El déficit del gasto en conservación de las vías gallegas suma 1.125 millones

La Asociación Española de la Carretera desvela que el 59% del firme de la comunidad necesita reparación

Alerta del incremento de combustible por el mal estado del pavimento

Una carretera en mal estado en Silleda

Una carretera en mal estado en Silleda / FDV

Belén Teiga

Quien circule por las carreteras gallegas habrá percibido la existencia de irregularidades en el firme, baches, grietas y otros daños. De estos desperfectos se ha hecho eco la Asociación Española de la Carretera (AEC), quien ha auscultado el estado en el que se encuentra la red viaria de todo el Estado, excluyendo a las autopistas de peaje, en un informe en el que Galicia figura como la segunda comunidad —igualada con Castilla-La-Mancha y tan solo por detrás de Aragón— en la que un mayor porcentaje del firme presenta un «deterioro grave»: el 59% necesitaría una intervención.

La AEC revela que estos desperfectos no son solo cosa de las vías convencionales, sino que afectan también a la red de alta capacidad. En los últimos tres años, tiempo transcurrido desde el último seguimiento, denuncia un desgaste que ha crecido «exponencialmente» en toda España, pasando de los 13.000 kilómetros de vías que en 2022 presentaban deterioros muy graves en el pavimento, a un total de 34.000 en 2025, casi el triple. Los kilómetros revisados para el análisis ascienden a 101.200.

Dentro de las carreteras gallegas, la AEC considera que 2.846 kilómetros precisan una actuación «urgente», es decir, que se lleve a cabo en menos de un año. Así, otros 1.564 kilómetros necesitan ser reparados a medio plazo, en un máximo de cuatro años.

Para poner a punto estas infraestructuras, la Asociación Española de la Carretera calcula que es necesario invertir en torno a 13.491 millones de euros en los firmes españoles, una cantidad muy superior a los 9.453 millones del informe de 2022. De este presupuesto, unos 4.721 millones tendrían que estar destinados a la red del Estado, mientras que los 8.770 millones restantes a la red autonómica y foral.

El presidente de la AEC, Juan Francisco Lazcano, manda una advertencia los responsables: «Esto no se arregla con parches o carteles de advertencias, sino con una planificación clara y sostenida en el tiempo, acompañada por unas inversiones urgentes y con presupuestos que atiendan a estos deberes». Señala, además, qué firmes se encuentran en la peor situación detectada que se llevó a cabo el último gran Plan General de Carreteras, entre 1984 y 1993.

En el caso gallego, el análisis, que no detalla qué tramos o vías sería necesario reformar, la financiación precisa para acometer las obras de mejora de conservación ascendería hasta los 1.125 millones de euros. En cuanto al déficit por kilómetro de carretera y por comunidades autónomas, Galicia requeriría una media por kilómetro de 117.500 euros.

Consecuencias de un asfalto en mal estado

La mala situación en la que se encuentran las carreteras tiene, además, sus consecuencias tanto en la seguridad vial como en el gasto, entre otras cuestiones, de gasolina. En este sentido, la AEC alerta de que circular sobre un pavimento deteriorado consume más combustible.

Esto afecta, asimismo, a la sostenibilidad. Solo este periodo estival, cuya primera gran operación verano se inicia mañana, la asociación prevé que haya un incremento del 12 % en combustible y emisiones, lo que implica el gasto de 270 millones adicionales en gasolina y diésel por los más de 100 millones de desplazamientos previstos por la DGT para estos meses.

La Xunta reivindica la mayor inversión en carreteras de su historia

El Ejecutivo gallego destacó el «importante esfuerzo» inversor que está llevando a cabo en las redes viarias de titularidad autonómica, unos de 5.500 km a lo largo de todo el territorio, especialmente en lo que a conservación y mantenimiento del pavimento se refiere. La Consellería de Vivenda e Planificación de Infraestruturas incidió, a través de un comunicado, en que la dispersión de la población en la comunidad hace que la red viaria tenga una mayor densidad que en otros puntos del mapa estatal. A esto hay que sumar una «orografía complicada y una climatología más dura», puesto que «el agua es la principal causa de deterioro del firme».

En este sentido, manifestó que se «están redoblando esfuerzos» y que, de los 265 millones que los presupuestos de este año destinan a infraestructuras, 68 millones «son íntegramente para mantener el estado de las carreteras autonómicas en las debidas condiciones de vialidad, seguridad, limpieza, señalización y comodidad». Se trata, en palabras de la Xunta, de su «mayor inversión de la historia».

El Gobierno gallego aprovechó, además, la ocasión para reclamar al Ejecutivo que dirige Pedro Sánchez una planificación para las carreteras estatales en la comunidad, algo con lo que «sí que cuenta Galicia».

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