Apurarse a decidir sobre el más acá

Uno de cada ocho gallegos con testamento vital no cumplió el medio siglo de edad | Pese al aumento de esas voluntades, Galicia está en la retaguardia en proporción a sus vecinos

Imagen de archivo de una concentración de la asociación "Derecho a morir dignamente".

Imagen de archivo de una concentración de la asociación "Derecho a morir dignamente". / Chema Moya / EFE

Carmen Villar

Carmen Villar

Santiago

¿Qué es «importante» para usted si llegase a verse en el caso de no poder expresar su voluntad a causa de su deterioro físico y/o psíquico y no pudiera tomar decisiones sobre su atención sanitaria? Es una de las preguntas que propone el modelo de documento de instrucciones previas del Sergas que ayuda a orientar las decisiones de quienes quieren dejar constancia, mientras pueden, de qué cuidados y tratamientos desean recibir si fuese preciso. ¿Padecer dolor? ¿Poder comunicarse y relacionarse con otras personas? ¿Prolongar la vida en situaciones clínicas irreversibles? ¿Aguantar en el hogar los últimos días?

A esas cuestiones, u a otras, responden quienes suscriben el documento de instrucciones previas, que se recoge en el Rexistro Galego de Instrucións Previas para que los equipos sanitarios puedan aplicar lo que allí figura si se plantea la situación. Lo que popularmente se conoce como testamento vital, que obliga al interesado a situarse frente a frente al futuro de su cuerpo, sus órganos y todo lo que conlleva un posible deterioro en el más acá, es todavía una cuestión que interesa a los más mayores de la casa. Aunque la edad media de quienes han otorgado este tipo de voluntades anticipadas en Galicia ronda la de la jubilación —de hecho, los mayores de 65 años duplican a quienes tienen entre 51 y 65—, no todos esperan tanto.

Las cifras en Galicia

Según las estadísticas del Registro Nacional de Instrucciones Previas actualizadas a enero de este año, en Galicia se contabilizan 19.159 documentos de voluntades médicas anticipadas, una cifra inferior, como ha ocurrido en ejercicios pasados, al dato que facilita la Xunta para finales de 2024 y que se sitúa en 20.104, mil más. Los datos que maneja el Ministerio de Sanidad se refieren a documentos «activos», son depositados por los Ejecutivos autonómicos y el registro estatal busca «posibilitar el conocimiento en todo el territorio nacional» de las instrucciones previas otorgadas en el Estado.

testamentos vitales marzo 2025

testamentos vitales marzo 2025 / Simón Espinosa

Son las cifras ofrecidas por el Gobierno central las que permiten comparar por comunidades y las que desglosan datos como la edad, el sexo o la nacionalidad. Respecto al primer indicador, un 12 por ciento de los otorgantes —uno de cada ocho— todavía no ha soplado las velas del medio siglo en Galicia, lo que coloca a la comunidad en este parámetro en el corazón de la tabla autonómica si se tienen en cuenta también las ciudades de Ceuta y Melilla. En Murcia y Canarias, en cambio, el peso de los más «jóvenes» en el registro es mayor: son uno de cada cinco. Al contrario, en el País Vasco, sin embargo, solo suponen siete de cada cien.

Las mujeres se preocupan más

Son mujeres la mayoría (un 57%) de quienes toman la precaución de dejar claras (aunque pueden cambiarse) estas decisiones sanitarias, incluida la prestación de la eutanasia regulada por la ley si se dan los supuestos recogidos en la normativa, por la que se inclinan casi el 30 por ciento de quienes hacen testamento vital.

Galicia, además, destaca por que ni un extranjero figura en el listado de instrucciones previas. Es la excepción a la regla e incluso Extremadura, con un porcentaje de población foránea más reducido, aparece en el ranking con 15. Sin embargo, la comunidad tiene una tasa de instrucciones previas por mil habitantes que más que duplica la extremeña (7,09 frente a 3,25). Con todo, y pese a que en 2024 estas voluntades experimentaron el mayor acelerón de la década en Galicia, figura de quinta por la cola en dicha tasa.

Cuidados y tratamientos ‘en caso de’, la principal preocupación

Solo dos de cada cien gallegos que formalizaron el testamento vital el año pasado especifica la donación de su cuerpo con fines científicos. Son muchos más, un 63 por ciento, la cifra más elevada alcanzada desde que se creó el Rexistro autonómico, quienes dejan estipulada una muestra de su solidaridad a través de la donación de órganos y tejidos. La segunda cuestión más mencionada en las últimas voluntades sanitarias es la eutanasia: ocho de cada diez nuevos documentos incorporan esa posibilidad de cumplir los requisitos en su momento. Lo que es generalizado —figura en más del 99% de documentos— es especificar cuidados y tratamientos futuros.

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