En marcha las oposiciones de profesorado en Galicia: «Lograr la plaza sería como ganar la lotería»
Más de 20.000 personas realizaron hoy los exámenes para acceder al cuerpo docente gallego con 1.664 plazas en juego
La Xunta prevé que el proceso quede resuelto el 1 de agosto

Los aspirantes esperan a ser llamados para acceder a las aulas donde realizarían los exámenes / Xoán Álvarez
Mateo Garrido Triñanes
El IES Lamas de Abade, en Santiago, era esta mañana un hervidero. Así lo atestiguaba el vecino de la casa de enfrente al centro que, al salir a sacar la basura, preguntaba si había allí «una fiesta» debido al trasiego de vehículos desde primera hora de la mañana: «Desde las 8 yo ya escuchaba mucho ruido de coches y como ayer acababan las clases, pensé que a lo mejor hoy le hacían una celebración a los niños». En un corrillo cercano le contestan que no. «Estamos haciendo las oposiciones», le explica una de las aspirantes, antes de seguir comentando el desarrollo del examen. «Igual había que poner una queja. Ahora ya no se habla de TDA, sino de TDAH. Es un error», precisaban en grupo poco después de terminar sobre una de las preguntas expuestas en la prueba.
Y es que, efectivamente, el instituto, ubicado en el homónimo barrio compostelano, fue uno de los centros de la comunidad que albergaron hoy las oposiciones de Educación que organiza la Xunta. Más de 20.000 aspirantes tomaron parte para intentar acceder a alguna de las 1.664 plazas en disputa, de las que 230 son para la promoción interna de Primaria a Secundaria y 10 para el cuerpo de inspección educativa. Solo uno de cada doce aspirantes logrará el objetivo, por lo que los nervios estaban a flor de piel.
«Lograr la plaza sería conseguir aquello por lo que llevo luchando mucho tiempo. Desde pequeño tenía muy claro que la docencia era mi sueño y espero cumplirlo», asegura Manuel Otero al término de la primera prueba de la mañana. El compostelano, que se presenta por primera vez a las oposiciones después de terminar la carrera este mismo año, se mostraba contento con su desempeño y mantenía las esperanzas para la tarde: «Estoy confiado, pero siempre puede salirte un tema de los que no te gusta tanto».
Al igual que la mayoría de aspirantes del IES Lamas de Abade, Otero se presentaba a las pruebas de acceso al cuerpo docente de Educación Primaria para la que existen 347 plazas en siete especialidades. No obstante, el grupo con mayor número de puestos de libre acceso es el del Cuerpo de Profesores de Secundaria, con 918 plazas en 33 especialidades diferentes. A esto hay que añadir 79 plazas para Educación Infantil, 10 para la inspección educativa y 80 para el Cuerpo de Especialistas en Sectores Singulares de la Formación Profesional (FP). En cuanto a la promoción interna, Educación oferta 230 plazas para ascender del grupo A2 al A1, es decir, para aquellos maestros de Primaria que busquen pasar a Secundaria.

Román Rodríguez, esta mañana en el IES Lamas de Abade / Xoán Rey
Sobre estas cifras sacó pecho el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, desde el instituto compostelano al que acudió antes del inicio de unas pruebas que ponen de manifiesto «el compromiso del Gobierno gallego con la renovación y estabilización del cuadro docente». Y es que tal y como destacó Rodríguez, Galicia oferta en esta ocasión 120 plazas por cada 100 bajas, lo máximo que permite la normativa estatal. Un esfuerzo que está dando ya sus frutos, con una tasa de interinidad en el cuerpo docente de la comunidad que está por debajo del 5%.
«A pesar de la caída de la natalidad, mantenemos la apuesta por el empleo público, lo que permite mejorar la ratio de alumnos por profesor en las aulas gallegas que actualmente es ya la tercera mejor de España», con un índice de 9,9 frente a la media estatal del 11,3, destacó el titular de Educación.
Una prueba más asequible
Entre los aspirantes a una plaza de Educación Primaria, el comentario más repetido al término de la prueba matinal y, a falta de la exposición de tema por la tarde, era que el examen había sido más asequible que el del año pasado. «Entonces estuvo muy centrado en la normativa de evaluación, pero este año han hecho un examen mucho más general, con varios temas que afectaban a diferentes normativas. En ese sentido yo lo vi mucho más factible», explica en declaraciones a este diario el aspirante compostelano Jorge Forján. Una apreciación que comparte Nerea Domínguez: «Es que el año pasado fue muy difícil. Entonces venía con esa expectativa, pero cuando leímos las preguntas creo que todo el mundo respiró un poco más tranquilo y se puso a escribir».
«Es que el año pasado fue muy difícil. Entonces venía con esa expectativa, pero cuando leímos las preguntas creo que todo el mundo respiró un poco más tranquilo y se puso a escribir»
Por su parte, Aitana Castro, que era la primera vez que se enfrentaba al examen, aseguraba que su estreno le hacía llegar a la prueba con las «expectativas bajas». Sin embargo, tras realizar el examen afirmaba que «todos los casos prácticos» que habían caído en el examen ya los había trabajado durante su preparación en una academia compostelana. Un buen desempeño que le hacía mantener la «esperanza», a falta de exponer el tema por la tarde.
«Hoy todos los jóvenes quieren opositar»
Si en algo más coincidían la mayoría de aspirantes era en cómo cambiaría su vida en caso de conseguir la plaza. «Sería casi mejor que ganar la lotería. Hoy en día todo el mundo está pensando en opositar a algo por la falta de estabilidad que tenemos los jóvenes pero es que, además, en este sector es prácticamente imposible apostar por otra salida, porque acceder a la concertada es difícil», explicaba Pablo G. Seoane.
«Hoy en día todo el mundo está pensando en opositar a algo por la falta de estabilidad que tenemos los jóvenes»
Él, también primerizo —terminó la carrera en el pasado mes de febrero—, bromeaba al término de la prueba con que había dado «la cara». Seoane se tomó el examen como una piedra de toque para la «preparación seria» que realizará de cara al próximo año.
Nerea Domínguez, por su parte, se quejaba del sistema de evaluación de las pruebas. «Es un poco injusto. La corrección de los exámenes es supersusceptible. Puede haberte salido muy bien el examen y que los evaluadores consideren que no tienes todavía el nivel para obtener la plaza», explica.
Precisamente, en esa tarea de evaluación se fajarán durante los próximos días los 183 tribunales establecidos para ello. Según las previsiones que maneja Educación, el próximo 1 de agosto los aspirantes sabrán quién ha accedido a la plaza y el destino en el que empezarán ya desde el 1 septiembre una nueva vida.
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