Francisco Prado-Vilar, investigador de la USC: «Los jueces anteriores tenían predisposición para fallar a favor de los Franco»

Santiago celebra la sentencia del Supremo que obliga a los Franco a devolver dos de las estatuas del Pórtico de la Gloria. Fueron casi ocho años de batalla judicial en la que las investigaciones de Prado-Vilar jugaron un papel fundamental para demostrar que las esculturas habían pertenecido al Concello de Santiago y que se las cedió al dictador sin adoptar acuerdo alguno.

Francisco Prado-Vilar |  Jesús Prieto

Francisco Prado-Vilar | Jesús Prieto

Natalia sequeiro

Santiago

El investigador de la Universidade de Santiago Francisco Prado-Vilar es uno de los mayores expertos en el Pórtico de la Gloria. Doctorado en Historia del Arte en Harvard, investigador y docente en las universidades de Princeton, Londres (Birkbeck), la Complutense y Stanford, coordinó el comité para la restauración de la obra cumbre del Mestre Mateo. Prado-Vilar considera que la decisión del Supremo es histórica y reclama una exposición conmemorativa cuando las dos esculturas en propiedad de los Franco lleguen a Santiago.

¿Cómo valora la sentencia del Supremo?

La sentencia por fin deshace los entuertos que se habían generado en las instancias inferiores. Ahí hubo una serie de problemas, que es por lo que yo también hice mi investigación, que en cierta medida se lo pusieron fácil a los jueces anteriores que tenían ya una predisposición evidente a fallar a favor de la familia Franco. Se les puso fácil las cosas por una serie de lagunas que había en el informe histórico-artístico presentado. Ahora el Supremo reconoce la cuestión de la identificación de las esculturas.

El TS reprocha a los tribunales de primera instancia y a la Audiencia de Madrid que no hubiesen visto una fractura en una de las esculturas, clave para acreditar que se trataba de las estatuas compradas por el Ayuntamiento de Santiago en 1948.

Claro, la fractura está reparada pero se ve claramente que hay una unión de las dos piezas. Eso que pone la sentencia evidencia que los jueces de los tribunales inferiores tenían una predisposición para fallar a favor de los Franco, buscando cualquier resquicio, incluso completamente infundado, como el caso de la fractura.

¿Cómo ayudó su investigación a la devolución de las estatuas?

Ante las deficiencias del informe histórico artístico, comencé a elaborar mi investigación y se publicaron más de 70 documentos que descubrí en varios archivos y que ahora están todos publicados en un especial del Consello da Cultura que se puede consultar en su página web. Está todo por episodios que son dignos de una serie de película. Descubrí muchos personajes, intentos de apropiación, intentos de compraventa y documentos fascinantes, epistolares, fotográficos... Todo el devenir de las dos obras en el siglo XX, perfectamente ordenados por episodios, por años y encima con el acceso a los documentos originales y a los vídeos del Nodo.

¿Pero toda esta investigación se aportó a los tribunales en el recurso extraordinario que pidió el Concello?

No se podía incluir porque no se permite añadir documentación que no existía en el pleito original. Pero la estrategia que montamos fue ir publicando inmediatamente todos los descubrimientos que íbamos haciendo en la prensa. Los jueces leen más allá de lo que tienen en un documento.

¿Qué fue descubriendo que probara que las estatuas habían pertenecido al Concello?

Una de las primeras cosas que publiqué fueron unas cartas entre Chamoso Lamas y Filgueira Valverde, donde se testificaba que estas esculturas todavía habían pertenecido al Ayuntamiento de Santiago en el año 54. Los tribunales anteriores alegaban que solo había un contrato de compraventa en el 48, pero no había prueba de que el Ayuntamiento había tomado posesión efectiva de las obras. Los Franco también recurrían al catálogo de la Exposición Internacional de Arte Románico de 1961, en el que las obras figuraban como propiedad del jefe del Estado. Cuando tú tienes una publicación de una propiedad pública que nadie reclama, automáticamente generas lo que se llama el derecho de usucapión, pasan unos años y acaba por ser tuyo. Descubrí unas cartas del que sería el testaferro de Franco, Fuertes de Villavicencio, donde amenazaba a los comisarios de la exposición, que ya había empezado, para que metiera las esculturas en el catálogo.

Se descubrieron todos estos elementos, la falsificación de pruebas.

¿Cómo afectaron estos descubrimientos al proceso judicial?

Las primeras sentencias causaron un poco de desánimo, pero al empezar a publicar todo esto hubo la sensación de injusticia era tan evidente que se fue reavivando el asunto. Y ahí fue por lo que el Ayuntamiento de Santiago y la Xunta crearon la comisión de expertos para la restitución de las obras del Maestro Mateo, donde estoy yo y también otra gente, como Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral de Santiago. Así conseguimos meter presión en la alegación.

¿Cuántos años ha durado su investigación sobre las estatuas?

Como fui coordinador del Comité de la Restauración del Pórtico, mi investigación personal era precisamente la reconstrucción de la fachada exterior del Pórtico, con la identificación de todas las esculturas a sus lugares originales y sus identificaciones iconográficas. Lo que no había analizado era su devenir en el siglo XX, pero tenía en mi mente un mapa exacto de los lugares a donde tenía que ir, no sabía si encontraría algo. El primer sitio al que acudí fue al Museo de Pontevedra, que tiene otras dos estatuas del Pórtico y ahí descubrí la carta de Filgueira Valverde a Chamoso Lamas y tirando del hilo llegué a los demás archivos. Creo que estuve dos años investigando.

Usted defiende que las estatuas que volverán al Ayuntamiento no representan a Abraham e Isaac sino a Ezequiel y a Jeremías. ¿Cómo llega a esta conclusión?

Las esculturas como muchas de las del Pórtico no tienen identificación, entonces durante mucho tiempo circuló la hipótesis de que se trataba de Isaac y Abraham, pero esto ya está descartado porque no tiene sentido ninguno. ¿Quién vio a un Abraham e Isaac representados como dos señores mayores barbudos, cuando Isaac es el hijo de Abraham? En mi libro yo propongo que son Ezequiel y Jeremías, no lo puedo decir al 100%, pero yo estoy seguro, lo que sí puedo asegurar al 100% es que no son Isaac y Abraham. Y yo propongo que se hable de los profetas del Pórtico o de los profetas del Mestre Mateo.

¿Dónde deberían exponerse las estatuas una vez lleguen a Santiago?

Una de las cosas que es importante plantear es que son unas esculturas que pertenecen a la ciudadanía de Galicia y específicamente a la de Santiago. A mí me parece una sentencia histórica. Cuando compraron tenían la idea de hacer un gran museo de arte de Santiago que no se pudo realizar. Yo tengo una relación maravillosa con Daniel Lorenzo. Si el Ayuntamiento de Santiago decide cederlas al Museo de la Catedral sería maravilloso que estén con las otras dos esculturas de la fachada exterior. Hay también otros museos en Santiago como el Museo do Pobo Galego, donde está otra escultura que el Concello compró en el mismo lote. Lo que sí sería importante es que cuando lleguen, estén donde estén, se realice una exposición para poner el valor de estas esculturas y todo su proceso de recuperación.

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