La Xunta revisará por satélite las talas de árboles para combatir el fraude

Medio Rural contratará a una empresa para cotejar si las cortas declaradas corresponden con las imágenes aéreas

Se trata de una iniciativa «pionera en España», según la Xunta

Un operario trabaja en una tala de eucaliptos en un monte del Morrazo.

Un operario trabaja en una tala de eucaliptos en un monte del Morrazo. / Santos Álvarez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Santiago

Las imágenes por vía satélite para revisar píxel por píxel los montes gallegos permitirán a la Xunta detectar posibles intentos de fraude en la venta de madera. La Consellería de Medio Rural pretende contratar a una empresa para que ponga en marcha un sistema de revisión para saber si las cortas de árboles declaradas por parte de los propietarios de la comunidad coinciden con las masas arbóreas desaparecidas de los terrenos.

La Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia (Amtega) ha licitado un contrato por 474.007 euros para lograr un programa informático que permita realizar esas tareas por encargo de la Consellería de Medio Rural. «La identificación remota de las superficies en las que se producen aprovechamientos madereros permitirá que la administración forestal compare los resultados de dicha identificación con los datos de autorización y comunicación de corta de que dispone», expone el pliego. Con esos datos, los técnicos de Medio Rural podrán realizar luego visitas sobre el terreno para «verificar los casos de posibles ilegalidades en las cortas» y sancionar a quien incumpla la normativa.

Este objetivo deriva de un proceso de dos años en los que Medio Rural ha desarrollado un proyecto piloto con la mente en lograr poner en marcha una «iniciativa pionera en España», si bien el departamento dirigido por María José Gómez sostiene que «el único objetivo de este proyecto es detectar aprovechamientos forestales sin una apropiada tramitación administrativa, total o parcial».

El pliego, sin embargo, se refiere a la detección de «posibles ilegalidades».

El sector maderero en Galicia generó el año pasado 285 millones de euros para los propietarios tras la tala de 9,1 millones de metros cúbicos en montes privados, según las estimaciones de la Asociación Forestal de Galicia (AFG),.

Esa cifra supone nueve millones de euros más que en 2023, si bien queda lejos de los 350 millones del año 2022, un ejercicio de «excepcional demanda» y altos precios.

Galicia lidera este sector en España, pues casi duplica el volumen de talas de las dos comunidades que la siguen en la clasificación: Castilla y León, con 3,5 millones de metros cúbicos, y Euskadi, con 2, según la AFG.

Medio Rural pretende que la empresa que ponga en marcha el sistema lance una primera fase de análisis que luego extienda el modelo a toda Galicia tras mapear sus montes. Se analizará «píxel por píxel» cada zona utilizando «la constelación Sentinel-2 del programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea», que luego se compararán con bases de datos como el Sixpac.

Además, deberán ajustarse los datos para detectar falsos positivos, es decir, de terrenos donde se hayan percibido desapariciones de árboles superiores a las talas declaradas por los propietarios. «El porcentaje de falsos positivos en la primera entrega no podrá ser superior al 25%», alerta Medio Rural.

El objetivo de Medio Rural es vigilar prácticamente todas las cortas de Galicia, pues aspira a que se identifiquen aquellas operaciones superiores a los 500 metros cuadrados de superficie (0,05 hectáreas).

La mitad de particulares que vende madera son jubilados

El monte suele catalogarse como la hucha para complementar el retiro de los gallegos. Las estadísticas muestran que el 98% de las personas que solicitan aprovechamientos forestales son particulares y la mitad tienen ya más de 65 años y son pensionistas.

Los ingresos por las talas y la venta de madera se convierten en un complemento de la pensión, pero no son la actividad económica principal del propietario del monte, lo que también influye en el grado de gestión de los terrenos forestales.

Según un estudio del Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre la caracterización socioeconómica de las personas solicitantes de aprovechamientos forestales, el 63% tienen más de 60 años y la mitad superan ya los 65 años.Solo tres de cada cien tienen menos de 35 años, lo que muestra el envejecimiento de esta actividad económica.

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