El PP intenta ahora que la oposición avale aceptar la quita de la deuda
Asumió pedir la condonación de 4.010 millone a cambio de poder gastar ese dinero con libertad | Bloque y PSdeG alegan incoherencia porque se ahorran fondos, no se reciben

Primera jornada del debate sobre el estado de la autonomía en el Parlamento de Galicia. / XOAN ALVAREZ

Un día después de que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, rechazase de nuevo la oferta del Gobierno central de asumir 4.010 millones de euros de su deuda, el PP, su partido, negoció hasta última hora con BNG y PSdeG un acuerdo para aceptar esa condonación. La negociación fracasó antes de que se cerrase el plazo a las 22.30 horas para registrar las propuestas de resolución acordadas que hoy se votarán en la última jornada del Debate sobre el Estado de la Autonomía.
Esas iniciativas marcan líneas políticas que el poder legislativo demanda al Ejecutivo, sea el autonómico o el central.
El PP ha hecho bandera de su rechazo a la condonación de más de 84.000 millones a las comunidades, una decisión del Gobierno forzada por la necesidad de extender al resto de territorios un acuerdo con el independentismo catalán.
Rueda tachó esa medida de «negocio ruinoso» porque, alega, supone «mutualizar» la deuda. Como se paga con fondos estatales, los gallegos acabarán abonando también la del resto cuando la Xunta era de las comunidades menos endeudadas.
Ayer todo cambió. Los populares proponían reclamar un nuevo modelo de financiación autonómica, caducado en 2014, para lograr más recursos que compensen el sobrecoste del envejecimiento y dispersión. Y añadían la petición aprobada por unanimidad hace dos años en la Cámara: «que se compense» a las comunidades que no pidieron créditos al fondo del Ministerio de Hacienda.
El PP dio un giro y ofreció a BNG y PSdeG un texto en el que defendía que la Xunta aceptase la quita de deuda «siempre y cuando se pueda destinar esa cantidad a financiar la mejora de los servicios públicos».
El líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, descartó ese planteamiento porque «la quita se acepta o no» y «no supone nuevas transferencias». Una vez que la Xunta no tiene que pagar esos 4.010 millones de deuda, dispone de autonomía para destinar el dinero ahorrado a lo que guste, argumentó.
El BNG negoció con el PP ofreciendo un matiz clave: aceptar la quita «de manera que cada euro que ahorre en el pago de deuda se pueda destinar a financiar la mejora de los servicios públicos». Los populares no aceptaron esa redacción porque suponía entrar en contradicción con sus argumentos hasta ahora.
Al cierre de esta edición, esta cuestión se cerró sin acuerdo. Los pactos se limitaron a cuestiones secundarias. Se aprobarán 53 propuestas de resolución —cada grupo puede presentar 40— en una Cámara donde el PP tiene mayoría absoluta: 39 del PP; 5 del grupo mixto que conforma Democracia Ourensana; 2 transacciones entre PP y PSdeG; y 7 transacciones con el grupo mixto. El BNG, líder de la oposición, no logrará sacar adelante ninguna.
Los populares quieren condenar el nazismo y el comunismo y el BNG pide «estatus de nación»
Alguna de las propuestas de resolución presentadas por los partidos tan solo pretenden fijar una posición política, sin más repercusión práctica que esa y tratar de retratar posibles flancos débiles de sus rivales.El PP aprobará hoy una «condena a los totalitarismos nazi y comunista» que hace suya una resolución del Parlamento europeo en 2019 y reclamará al Gobierno español que incorpore esa propuesta a la legislación vigente. En privado, los populares no ocultan su intención de incomodar al BNG, una fuerza cuya matriz, la Unión do Povo Galego (UPG), se define como un «partido comunista patriótico», si bien también China cuenta, sobre el papel, con un régimen comunista y Alberto Núñez Feijóo en su época de presidente de la Xunta evitó condenar el sistema político de un país que visitó para tratar de abrir oportunidades de negocio para empresas gallegas. No solo el PP emplea estas estrategias. También el BNG plasma su ideario en la primera propuesta de resolución, en la que aboga por el reconocimiento «del estatus político de Galicia como nación» para poder avanzar hacia ala «soberanía» y «tener capacidad real para decidir sobre los aspectos clave del desarrollo económico, social y cultural», así como un concierto económico que rechazan PP y PSdeG.Los socialistas evitan iniciativas de este tipo, si bien defenderán hoy una para pedir a la Xunta un plan para recuperar la memoria histórica.
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