificó el texto como «una mezcolanza legislativa» que genera «inseguridad jurídica» y «criminaliza a la juventud». Prado también cuestionó el régimen sancionador, al que definió como «solo punitivo» y «desproporcionado»: «Cualquier menor que esté en la calle con una bebida energética podría tener que pagar hasta 3.000 euros, e incluso 120.000 si es reincidente», denunció. Por su parte, Elena Espinosa, del PSdeG, tildó el proyecto de «ambiguo y difuso» —y echó en falta la alusión al presupuesto—. Los socialistas consideran que la Xunta no debería apresurarse con la ley autonómica y que sería más prudente esperar a la que prepara el Gobierno central.

Sanidade prevé asumir la potestad de sancionar prácticas como el botellón. El texto también crea un sistema de información sobre conductas adictivas y una comisión de coordinación. «Galicia contará con datos reales sobre consumo, sanciones y evolución de los programas preventivos».

Sin humo a 50 metros de piscinas o marquesinas y cursos por sanciones

La ley, compuesta por 67 artículos agrupados en siete títulos refuerza la educación para la salud en los centros escolares, involucra a las familias, amplía los espacios sin humo y vapor —como 50 metros de distancia a marquesinas, piscinas o accesos a colegios, centros públicos y centros sanitarios— y establece protocolos de atención sanitaria ante intoxicaciones.

No podrán venderse bebidas energéticas, tampoco, en lugares en los que se desarrollen espectáculos, competiciones infantiles o deportivas —al igual que el alcohol—. Las sanciones —que van de 600 a 600.000 euros— podrán sustituirse por programas preventivos o trabajos comunitarios. En el caso de consumo de sustancias psicoativas, por ejemplo, se ofrece al menor incorporarse a un programa de ayuda, con la recomendación de que participe la persona adulta responsable.

El primer título refuerza la educación para la salud en colegios y la participación de familias y concellos. El segundo regula la oferta y publicidad de alcohol y bebidas energéticas. El tercer título establece protocolos de atención sanitaria y social para menores, priorizando la ayuda sobre el castigo. El cuarto crea un sistema de información sobre consumo, prevención y tratamiento de adicciones. El quinto regula la coordinación institucional. El sexto abarca la inspección al cumplimiento de la norma, y el séptimo detalla las infracciones.

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