Galicia cuenta con 67 instalaciones radiactivas

La Xunta elabora su primer plan de protección para afrontar a este riesgo y no prevé evacuaciones o confinamiento en ningún supuesto

Equipo de resonancia nuclear en el Hospital Universitario de Ourense.

Equipo de resonancia nuclear en el Hospital Universitario de Ourense. / Iñaki Osorio

X. A. Taboada

X. A. Taboada

Santiago

Mientras una misión francesa investiga, por primera vez, el estado de los cientos de miles de barriles con residuos nucleares arrojados a la Fosa Atlántica frente a la costa de Galicia, la Xunta se encuentra en pleno proceso de elaboración de su primer plan especial de protección civil ante el riesgo radiológico. Pero este documento nada tiene que ver con lo que suceda el Atlántico, sino que es un protocolo de actuación en caso de una emergencia en algunos de los centros que contienen material radiactivo en la comunidad autónoma, que en ningún caso tienen que ver con actividades asociadas a la producción de concentrado de uranio, funcionamiento de centrales nucleares, almacenes de sustancias radiactivas o generación de haces de radiación con muy elevada fluencia en energía, por ejemplo.

Sin emplazamientos de primera categoría

Estos, que en caso de producirse algún accidente podría ser de consecuencias muy graves, son los denominados de primera categoría y Galicia no tiene ninguno. Los que hay son de segunda y tercera categoría y en total suman 67 instalaciones y emplazamientos con sustancias radiactivas, de los que 22 están vinculados con la prestación de asistencia sanitaria —hospitales, fundamentalmente—, la investigación y la docencia. El resto, salvo dos que son centros comercializadores, pertenece a la rama industrial.

De estas 67, en 11 no se prevén siquiera consecuencias radiológicas, en caso de emergencia, fuera de las propias instalaciones. Y en otras 56 pudiera que eventualmente hubiera que actuar desde el exterior, pero en todo caso el riesgo para la población sería mínimo. «En ningún caso habría consecuencias por superar el nivel de referencia para intervenciones con confinamiento, evacuación y/o profilaxis radiológica», se recoge en el plan especial, que esta semana ha iniciado su periodo de información pública.

Únicos puntos destacables

Los únicos puntos de Galicia donde «la probabilidad de ocurrencia de una emergencia puede ser no despreciable» son dos en los que no hay instalaciones con elementos radioactivos. Uno es el puerto de Vigo, en su terminal marítima, porque se realizan tránsitos de buques portacontenedores que declaran uranio natural. Y el segundo es el aeropuerto de Santiago porque en sus dependencias se reciben bultos de radiofármacos.

La ubicación de las instalaciones radiactivas concuerda con el patrón socio-económico de la comunidad, ya que todas están prácticamente instaladas en el eje atlántico O Porriño, Vigo, Santiago, A Coruña y Ferrol, además de en las ciudades de Lugo y Ourense y una más, aislada, en Viveiro.

No supone riesgo para la población

Esta concentración de establecimientos radiactivos en las áreas más pobladas «no supone un incremento en la vulnerabilidad» para la población, tal como se recoge en el plan, dado que están ubicados en edificios de investigación dentro de los campus universitarios, en torno a las instalaciones hospitalarias y en instalaciones industriales ubicadas en zonas industriales en las que algunas de ellas disponen de terreno perimetral vallado entorno a las naves.

El número de centros con material radiactivo no ha cambiado en Galicia en los últimos diez años y tampoco está previsto que aumente a medio plazo. Lo que ha pasado es que se ha incrementado la cifra de equipos generadores de radiaciones ionizantes y de trabajadores profesionales expuestos, pero manteniendo estable el número de instalaciones.

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