Una cuarentena de centros alcanza el notable de nota media en la selectividad
Al frente de todos ellos, con las calificaciones solo de la parte general de las pruebas, se encuentra el instituto Rosais II de Vigo
Entre los diez primeros figuran siete públicos y tres privados

Un joven en Peritos en Vigo, durante la PAU / Marta G. Brea
El cambio de formato en las pruebas de acceso a la universidad no ha resultado, al final, traumático. Apenas ha tenido impacto en el número de aprobados y en la nota media del conjunto de alumnos que superaron la criba. La incidencia ha sido de décimas, tanto en el porcentaje de aptos como en la calificación. Pero estas pruebas, además de definir las opciones reales de los estudiantes a la hora de matricularse en la carrera vocacional, también pueden funcionar como un indicador del nivel de los centros educativos. Hay muchas diferencias entre ellos, pero una cuarentena de un total de 280 ha obtenido un notable de nota media en la fase general de las pruebas, tomando como referencia las calificaciones de los alumnos que se presentaron al examen.
Son en total 38 los institutos que han logrado 7 o más puntos, si bien en algunos de ellos, debido al escaso número de alumnos que presentan a la selectividad, la nota puede resultar un tanto distorsionada o poca significativa. De los diez primeros, tres son de carácter privado y los otros siete, públicos. Estos últimos, además, ocupan los dos primeros puestos en ranking.
Los mejores centros
Al frente de todos ellos, como el mejor colegio de Galicia, se encuentra el Rosais II de Vigo, con una nota media en la fase general —esto es, sin tener en cuenta las optativas para subir la puntuación— de 7,924 puntos.
Se da la circunstancia, además, de que es el cuarto centro de la comunidad con menor diferencia entre la calificación del expediente de Bachillerato y la de la selectividad (ahora llama PAU, prueba de acceso a la universidad). Es de solo 44 centésimas.
En segundo lugar en el ranking de los 280 centros está el Vilar Ponte, de Viveiro (Lugo), con una nota de 7,827. La diferencia con la media del Bachillerato es de apenas 5 décimas.
En tercer lugar aparece el primer centro privado, el Plurilingüe María Inmaculada, de Silleda (Pontevedra), con 7,636 puntos, pero mientras los dos anteriores enviaron a la selectividad a 38 y 26 alumnos, respectivamente, el silledense llevó solo 7.
Le sigue el Manuel Peleteiro, también de carácter privado, de Santiago de Compostela, con una calificación de 7,576 puntos. En este caso resulta significativo porque es uno de los institutos que más alumnos lleva a la PAU (127).
Los dos siguientes son de A Coruña: el Salvador Madariaga y el Cristo Rey (privado), con notas medias de 7,487 y 7,412 puntos, respectivamente.
Dejando al margen los centros específicos para la educación de adultos, entre el mejor y el que tiene la nota más baja hay una diferencia de casi cuatro puntos y medio. El farolillo es el San Clemente de Santiago, con una media de 3,541; pero con la singularidad de que solo llevó once alumnos a la selectividad y únicamente la aprobaron 3.
Como la nota de Bachillerato pondera el 60% y la de la PAU el 40%, a veces se oye que algunos institutos inflan su expediente para mitigar el efecto de la selectividad. En la fase general, la diferencia media ha sido solo de 1,2 puntos, siendo 7,71 la del Bachillerato y 6,511 de las pruebas.
La menor diferencia en este aspecto corresponde al Plurilingüe Amor de Dios (Vigo), con solo 0,28 puntos. Con 0,29 se quedó el Xoán Montes de Lugo; con 0,35, el Salvador Madariaga de A Coruña y con 0,44, el Rosais II de Vigo.
Por debajo del punto de diferencia, siempre tomando como referencia la nota de la parte general de la selectividad, hay 81 institutos, mientras que en 36 se eleva a dos puntos y hay tres casos en los que la distancia entre las dos notas supera nada menos que los 3 puntos.
La pregunta competencial no supuso una bajada de las calificaciones
El nuevo esquema de la selectividad creó la expectativa de que iba a resultar más difícil porque se introducía la pregunta competencial. Había el temor de que contribuiría a bajar la nota, pero al final resulta que no solo no fue así, sino que incluso ayudó a subirla, según una primera aproximación realizada por correctores de las pruebas.
Sin embargo, en este análisis preliminar, sí parece constatarse que el problema estuvo más en el hecho de que entraba todo el temario, al desaparecer las opciones que había en el pasado, en el que el alumno podía descuidar una parte de las materias confiando en que tenía la oportunidad de elegir entre dos exámenes. Los fallos estarían, pues, más por esta causa que por la pregunta de competencias.
En esta aproximación también se pone en valor que las respuestas a la parte competencial de la PAU avalan los resultados obtenidos por Galicia en el informe PISA y que, al margen de las convocatorias realizadas durante la pandemia y en los años inmediatos, en los que se abrió la mano por las condiciones sanitarias extraordinarias, los resultados apenas difieren de los que se registraban antes de 2020.
Por tanto, el nuevo formato no ha significado ruptura alguna con los procedimientos que se siguen para cribar el acceso a la universidad. El porcentaje más alto de aptos correspondió a la provincia de Pontevedra, con el 95,84%; seguida de A Coruña, con el 95,63% y Lugo, con el 94,84%. Ourense cerró la relación con el 94,84%.
La negreiresa Inés Rivas no esperaba, tras finalizar los exámenes de la PAU, una nota espectacular. «Pensaba que había cometido fallos en alguna asignatura», explica. Nada más lejos de la realidad. Una llamada tras la publicación de las notas el pasado jueves de la presidenta de la CIUG, la hacía conocedora de que poseía el segundo mejor expediente gallego de este curso, con un 9,8 en la fase ordinaria que escalaba hasta el 13,87 sumando las asignaturas específicas. «Cuando se lo conté a mis padres y mis amigos se enfadaron un poco porque fui muy pesimista», bromea.
Sobre su método de estudio asegura que «no hay ningún secreto más que la constancia». Un esfuerzo continuado que conlleva también sus renuncias, como que el piano que toca «desde hace años» haya cogido algo de polvo a lo largo del último curso. Prudente y agradecida, no duda en reconocer el trabajo de sus profesores tras el cambio de modelo en la PAU: «Hicieron una gran labor, llegamos muy bien preparados». Su querencia por la biología la encamina hacia la rama biosanitaria. «Tuve alguna duda con Biotecnología, pero finalmente me decantaré por Medicina en la USC», sentencia.
La coruñesa Cristina Paz Pérez, del instituto Monelos, ha sacado la mejor nota de la PAU en A Coruña y la tercera de Galicia con un 9,8 en la parte general. Un premio al esfuerzo, a la constancia y a muchos meses de libros y apuntes. «Dediqué muchas horas de estudio. Este último mes fue bastante estresante», confiesa, a la vez que se muestra feliz por la nota conseguida. Ese 9,8, sumado a la media de bachillerato y a las optativas, le queda en un 13,68. Ella no se sumó a la moda: en vez de grabar un vídeo, prefirió la intimidad de ver las notas «ella solita».
Su idea es estudiar Física y Química en Santiago de Compostela. «El año pasado, la nota de acceso fue de 12,5, así que como hay pocas plazas y me daba miedo que eso cambiase, intenté sacar buena nota». Y lo consiguió. «Es cierto que me costó decidirme, pero como me gustan mucho esas asignaturas pensé ¿por qué no?», reflexiona.
Para el primer año de universitaria, su plan es «ir y volver desde casa». «A Coruña se está muy bien comunicada con Santiago», desvela, y apunta que antes de eso le toca «disfrutar del verano». Por ahora, planea un viaje con su familia a Eslovenia.
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