Entrevista | Víctor Novo Jefe del Servicio de Sanidad y Producción Vegetal de la Xunta

«Desistimos de erradicar el nematodo del pino; optamos por su contención»

La Consellería de Medio Rural acaba de declarar medidas de contención en la «zona cero» del nematodo del pino, el municipio pontevedrés de As Neves. El lugar donde se registró el primer ejemplar afectado, en 2010. La decisión llega tras años de intentos fallidos de erradicación, en los que la plaga se ha extendido de manera progresiva, especialmente desde 2018. Ya alcanza 30 municipios gallegos, 25 de ellos en Pontevedra.

jefe del Servicio de Sanidad y Producción Vegetal de la Consellería de Medio Rural.

jefe del Servicio de Sanidad y Producción Vegetal de la Consellería de Medio Rural. / Xoán Álvarez

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Vigo

¿Por qué tomaron la decisión de pasar de la erradicación a la contención del nematodo del pino en As Neves?

La normativa fitosanitaria establece que, cuando aparece una plaga de cuarentena como esta, que es una de las veinte «prioritarias» en Europa, lo primero que se intenta es erradicarla. Sin embargo, cuando la erradicación no es posible debido a su persistencia y expansión, se pasa a la fase de contención, el segundo estatus fitosanitario. En los últimos años se han detectado más de 200 nuevos positivos en esa zona, lo que demuestra que sigue su avance.

La plaga llegó de Portugal, donde colonizó todo el arco atlántico desde el Algarve hasta Viana do Castelo. Pero, ¿cómo se ha propagado?

Sí. El foco original provino de Portugal, donde la plaga lleva más de 20 años en fase de contención. En 2010 se detectó el primer caso en As Neves y, desde entonces, han ido apareciendo nuevos positivos, que se intentaron eliminar. Sin embargo, el nematodo se desplaza a través de un insecto vector, el coleóptero Monochamus galloprovincialis, que perfora la madera, deposita sus huevos y se propaga. A Cañiza, A Guarda, Arbo, As Neves, Baiona, Covelo, Crecente, Fornelos, Gondomar, Mondariz, Mondariz-Balneario, Mos, Nigrán, O Porriño, O Rosal, Oia, Pazos de Borbén, Ponteareas, Redondela, Salceda, Salvaterra de Miño, Tomiño, Tui y Vigo son zonas infectadas por el organismo de cuarentena que es el nemotodo (Bursaphelenchus xylophilus) y hay cinco concellos más afectados en Ourense.

¿Qué factores pudieron favorecer la expansión de la plaga?

Hay varios. Primero, la propia naturaleza del insecto, que busca árboles debilitados. Estos pueden estar afectados por incendios, otras plagas o simplemente el envejecimiento natural. Segundo, la dificultad de eliminar todos los árboles infectados, ya que muchos de ellos pertenecen a propietarios privados que no siempre actúan con la rapidez necesaria. Tercero, la cercanía con Portugal, donde la plaga sigue activa. Y por último, el aumento de temperaturas que favorece la dispersión del insecto y del nematodo.

La nueva zona demarcada As Neves, ¿qué implica para los propietarios forestales?

La nueva zona demarcada está formada por un área infestada y una zona tampón de 20 kilómetros alrededor. Dentro de esta zona, los árboles secos o sintomáticos deben ser eliminados antes del 1 de abril para evitar que el insecto vector los use como hospedadores. Además, cualquier madera extraída de la zona debe ser tratada térmicamente a 65ºC durante 30 minutos antes de ser trasladada fuera del área afectada. Los propietarios forestales tienen la responsabilidad de gestionar sus terrenos e informar de posibles árboles enfermos.

En zonas despobladas del rural, ¿qué dificultades existen para aplicar estas medidas?

Hay varias. Primero, la falta de control sobre muchos montes privados, ya que algunos propietarios desconocen sus obligaciones o no pueden actuar sobre sus terrenos por razones legales o administrativas. El catastro de rústica no siempre está actualizado, lo que complica la notificación de medidas a los dueños. También está el problema de los montes abandonados, donde no hay nadie que gestione la madera enferma.

¿Cómo afecta la estructura del monte gallego?

Existen montes bien cuidados y ordenados, pero también hay zonas abandonadas donde nadie interviene. En estas áreas, los árboles debilitados se convierten en focos de infección. Es muy distinto gestionar un monte bien mantenido, donde se pueden detectar y eliminar rápidamente los árboles afectados, que un monte en estado de abandono.

«En tres campos de fútbol de coníferas había 80 propietarios y el 30% eran desconocidos »

¿Qué diferencia hay entre la fase de erradicación y la de contención?

Inicialmente, la normativa exigía erradicar completamente la plaga, pero la experiencia demostró que esto era imposible debido a la fragmentación de la propiedad forestal y la imposibilidad de intervenir en todos los terrenos afectados, también con una importante factura económica. Se decidió pasar a la fase de contención, lo que significa establecer una zona de control ampliada y asumir que la plaga no desaparecerá, pero sí se puede evitar su expansión y que se convierta en un problema mayor para los ecosistemas y la industria maderera.

¿Cómo se han gestionado las talas en los últimos años?

En los primeros años, cuando aparecía un árbol positivo, se obligaba a cortar un área de 1,5 kilómetros alrededor, lo que provocó muchas ejecuciones subsidiarias y conflictos legales. Actuar en 3,14 hectáreas podía implicar a muchos propietarios. En algunos casos, en un área de tres campos de fútbol se identificaron hasta 80 propietarios distintos; el 30% eran desconocidos... y contestaron solo tres a la notificación. Con el tiempo, el radio de tala se redujo a 500 metros y luego a 100 metros, por la experiencia adquirida.¿Se puede vender la madera de zonas afectadas?Sí, pero con restricciones. La madera puede ser procesada dentro de la zona demarcada pero si va a salir debe ser tratada térmicamente para garantizar que no transporte el nematodo. La Consellería de Medio Rural puede autorizar instalaciones para tratarla, pero el seguimiento de movimientos es fundamental para evitar nuevos brotes fuera del área de contención.

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