Tráfico acusará de homicidio a quien cause víctimas al avisar de un control
El testimonio de familiares o un superviviente y el móvil del autor de la alerta serán claves para armar la causa
Con la creación de los Eprat se intensificarán estas investigaciones

Control de alcoholemiade la GuardiaCivil de Tráfico. / MARISCAL
Avisas a tu colega, matas a tu padre. Bien podría ser el lema de una campaña de Tráfico para concienciar sobre los riesgos de alertar en los grupos de WhatsApp o Telegram de los operativos de control de alcohol y drogas. Un mensaje que para aquellos que van con una copa de más les lleva instintivamente a huir por carreteras secundarias menos seguras, poniéndose en riesgo ellos mismos, pero sobre todo al resto de conductores y pasajeros que circulan bien, pero que acaban convirtiéndose en víctimas inocentes de las negligencias de otros. El cerco sobre administradores y usuarios de estos grupos se intensifica: a la reforma de la Ley de Tráfico, que ya este año penalizará con multas de entre 3.000 y 20.000 euros esos avisos de control en carretera, se suman las investigaciones de la Guardia Civil para sentar en el banquillo a quienes con estas alertas causen un siniestro mortal. Tendrán que rendir cuentas ante el juez por colaborador necesario en homicidio por imprudencia.
Con la creación el año pasado en Galicia de los Eprat (equipos periféricos de reconstrucción de accidentes de tráfico) se intensificarán este tipo de investigaciones. Estas unidades especializadas en siniestros graves y complejos son las encargadas de recabar todo ese tipo de análisis más específicos para aclarar las causas que se esconden tras una salida de vía o una colisión. Esos resultados se usan desde la Agrupación de Tráfico para planificar la acción preventiva y promover los cambios necesarios (ya sea en la infraestructura o en la norma) con el objetivo de reducir los siniestros que ocurren en la red viaria de la comunidad.
Ocurrido el accidente, arranca la recogida de testimonios y se pide colaboración a las víctimas. Los equipos de investigación necesitan que un familiar o un superviviente diga que el conductor cambió su ruta porque alguien le avisó.
La principal prueba es la manifestación de una víctima o que el autor lo manifieste. Ahora bien, si esto no ocurre, también queda el análisis del móvil del fallecido, que puede recoger alguna conversación previa al siniestro con alguno de sus familiares advirtiéndoles de que llega tarde porque va por la pista tal que lo avisaron en el grupo que hay control. Pero también lo es el móvil del autor del aviso, que se analiza bajo autorización judicial. La recogida de cuantas más pruebas, mejor permitirán armar la causa para sentar al autor de ese aviso en el banquillo y demostrar su implicación en las consecuencias que trajo esa alerta de control.
Para los equipos de investigación de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia, pionera de las dos primeras denuncias en España por avisos de controles —a través de la Ley de Seguridad Ciudadana, ya que es la única vía hasta ahora con la que se pueden perseguir las alertas de operativos policiales, pero solo para casos graves, aquellos que pongan en riesgo la seguridad de los propios agentes o del dispositivo que se esté llevando a cabo— es muy importante la colaboración de la familia o una víctima para esclarecer lo ocurrido en ese siniestro y determinar si hubo un aviso que le llevó a tomar una ruta diferente.
En la causa, los agentes tendrán que acreditar que había control en la zona, que se produjo un aviso, que el conductor vio ese aviso, que su ruta siempre es una y ese día a esa hora la cambió, que otro le dio la alerta... Son una serie de pruebas que necesita el juez para dictar sentencia por colaborador necesario en un delito de homicidio imprudente.
¿Merece la pena avisar de un control y verte sentado en el banquillo? A partir de ahora, DGT y Guardia Civil intensificarán todas las medidas a su alcance para acabar con la sensación de impunidad que hasta ahora operaban las aplicaciones y grupos que avisaban de controles. Tanto por la vía administrativa al tipificarlo en la Ley de Tráfico como infracción vial muy grave, lo que conllevará multas que podrían llegar a los 20.000 euros según el alcance de la alerta, y también desde el penal, recabando todas las pruebas necesarias para acusar al autor del aviso de cooperador necesario por homicidio imprudente.
Facilitan la huida a delincuentes y generan siniestros al cambiar la ruta
Tres son las consecuencias que tienen los avisos de controles en carretera: impiden que se detenga a conductores que han tomado alcohol o drogas, permiten la huida por otras vías de todo tipo de delincuentes y, además, pueden provocar accidentes con víctimas en la carretera.
Ya hubo casos en Galicia donde planeó la sospecha de que un aviso provocó un cambio de ruta y el conductor ebrio o bajo los efectos de las drogas terminó provocando un siniestro mortal donde la víctima fue un conductor o pasajero inocente. En esta lista está un accidente en Muros en 2016, donde una pasajera falleció tras chochar contra su vehículo un conductor ebrio y drogado. Poco antes del siniestro se había producido una notificación en una app alertando de controles en la zona.
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