«Es urgente mejorar la comunicación entre los servicios de emergencias »

José Ramón Sánchez es el jefe de Emergencias de la Diputación de Ourense desde el pasado octubre, pero antes fue el responsable de los bomberos de Santiago, una etapa que marcó su vida. Estaba a los mandos cuando ocurrió el accidente ferroviario de Angrois. Gestionar una tragedia de tal magnitud le preparó para todo lo que vendría después. El apagón de ayer requería la disposición absoluta de todos los servicios de emergencias y la falta de conexión no lo puso fácil: comunicarse y coordinarse era un reto, pero lograron salir adelante.

¿Cómo se vivió desde los mandos el apagón?, ¿fue una crisis compleja de gestionar?

Con estrés. Fallaban las comunicaciones, no sabías si te recibían, mandabas mensajes y te contestaban pasado mucho tiempo...Si fallan las comunicaciones normales parece que nos falta todo. Yo di instrucciones a través del 112 utilizando la red TETRA, pero ni así. Todo fallaba.

¿Qué es la red TETRA?

Es una vía para comunicarnos los servicios de emergencias. A las 14,00 horas, el 112 dio la indicación de que los parques de bomberos la utilizasen para comunicarse entre ellos. El problema es que sin suministro también aguanta hasta cierto punto. Ayer se cayó dos veces y nos quedamos incomunicados.

Ante la falta de luz, ¿cómo debe comportarse la población?, ¿estuvo bien lo de irse de cañas?

Sí, no está mal, mantener la calma es bueno. También porque el día acompañaba. Al llegar la noche siempre hay más alarmismo y más agresividad. Pero hubo suerte, no tuvimos muchas emergencias. En A Coruña sí que se movilizaron los bomberos por gente que había encendido velas y braseros y habían provocado incendios en las casas.

El Gobierno recomendó no hacer desplazamientos innecesarios.

Lo más beneficioso para todo el mundo es que no haya mucha movilidad porque implica más caos. Un corte de suministro a efectos de tráfico puede ser un desorden, se pudo ver ayer en las ciudades. Se corre el riesgo de taponar vías que podrían tener que usar los servicios de emergencias. Hay que estarse quieto y esperar noticias.

En marzo una comisaria de la Unión Europea, Hadja Lahbib, recomendaba tener un kit de supervivencia para 72 horas. Hubo muchas bromas y se tildó de exageración, ¿de qué se debe disponer ante una catástrofe?

La gente se volvió muy loca en el súper. Mi madre siempre dice que lo que tiene en el congelador le vale para tres días y es un poco eso. Al final hay formas de reponer alimentación. En pandemia hubo locura con el papel higiénico, pero se pudo comprar. Hay que tener lo básico. Unas velas, una caja de cerillas o un mechero. Un simple transistor con pilas, poco más. Estamos tan digitalizados que se nos olvida que todo puede fallar. Lo analógico nos va a acompañar siempre.

¿Cuáles fueron las incidencias que más se repitieron durante el apagón?

Las personas atrapadas en ascensores y los avisos para ayudar a personas de movilidad reducida a subir y entrar en sus casas. Los bomberos también se desplazaron bastante para llevar oxígeno a los centros de mayores, que se estaban quedando sin suministro.

Vivió y dirigió a los bomberos de Santiago cuando fue el accidente de Angrois ¿Qué pudo aprender de ello para gestionar una crisis?

Tenemos que revisar y mejorar el tema de las comunicaciones, a nivel autonómico. Por lo menos para mantener la tranquilidad y no pensar siempre en lo malo. Si no tienes comunicación con tus partes, estás cojo. Es urgente revisar el sistema, que se mantenga la comunicación al menos para poder hacer valoraciones iniciales.

¿Hay un patrón de comportamiento en la población ante este tipo de situaciones? El tráfico ayer parecía más cívico.

La gente en este tipo de circunstancias, igual que en Angrois, suele ser solidaria. Después irse de cañas está bien, pero primero siempre hay que comprobar que el vecino no está en apuros. Cada vez hay más gente mayor que vive sola y no podemos descuidarla como sociedad.