La Xunta activa un plan especial para controlar el jabalí en la primavera
Medio Ambiente rechaza alargar la emergencia cinegética por su alto impacto en la fauna en época de cría | El protocolo introduce las batidas preventivas en zonas localizadas

Cartel informativo de una batida de jabalí ayer en la zona compostelana de Os Vilares. | M. G. P.
Martín G. Piñeiro
La emergencia cinegética declarada en octubre por la Xunta para controlar la población de jabalí a través de su caza sin límite en el 85% del territorio gallego llegó ayer a su fin. Y aunque la cascada de daños agrícolas y accidentes viarios protagonizados por este animal continúan, la Consellería de Medio Ambiente decidió finalmente no prorrogar este instrumento «provisional y excepcional» que ya había aplicado en 2019, 2021 y 2023. En su lugar, la Xunta opta por un nuevo protocolo de refuerzo del control del jabalí, específico para la primavera, por tratarse de una época con características singulares: en ella coincide el periodo de cría con la plantación de la mayoría de cultivos.
Esta combinación de factores convierte los meses de marzo, abril, mayo y junio en fechas especialmente sensibles y con un potencial incremento de la conflictividad entre los agricultores y la fauna salvaje, lo que llevó a Medio Ambiente a diseñar un protocolo de refuerzo que estará vigente del 1 de marzo al 30 de junio. Su principal herramienta será la posibilidad de solicitar batidas preventivas sin la necesidad de que estén sujetas a denuncias por daños, como ocurre con la emergencia cinegética.
La idea es que, si se detecta afección por jabalí en las proximidades de unos cultivos de forma recurrente, se podrá activar esta caza preventiva antes de que impacte en las cosechas.
Y se hará además de forma exprés: las solicitudes podrán cursarse cualquier día de semana, sin límite, a través de un simple correo electrónico y la Xunta las resolverá en 24 horas. El objetivo, apuntan fuentes de Medio Ambiente, es «agilizar la tramitación de medidas de control» del jabalí al tiempo que se respeta el período de cría de las especies silvestres.
Porque el hecho de limitar las batidas a zonas y días muy concretos evita sacar los cazadores al monte con más frecuencia en unos meses donde se concentra la cría de la mayoría de especies, no solo del jabalí. Los propios cazadores eran contrarios a prorrogar esa emergencia cinegética por el elevado coste económico que les suponía salir a cazar de forma continua a nivel de munición, combustible y gastos veterinarios.
La Consellería también tuvo en cuenta a la hora de rechazar la emergencia cinegética y optar por un protocolo de refuerzo dos sentencias del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), del 3 de junio, que llevaron a la Xunta a modificar la normativa que regula las épocas hábiles de caza, las medidas de control por daños y los regímenes especiales durante la temporada 2024-25. Lo que hizo fue limitar el periodo de entrenamiento de perros de caza y aves de cetrería en la época de cría, donde hay especies muy sensibles y en peligro, como la arcea. Y el nuevo protocolo para el jabalí se enmarca en esa filosofía de respetar al máximo este periodo primaveral de reproducción.
18.283 animales abatidos, el doble que en 2007
La Consellería de Medio Ambiente admite que la falta de un censo de jabalí complica la aplicación de cualquier solución al problema de daños. Sin embargo, en base a los pocos datos que hay fiables, sí se apunta a un incremento de manadas. El más evidente es que, con menos cazadores en el monte, en la temporada 2023-2024 —la actual no se cerró— se abatieron 18.283 ejemplares, mientras que en 2007-2008 no llegaron a la mitad, 7.452. Ese incremento es proporcional a la hora de hablar de daños en cultivos y de accidentes en la carretera. En el campo, los destrozos se concentran sobre todo en dos épocas: la primavera, por la siembra; y la recolecta, en otoño. El año pasado se denunciaron daños en 2.800 hectáreas. Los daños en carretera, por contra, se concentran en invierno, porque el jabalí sale de noche y al haber menos horas de luz, coincide más con los conductores. Medio Ambiente reserva este año más de 2 millones de euros a ayudas para paliar daños en cultivos, y 450.000 euros más para la compra de pastores eléctricos. Además, promueve medidas de control como jaulas trampa en áreas urbanas, vallas reforzadas en carreteras o el uso de repelentes en zonas de cosecha.
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