Un asiento incómodo para el conocimiento
Solo el 14% de los alumnos universitarios utilizan mesas adaptadas a sus medidas y solo la mitad del alumnado dispone de sillas adecuadas. Una investigación de ergonomía de la Universidade de Vigo evidencia la falta de armonía entre las dimensiones del mobiliario escolar y las características antropométricas de los alumnos.

Estudiantes realizando exámenes de selectividad en la Facultad de Filología de Vigo / Marta G. Brea

La mitad de las sillas de la facultad no se ajustan a los parámetros antropométricos de los estudiantes —es decir, a su altura, proporciones y constitución— mientras que solo el 14% de las mesas se adaptan a sus características morfológicas. No solo eso: hasta en un 52% de casos, los citados muebles no guardan correspondencia entre ambos. Y esta discrepancia conduce a una serie de efectos negativos demostrados como posturas corporales incómodas y dolor musculoesquelético. Estas son las principales conclusiones del estudio «Ergonomía en la Universidad: estrategias para ajustar el mobiliario escolar a las necesidades del estudiantado», firmado por un grupo de investigadores de la Universidad de Vigo y cuya intervención se realizó con alumnos de 3º curso de Grado de Ciencias de la Actividad Física y que fue presentado en un congreso internacional de Innovación docente.
Dimensiones de los estudiantes
«Dentro de una misma aula, las dimensiones de los estudiantes varían considerablemente, lo que subraya la necesidad de contar con mobiliario diverso adaptado a las diferentes medidas antropométricas, y no limitarse únicamente a consideraciones de edad o estatura», explican en la investigación Xoana Reguera, Iván Prieto, Juan Carlos Argibay y Alfonso Gutiérrez, tras citar una amplia bibliografía que reseña esta misma problemática al menos en los últimos cuarenta años y a nivel mundial. Estos datos muestran una realidad preocupante: la mitad del alumnado universitario no dispone de una silla que le permita mantener una postura adecuada, «lo que puede derivar en problemas a largo plazo», advierten los investigadores. «Las sillas de pequeñas dimensiones pueden contribuir a desarrollar dolores en el cuello y la espalda; la falta de ajuste en la altura del escritorio puede generar una carga muscular adicional... Pero el mobiliario escolar no solo afecta la salud física, sino que también puede influir en el proceso de aprendizaje al disminuir el interés del estudiante durante las clase», explican. Para solucionar este problema, los investigadores proponen varias líneas de actuación. En primer lugar, consideran imprescindible actualizar las normativas y adaptar los criterios de diseño del mobiliario escolar a las características de la población española. Además, subrayan la importancia de incluir formación en ergonomía en los planes de estudio de los futuros docentes, con el fin de que puedan seleccionar el mobiliario más adecuado para sus alumnos.

Tipología de sillas y mesas de la universidad segun la talla basándose en el catálogo europeo / Hugo Barreiro
«La correcta adaptación del mobiliario escolar es clave para garantizar el confort y la salud postural de los estudiantes. Una mala postura mantenida durante horas de clase puede generar problemas musculoesqueléticos que podrían prevenirse con una adecuada selección de mesas y sillas», concluyen los investigadores. Confían en que sus hallazgos sirvan para concienciar a las administraciones educativas y mejorar las condiciones en las aulas, beneficiando así tanto la salud como el rendimiento académico del alumnado.
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es la falta de formación en ergonomía escolar entre los futuros docentes, lo que puede repercutir negativamente en la correcta selección del mobiliario en las aulas. Para abordar esta deficiencia, el equipo de investigación desarrolló un programa de innovación educativa en el que los estudiantes universitarios aprendieron a realizar mediciones antropométricas y evaluar la adecuación del mobiliario en distintos centros educativos. Este enfoque teórico y práctico se complementó con una charla-coloquio impartida por el fisioterapeuta Manuel Fraiz, responsable de la unidad de rehabilitación del raquis en un hospital de Pontevedra.
El estudio destaca que, aunque existen estándares internacionales para el diseño del mobiliario escolar, estos se basan principalmente en la estatura y no consideran otras medidas clave, como la altura poplítea (distancia desde la parte posterior de la rodilla hasta el suelo) o la altura del codo al estar sentado. «La normativa ISO 5970:1979 sobre mobiliario escolar clasifica las tallas de mesas y sillas basándose en la estatura del usuario, pero esto no siempre garantiza un ajuste ergonómico óptimo», señalan los investigadores.
En comparación con otros países, España carece de una normativa específica sobre mobiliario escolar que garantice su adaptación a las dimensiones de los estudiantes. En Colombia, Chile o Japón existen regulaciones detalladas que especifican distintas dimensiones del mobiliario en función de las medidas corporales de los alumnos. ¿Y en Galicia? Según el estudio, el catálogo de mobiliario escolar que utilizan las administraciones no sigue por completo las recomendaciones europeas, ya que estas se basan en datos de población británica. Esto plantea dudas sobre su aplicabilidad a la realidad antropométrica española y, en particular, a la gallega.
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