Las huertas familiares crecen un 30% tras el alza en el precio de los alimentos
Estos cultivos generan 300 millones de euros al año y permiten ahorrar un 40% en la cesta de la compra | Reducen el gasto en desbroces en 16 millones anuales y protegen de los incendios

Una mujer trabaja en la huerta de su casa. / Gustavo Santos

Mariano presume de tomates, los ha cultivado él mismo, un urbanita que acaba de sembrar su propio huerto en una finca que ha comprado a las afueras de Santiago. No es un caso aislado, las huertas están en auge. En solo un año la superficie destinada a estos cultivos para autoconsumo se ha disparado en Galicia un 30 por ciento hasta las 28.790 hectáreas. Es la cifra más elevada de las últimas décadas. Detrás de este bum hay varios factores. Por un lado, el alza en los precios de la alimentación sufrida en los últimos años, pero los expertos también apuntan otras causas como la menor calidad de las verduras que se venden en supermercados y que proceden además de otros países con menos exigencias higiénico-sanitarias. Además la generación del baby bum empieza a jubilarse y hay un retorno al rural donde ocupan su tiempo libre sembrando su propio huerto.
Esto ha derivado en un crecimiento espectacular de cultivos para autoconsumo: casi 7.000 hectáreas más en solo un año. Galicia ya concentra casi el 25 por ciento de todas las huertas familiares de España, según los datos del Ministerio de Agricultura. Es la comunidad autónoma con mayor superficie destinada a estos cultivos. «La producción del huerto familiar muestra que el rural es una forma de vida, que incluye la gestión del territorio con la producción, sea familiar de autoconsumo, agroganadera profesional o forestal», asegura el responsable de desarrollo rural de UUAA, Jacobo Feijóo.
Impacto
De hecho, según calcula este sindicato, estas 28.790 hectáreas de huerta familiar producen unos 300 millones de euros al año en alimentos, que son un apoyo para 387.000 gallegos, que consiguen ahorrarse hasta un 40 por ciento en la cesta de la compra. Si el gasto en alimentación por persona es de 1.810 euros al año, un total de 744 provienen de autoconsumo.
"La producción del huerto muestra que el rural es una forma de vida"
Pero no solo es un ahorro para la economía familiar, los terrenos que se cultivan acostumbran a estar en torno a las casas. «Las protege de los incendios pues permiten una discontinuidad», apunta Feijóo. Si estas parcelas no estuvieran sembradas y se tuvieran que desbrozar el gasto sería de 16 millones de euros anuales. «Eso nos da una idea de la importancia del autoconsumo en Galicia y como tiene un importante valor ambiental y económico para el sustento de las familias del rural», señala.
Comer sano
Pero la huerta no sirve solo para ahorrar sino también para comer más sano. «Está de moda el consumo ecológico y de kilómetro cero y hay cada vez una mayor preocupación por comer saludable», explica Manuel Calvo. Este ingeniero agrónomo, técnico de huerta y propietario de una tienda de suministros agrícolas en Santa Comba, es testigo del cada vez mayor interés que despiertan los huertos de autoconsumo.
En su opinión, el alza que ha sufrido el precio de los alimentos en los últimos años y que sigue sin dar tregua a las familias es una de las razones de más peso, pero apunta también a otros factores, entre ellos «la bajada de calidad» de las verduras y frutas que se venden.
"Hay un flujo de gente de la ciudad que viene al campo y recupera los huertos"
Antes la mayoría de estos productos procedían del entorno cercano. «Pero el abandono de los productores de huerta en Galicia ha sido brutal. Había más zonas productoras de judías, tomates, pimientos... Pero la gente mayor se ha ido y la nueva no quiere apostar por un futuro incierto», lamenta. La razón son los bajos precios que se están pagando a los productores por parte de la distribución.
Productos de fuera
Según explica, se está apostando por traer verduras y hortalizas de fuera de España a menor precio pero con unas condiciones higiénico-sanitarias que este técnico considera cuestionables. «Proceden de países como Marruecos donde los parámetros de calidad y la custodia alimentaria que tenemos aquí no existen, además del uso de productos fitosanitarios que en España están prohibidos», apunta.
Países como Marruecos, de donde procede buena parte de la verdura que se vende en supermercados, tiene una regulación en materia fitosanitaria equivalente a la que había en España hace 75 años, según advierte Calvo.
Ante esta situación, cada vez más gallegos optan por plantar su propia huerta. «Y además hay un flujo de gente que ha vuelto al rural o viene de la ciudad al campo y recupera la costumbre de sus padres de sembrar hortalizas», explica. Esto coincide con un momento en el que la llamada generación baby bum empieza a jubilarse y «muchos deciden ocupar su tiempo libre plantando una huerta».
Según los datos del Ministerio, A Coruña es la provincia con más huertos (8.479 ha) seguida de Lugo (6.977), Pontevedra (6.833 ha) y Ourense (6.500 ha).
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