Primeros «escudos» de montes privados para defender del fuego las zonas urbanas

Particulares y comuneros de Vigo, Arbo y Ourense proyectan una barrera de frondosas

La agrupación «Vigo Sur» desarrolla 20 hectáreas entre Saiáns, Coruxo, Oia y Nigrán

Una vecina de O Barco de Valdeorras pasa ante casas calcinadas porlas llamas en 2022.

Una vecina de O Barco de Valdeorras pasa ante casas calcinadas porlas llamas en 2022. / Brais Lorenzo

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Vigo

Tres agrupaciones forestales de gestión conjunta echarán a andar en Vigo, la comarca de Condado y Ourense con un objetivo claro: crear los primeros «escudos verdes» en monte privado para frenar el avance de los incendios hacia zonas urbanas —casas amenazadas por la proximidad al monte, vías de alta capacidad o polígonos industriales—. La fórmula, inédita hasta ahora en Galicia, une a propietarios particulares y comunidades de montes dispuestos a transformar los montes periféricos, talando pinos y eucaliptos, para plantar frondosas que actúen como cortafuegos y protejan viviendas en riesgo.

La amenaza no es teórica: en octubre de 2017, esos mismos terrenos situados entre Vigo y Nigrán, en el entorno de Chandebrito, y también en As Neves, fueron escenario de devastadores incendios forestales que arrasaron 50.000 hectáreas de monte gallego y se cobraron vidas humanas.

Defensa estratégica

Esa memoria trágica impulsa ahora una nueva forma de gestión con vocación de futuro: áreas de defensa estratégica contra el fuego. «No es una cuestión forestal, sino social: crear una especie de barrera de 200 metros de frondosas que sirva para apoyar al operativo de extinción en un fuego extremo y poder pararlo», explica el responsable económico de la Asociación Forestal de Galicia, Daniel Rodríguez Cebreiro. «Muchas parroquias y lugares de Vigo, con una densidad de población altísima, están metidas en medio del monte. Tenemos un problema. Las casas y la vida de esas poblaciones pueden estar amenazadas», reflexiona.

Parcelas alrededor del Parque forestal de Saians consideradas para el plan de defensa contra el fuego

Parcelas alrededor del Parque forestal de Saians consideradas para el plan de defensa contra el fuego / FdV

Parcela de Piñor

Parcela de Piñor / FdV

parcela arbo

Parcela de Arbo / FdV

Actualmente, Rodríguez Cebreiro da apoyo técnico a comunidades de montes y particulares, como la Agrupación Forestal de Gestión Conjunta Montes de Vigo-Sur, en la parroquia viguesa de Saiáns. Allí, una treintena de propietarios de pequeños terrenos alrededor del parque forestal de Saiáns, unidos a los comuneros del monte vecinal, promueven esta agrupación para gestionar en conjunto unas 20 hectáreas de terrenos forestales, aunque el proyecto contempla alcanzar unas 80 hectáreas en el futuro, uniendo a la iniciativa a los comuneros de Oia y Coruxo, junto con comuneros y particulares de Nigrán.

La propuesta no sustituye al proyecto del «Anillo Verde», sino que se plantea como una estrategia complementaria, más centrada en zonas de interfaz urbano-forestal, asegura Rodríguez. La clave está en transformar la fisonomía del entorno con especies frondosas en lugar de eucaliptos o pinos, además de mantener el monte gestionado. De hecho, la futura Lei de Loita Integral contra Incendios Forestais contempla las figuras de «paisajes cortafuegos» y «áreas estratégicas de gestión contra incendios».

Asimismo, en Piñor, Ourense, donde son todos particulares, el «escudo» cubriría una zona por la que transita la AG-53, una vía de alta capacidad que enlaza la capital de As Burgas con Santiago. Se trata de una zona de frondosas en el entorno del río y de la autopista, con poca población, pero próxima a núcleos de población como O Carballiño, y donde hoy proliferan las coníferas y masas forestales sin ningún tipo de gestión.

En Arbo, la zona de la agrupación está próxima al polígono industrial y también incluye la defensa del patrimonio arqueológico, ya que se ubica al lado de una antigua mina romana.

La respuesta vecinal, de momento, es positiva. «Prácticamente todos los propietarios identificados decidieron sumarse», destacan. Solo quedaron fuera los que no pudieron acreditar la propiedad de sus terrenos. El vínculo con el monte viene de lejos. Y perderlo, duele.

Otras agrupaciones: Condado-Paradanta y Silleda, en Pontevedra; y Xermade, en Lugo

Actualmente hay varias iniciativas en marcha en Galicia como agrupación forestal de gestión conjunta —de las 24 agrupaciones ya inscritas, que abarcan una superficie total de 3.145 hectáreas mediante la reunión de 9.250 parcelas y casi un millar de socios, cinco de ellas de reciente creación—. Cada una cuenta con objetivos adaptados a su territorio. «Se busca romper la dinámica de abandono de los montes particulares, que representan un importante riesgo en caso de incendio», explica Medio Rural.

Desde la Asociación Forestal de Galicia, indican que la que desarrolla el Concello de As Neves, dentro de la Agrupación Condado-Paradanta, incluye masas protectoras del núcleo urbano y en Barcela, del polígono industrial. También se impulsa otra en Silleda, en Pontevedra y en Xermade, Lugo.

Las agrupaciones forestales conjuntas tienen prioridad en las líneas de ayudas públicas, que primero subvencionan su creación (estudios de propiedad, perímetros, contratos) y, posteriormente, la ejecución de trabajos como la eliminación de eucalipto y la plantación de frondosas. La Xunta acaba de publicar una nueva línea de ayudas, con un presupuesto bianual de 1,4 millones de euros financiados con fondos de la UE.

Para que una agrupación pueda inscribirse y acceder a las ayudas autonómicas, debe contar con al menos el 70% de la superficie del perímetro definido cedida por sus propietarios. En eVigo, la asociación Montes de Vigo-Sur ya está constituida y tiene una directiva propia, pero aún trabaja en la configuración de ese perímetro conjunto.

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