Voces críticas en mar y tierra contra la celulosa de Palas de Rei en A Pobra

Los manifestantes alertan del peligro de contaminación en el río Ulla y la ría de Arousa

La oposición pide a la Xunta que rectifique y Lorenzana acusa al BNG de liderar las protestas

J. M. Ramos

A Pobra

A Pobra se convirtió este sábado en una caja de resonancia de las voces críticas con la fábrica de celulosa que Altri quiere construir en Palas de Rei y con la mina de Touro. Llegaron tanto del mar, donde más de 500 barcos surcaron las aguas para mostrar su rechazo a la factoría, como de tierra, donde ni la lluvia fue capaz de desanimar a los numerosos manifestantes.

El agua es nuestro futuro. Ni Altri ni mina. Defendamos nuestro modo de vida, se podía leer en la pancarta que ha encabezado la movilización terrestre, mientras que desde el agua llegaba el eco de las sirenas de las embarcaciones y el mensaje: «Ni Altri ni mina. Viva el río Ulla y viva la ría de Arousa».

El presidente de la Plataforma en Defensa de la Ría de Arousa, Xaquín Rubido, destacó la unidad del movimiento social que se opone a un modelo «altamente salvaje de industrialización». «Vamos a parar estos dos proyectos altamente contaminantes» porque son una «ruina» para Galicia y un «atraco» a los gallegos.

Llegados en barco y a pie: masiva concentración contra Altri en A Pobra do Caramiñal

Pedro Pascual

Por su parte, la presidenta de Ulloa Viva, Pilar Naveira, ha asegurado que «lo que es 100% seguro es que no tienen licencia social».

En esa idea han incidido la presidenta de la agrupación de mariscadoras de Carril (Pontevedra), María Porto; la ganadera Mari Carmen Aguiar, en representación de la plataforma Mina de Touro-O Pino Non, y la ganadera ecológica de la Ulloa Marta Álvarez.

Al acto, secundado por miles de personas (entre 20.000 y 50.000, según los organizadores y apenas 3.500 según fuentes oficiales), se sumaron, entre otros, los portavoces de los grupos políticos de la oposición en el Parlamento.

Ana Pontón (BNG) pidió al presidente de la Xunta que «rectifique» y «escuche a la inmensa marea de dignidad que le dice ‘Altri no, Galicia sí’». Le exigió también que contestase a la pregunta de «si Altri es tan buena, ¿por qué no la quieren en Portugal?».

Por su parte, José Ramón Gómez Besteiro (PSdeG) denunció la «gran mentira de Altri y del PPdeG» y aseguró que el proyecto «no es sostenible para Galicia. No encaja en nuestro modelo productivo».

Al principio, añadió, se planteó como «como una factoría de fibras biotecnológicas y al final supimos que es una macrocelulosa».

Comunismo del siglo XXI

Por su parte, la conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, acusó al BNG de movilizar a la ciudadanía, y al PSdeG de comprarles el discurso y colaborar. Destacó que son acciones reivindicativas «lideradas y animadas» por parte del BNG. «Creo que nada nuevo bajo el sol; es comunismo del siglo XXI».

Con la «desinformación» que ella observa en este proceso, al final lo que se consigue es que «los gallegos sean más pobres». Esto ya ocurrió, añadió, con Alcoa. «Es la misma historia, pero con otro nombre. Cuando pase Altri, será otra cuestión». Y «si no lo paramos, al final Galicia será una Galicia del siglo XIX», concluyó.

Altri pide respeto, menos «bulos» y más transparencia con su proyecto

Olga Arias, directora de RRHH y de Relaciones Institucionales de Altri en España, pidió «rigor» y «respeto» para el proyecto que pretenden desarrollar en Palas de Rei. Defendió la «transparencia» de la propuesta para producir fibras textiles sostenibles de celulosa, con un sistema de depuración de aguas líder en la industria y que no afectará al río Ulla.

«Invertiremos 80 millones de euros en el más eficiente e innovador sistema de depuración de aguas que hay en la industria para asegurarnos de que no se va a alterar el estado del río Ulla y, por lo tanto, que no va a afectar a los bancos marisqueros de la ría de Arousa. Lo demás son bulos», afirmó. «Este es un proyecto industrial del siglo XXI que sigue a rajatabla las directrices de la Unión Europea», añadió.

Destacó además el equilibrio energético de la planta y su alineación con las directrices de la UE, y desmintió «rumores negativos» sobre el impacto ambiental. También subrayó que el proyecto ha sido «desde siempre» el mismo, tanto a nivel de producción y de energía como de empleo.

La concesión favorable de la Declaración de Impacto Ambiental, indicó esta portavoz, reafirma la confianza en la «viabilidad» desde ese prisma, así como del «impacto social y económico positivo».

«Por nuestra parte, seguiremos informando y mostrando nuestro proyecto a todas aquellas entidades y colectivos que lo deseen, tal y como lo hemos venido haciendo hasta ahora, con total transparencia. Altri es una empresa cotizada y, como tal, regulada y sometida a una normativa de total transparencia», concluyó.

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