Casi 20 municipios tienen más población exterior que residentes
A Lama y Crecente, 14 concellos de Ourense y 2 de Lugo tienen menos vecinos que su padrón de extranjeros
El censo exterior es más del 50% de la población en 85 localidades

Dos personas pasean por Ourense / Brais Lorenzo

¿Qué tienen en común los concellos de Crecente y A Lama en Pontevedra; los de Avión, Gomesende, Bande, Quintela de Leirado, Arnoia, Verea, Beariz, Boborás, O Bolo, Cortegada, Ramirás, Rairiz de Veiga, Montederramo y Chandrexa de Queixa, en Ourense; y Navia de Suarna y A Fonsagrada, en Lugo? Los apellidos de ascendencia gallega del censo exterior superan al número de voces en las calles de esas localidades. La emigración ha sido una constante en la historia de Galicia, y sus huellas son estigmas visibles en el padrón municipal: en esos 18 concellos hay más ciudadanos inscritos que residen en el extranjero que habitantes residiendo en el propio territorio. Concretamente, un 193% más en el caso de Avión, que lidera la lista y con 3.342 gallegos en el exterior, frente a los 1.727 vecinos empadronados en la localidad.
En Gomesende también casi se triplican: los 664 vecinos censados contrastan con los 1.179 del padrón exterior, según desvelan los últimos datos del INE de 2025, extraídos del fichero central del Padrón de españoles residentes en el extranjero (PERE). La provincia de Ourense es la más afectada por este fenómeno, aunque concellos de Pontevedra, como A Lama y Crecente, también lo resienten.
Entre los contrastes más abultados, Gomesende (177% de diferencia a favor de los gallegos en el exterior) y Bande (167%), que se sitúan siguientes en la lista. Otros municipios con una situación similar son Navia de Suarna (158%), Quintela de Leirado (135%) y Arnoia (134%). La emigración marcó el pasado de Galicia y sigue definiendo su presente. Este éxodo ha tejido una red migratoria que sigue conectando a Galicia con América y Europa, con generaciones que mantienen su inscripción en los registros municipales aunque nunca hayan vivido en Galicia.

Concellos con más población exterior que residentes en el padrón municipal / Hugo Barreiro
En 85 municipios, el censo exterior equivale a más del 50% de la población municipal. Si todos los inscritos en el extranjero decidieran regresar, estos concellos verían incrementado su padrón en más de un 50%. Ejemplos de ello son Vimianzo, Campo Lameiro, Laxe, Dozón y Vilardevós. Aunque este fenómeno se da en toda Galicia, es especialmente notable en Ourense y Lugo.
Actualmente, hay 548.252 gallegos viviendo fuera de España, una cifra récord que equivale a la mitad de la población de A Coruña. Sin embargo, tres cuartas partes de ellos no nacieron en Galicia. Se han nacionalizado al amparo de la Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, que ha abierto una puerta a los descendientes de emigrantes y que expira en octubre de 2025. Gracias a esta medida, muchos gallegos en el exterior están recuperando su vínculo con la tierra de sus abuelos, inscribiéndose en el censo y, en algunos casos, regresando a Galicia.
Para entender mejor la situación, hemos hablado con tres alcaldes cuyos municipios tienen más población en el exterior que en casa. En Arnoia, Ourense, el censo refleja una población residente de 970 personas, mientras que 1.305 ciudadanos están inscritos en el extranjero. Según su alcalde, Rodrigo Aparicio, la intensa emigración comenzó en las décadas de 1930 y 1940, cuando el municipio tenía cerca de 3.000 habitantes. «La mayor parte de la emigración se dirigió a Argentina y Uruguay», explica. Actualmente, muchos de los inscritos en el censo exterior son nietos y bisnietos de aquellos emigrantes. Aunque algunos han retornado, los casos son esporádicos, y las oportunidades laborales se concentran en la construcción, la hostelería y la agricultura. Opciones que no siempre se adaptan al perfil de los retornados. ¿Tienen derecho al voto en Galicia? «Antes podían participar en las elecciones municipales, pero ahora solo pueden votar en las autonómicas y nacionales», explican fuentes consultadas.
Pese a la distancia, Arnoia mantiene un vínculo estrecho con su diáspora a través de iniciativas como el «Centro Arnoia de Montevideo» en Uruguay, un punto de encuentro que refuerza la identidad cultural de la comunidad emigrante, explica el alcalde.
En Gomesende, la alcaldesa Purificación Álvarez destaca que la emigración histórica ha llevado a que haya más personas censadas en el extranjero (1.179) que en el municipio (664). «En los años 60, muchas personas emigraron a América, principalmente a Venezuela, Argentina y Cuba», señala. También hubo una oleada migratoria hacia Alemania, Suiza y Estados Unidos. Ahora, el regreso de algunos emigrantes representa una oportunidad para frenar la despoblación.
Regreso a cuentagotas
En Crecente, el alcalde Julio César García-Luengo afronta una situación similar. Con 1.981 personas en el censo exterior y 1.938 residentes en el municipio, Crecente ha sido históricamente un pueblo de emigrantes, con fuertes lazos también en Argentina, Uruguay y Brasil, además de Francia y Suiza. En los últimos años, descendientes de emigrantes empiezan a regresar, sobre todo desde Argentina.
«Son nietos y bisnietos de los que emigraron hace años y ahora están consiguiendo la nacionalidad. Se nota en el juzgado , donde hay peticiones todos los días», explica el alcalde —en relación a los documentos exigidos para la concesión de la nacionalidad, como la partida de nacimiento del ascendente de quien lo solicita—. Sin embargo, este retorno no está exento de dificultades, especialmente en lo que respecta a la vivienda. «La mayoría de las casas que dejaron están en ruinas o tienen problemas de herencias. Es muy difícil comprarlas porque los herederos están fuera y cuesta localizarlos», señala el alcalde.
A pesar de los desafíos, García-Luengo ve en el retorno una oportunidad para revitalizar el municipio. «Si viniera una parte de esos casi 2.000 residentes en el extranjero, sería muy positivo», afirma. Además, destaca que los descendientes de emigrantes tienen una mayor facilidad para adaptarse al rural gallego por el idioma y las costumbres. «Es una idea que promociona la Xunta; este es un tipo de migración que encaja bien en nuestra sociedad, por la lengua y cultura común», concluye.
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En los últimos años, sin embargo, algunos descendientes de emigrantes han regresado, especialmente desde Venezuela, debido a la crisis en ese país. «Han venido algunas familias, mientras que antes solo venían de vacaciones; ahora compran casas o alquilan y se empadronan aquí», afirma la alcaldesa de Gomesende, Pura Álvarez.
La alcaldesa destaca que este retorno es positivo: ayuda a mantener la actividad y la población. «Es una buena noticia, porque tenemos un problema de despoblación y de baja natalidad». Mientras, los retornados —nietos o bisnietos de emigrantes— suelen venir con «dos o tres hijos», lo que contribuye a aumentar la natalidad y a mantener, por ejemplo, abierta la escuela. «Ya tenemos un colegio compartido con otro municipio y no queremos cerrar aulas».
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