El profesorado también urge la desconexión digital: mensajes sí, pero con límites

El sistema educativo cambió y ya no se entiende en su versión analógica. Padres, alumnos y profesores se comunican a través de la plataforma educativa a cualquier hora del día. Los mensajes llegan a los docentes incluso de madrugada. La Xunta prevé regular su uso y ellos demandan un horario.

Un niño consulta su  plataforma escolar.

Un niño consulta su plataforma escolar. / E.B.

Vigo

La Xunta tiene en el tintero un anteproyecto de ley con el que pretende regular los «derechos y deberes» en el ámbito digital de las escuelas. La comunicación a través de las plataformas online que emplean profesores, padres y alumnos fuera de horario lectivo, el uso responsable de la inteligencia artificial, la grabación de las clases o el bullying en redes sociales son algunos de los principales asuntos en los que establecerán normas.

No es extraño que los maestros reciban consultas de los estudiantes (o de sus progenitores si son más pequeños) a horas intempestivas, aunque también pueden darse casos de ellos mandando tareas a través de este sistema sin avisar antes en el aula.

En breve se expondrán los principales objetivos de la nueva normativa y se abrirá un plazo para recibir propuestas ciudadanas. También habrá reuniones con la comunidad educativa.

«Nos llegan mensajes vía plataforma a todas horas del día», indica Sofía Fernández, tutora de un IES en Vilagarcía. «Cada profesor tendría que marcarse sus propios límites y trabajar solo en el horario laboral», dice, aunque corrobora que muchos no lo hacen. «Yo cuando empecé contestaba a todo al momento, por pequeñas que fuesen las dudas, pero te das cuenta que si das la mano te cogen el brazo. No somos profes a todas horas, también tenemos una vida aunque seamos muy vocacionales», añade. Recuerda que en su caso atendía peticiones que llegaban incluso a las 12 de la noche.

Con todo, el mayor compromiso para ella es el Whatsapp y la atención domiciliaria. Los padres tienen su teléfono personal y la demanda horaria aumenta : «Me llamaban de noche y me contaban problemas más allá de los niños», dice.

El maestro de Infantil del colegio Monterrey, Javier Cendón, opina, en la misma línea, que debe haber sentido común: «Yo creo que tendríamos que estar abiertos siempre, pero entendiendo «siempre» dentro de un horario lógico, como hasta las 19,00 o las 20,00. Ahora se extiende más».

Con todo, valora la existencia de las plataformas para poder hacer aclaraciones a los padres: «Por los grupos de Whatsapp hay veces que reinterpretan cosas que pasan en el aula y emiten justicia. Es mejor que se comuniquen con nosotros».

Lo mismo opina Fernández, que valora que la plataforma es un método óptimo para los alumnos y al que también recurrirán en la universidad.

Las profesoras de la ESO, María Gama y Victoria Corral, creen que una buena solución que podría implantar la Xunta es poner limitaciones horarias a las plataformas para que no se puedan mensajear, por ejemplo, en horario nocturno. Además, sugieren que incluyan una herramienta de programación, de modo que se pueda enviar un mensaje por la noche y que el profesor vería por la mañana. «De otro modo recibimos mensajes de los padres a cualquier hora del día e incluso los fines de semana», advierten.

Chat «supervisado»

En algunos centros, mientras no hay instrucciones claras sobre cómo actuar, llevan a cabo su propio sistema. En el IES Praia de Quenxe de Corcubión, la tutora de sexto de primaria y profesora de música, Andrea Río, explica que en su caso tienen un chat en la plataforma con sus alumnos, más que para resolver dudas, para que hablen entre ellos. «Puxemos unhas normas consensuadas para utilizalo. Nunca se pode esixir unha resposta ao momento e deben falarse con respecto», indica.

Una de las actividades que llevan a cabo a menudo es crear presentaciones sobre temas que les gustan y enseñárselas a sus compañeros, que opinan y se ponen notas mutuamente.

Recuerda que el año pasado surgió una falta de respeto entre dos alumnos y enseguida se tomaron medidas. No sólo por su parte, también reaccionaron los compañeros. El que cometió la falta fue expulsado.

«Tamén poden enviar dúbidas por privado, pero saben que teñen que respectar os nosos horarios», apunta.

Niños, mejor entendimiento

«Os alumnos entenden bastante ben, nunca tiven unha mala resposta. Hai máis problemas coas familias», dice Río. «Recibimos moitas mensaxes a calquera hora e esixindo respostas o máis rápido posible. Cústalles máis que aos fillos entender o que é un horario respectuoso», añade. 

Tracking Pixel Contents