La nutrición dibuja una Galicia dual

La Galicia de la costa y del interior; la Galicia del norte y la del sur; la de las miles de casas abandonadas y la deficitaria en vivienda... Y, también ¿una Galicia dual en la mesa? La compra de pescado, frutas y alimentos sanos despunta un 37% hasta aupar a la comunidad a primera de España. Sin embargo, crece también un 34% el consumo de «comida basura». ¿Cómo se explica?

Comida saludable versus comida poco saludable

Comida saludable versus comida poco saludable / FDV

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Un sociedad healthy, comprometida con la salud y mentalizada de las mejoras medioambientales que implica una alimentación de proximidad (kilómetro 0) en Galicia y saludable. Con pujanza también a la hora de elegir —y de pagar— alimentos sanos en su cesta de la compra. Este segmento de la población gallega ha subido su gasto en alimentos saludables un 37,5% tras la pandemia.

No solo eso, si no que ha posicionado a Galicia en el número 1 del ranking de comunidades autónomas en las que más creció esta elección, con un gasto que es diez puntos mayor que la media nacional con 29,2%. Y, que en los últimos cuatro años, pasó de gastar 1.810 millones de euros en 2019 a 2.491 millones en 2023, según un informe de TBS Education realizado con datos de INE y la encuesta de presupuestos familiares (EPF).

Pero, al otro lado de la balanza, llega un dato difícil de digerir, nunca mejor dicho. Que habla de bipolaridad en lo que hábitos alimenticios se refiere. Desde 2019 en Galicia también crece el consumo de «comida basura». Y en un porcentaje nada desdeñable: casi un 34% gallegos siguen incluyendo pizzas, quiches y cereales del desayuno, por ejemplo en su lista de la compra semanal.

Este comportamiento refleja la tendencia dual que combina la preocupación por hábitos saludables con un arraigo en patrones de consumo más tradicionales o la falta de poder adquisitivo para permitirse esos productos. La dieta gallega está en jaque entre la tradición atlántica y los hábitos globalizados.

Uno de los autores del informe, el profesor Edgar Sánchez, experto en psicología del consumo, asegura que esta tendencia no se da por sustitución, sino por convivencia: «Van creciendo las dos; hay un aumento en general del consumo de alimentos, tanto buenos como no nutritivos», asegura. A pesar de este incremento, Sánchez destaca un fenómeno importante relacionado con el incremento del IPC de los alimentos: «La idea que tiene la gente es que con el mismo dinero que antes gastabas, ahora adquieres menos productos», explica en relación a que el estudio está realizado en miles de euros.

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Edgar Sánchez - Experto Neuromarketing

«Aunque el consumo saludable crece, los ultraprocesados siguen su avance»

Este sentimiento, según el profesor, está influenciado por el efecto inflacionario, pero considera que «sí es real que se están consumiendo más alimentos en Galicia, especialmente saludables». Para Sánchez, la tradición cultural gallega y «un fuerte arraigo a la dieta marina», son los baluartes de esa elección saludable que sale a la luz pero, los ultraprocesados »siguen avanzando, y eso tiene implicaciones importantes para la salud pública», añade.

«El fenómeno Glovo»

El consumo de alimentos en Galicia está experimentando cambios significativos, marcados por la pérdida del tradicional patrón de dieta atlántica y el avance de tendencias globalizadas en alimentación. Así lo explica Amil Viéitez, nutricionista y experta en hábitos alimentarios, quien advierte sobre las consecuencias de este fenómeno: «Se están perdiendo habilidades culinarias. Gran parte de la gente joven ni sabe ni quiere aprender a cocinar, y eso tendrá repercusiones en la salud a corto y largo plazo» , señala. «Nuestros abuelos tenían un patrón alimenticio mejor con la dieta atlántica, pero las nuevas generaciones están abandonando ese hábito en favor de opciones más rápidas y cómodas» , lamenta Viéitez.

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Amil Viéitez - Nutricionista

«La generación Z y mediana edad saben que la alimentación es clave para la salud»

Según la nutricionista, este cambio está ligado al estilo de vida moderno, donde la globalización ha introducido patrones alimentarios propios de sociedades estadounidenses y occidentales: «Los ultraprocesados y la comida a domicilio están ganando espacio, y eso se traduce en un aumento del sobrepeso y la obesidad infantil, que a su vez deriva en adolescentes con enfermedades como hipertensión y diabetes» .

Viéitez identifica un segmento de la población que está apostando por una alimentación más consciente y saludable. «Hay brotes verdes», comenta. «Dentro de la generación Z y en personas de mediana edad hay quienes son conscientes de que la alimentación es clave para la salud y están apostando por ella». Este grupo también muestra un interés creciente en formarse sobre nutrición y mejorar el perfil de su dieta, buscando un equilibrio entre calidad de vida y respeto por el medio ambiente. Sin embargo, la nutricionista insiste en la importancia de recuperar y preservar los hábitos tradicionales de la dieta atlántica como una vía para mejorar la salud colectiva en Galicia. «Si no actuamos pronto, veremos cómo esta generación vivirá menos años que sus padres y con peor calidad de vida», insiste. Entre las mayores estandartes en educar en alimentación y fomentar la vuelta a las raíces saludables de nuestra dieta atlántica está la pediatra Rosaura Leis.

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Rosaura Leis - Pediatra

«El sobrepeso infantil y obesidad ya se asocian a la vulnerabilidad social» dolor magna»

La experta en nutrición alerta sobre el aumento del sobrepeso y la obesidad infantil; una problemática que, según destaca, está estrechamente vinculada a la vulnerabilidad social. «El sobrepeso y la obesidad ya se asocian a niveles económicos más bajos», afirma

«Hay cambios sociales que determinan también cambios de patrones», explica Leis. «El acceso a la información, junto con el presupuesto disponible para la lista de la compra, marca una gran diferencia;_comer sano es más caro», añade, haciendo hincapié en la importancia de la educación y las condiciones económicas de las familias para garantizar una dieta equilibrada.

Determinantes sociales

Leis subraya la necesidad de analizar los determinantes sociales que influyen en la salud infantil: «Como pediatra, para hacer un buen diagnóstico, necesitamos también estudiar los determinantes sociales de salud: es decir, el tipo de vivienda, entorno o barrio en que vive el paciente, nivel cultural de sus padres, si hay parques o zonas verdes cerca de su domicilio.. .». La pediatra también destaca el papel que pueden desear

El papel preventivo del pediatra

En su reflexión, Rosaura Leis también reivindica el trabajo preventivo de los pediatras y concluye haciendo un llamamiento a un enfoque integral para abordar el sobrepeso infantil, que combina la acción de los profesionales de la salud, las familias y las instituciones. «La solución pasa por una acción conjunta que contempla cambios en las políticas alimentarias, mejoras en el entorno urbano y un compromiso real con la educación.

Por su parte, el experto en Neuromarketing Edgar Sánchez explica que «el aumento del consumo de alimentos no saludables» tiene explicaciones claras desde la psicología del consumo: «Estos productos están diseñados para que el paladar los aprecie muchísimo: grasas, sales, harinas y azúcares los hacen extremadamente atractivos» , detalla el profesor. Esta combinación, sumada a la accesibilidad y el marketing, los convierte en una opción difícil de resistir para muchos consumidores.

Sánchez subraya la importancia de entender estas dinámicas para fomentar hábitos alimentarios más equilibrados: «Aunque el consumo saludable está creciendo, los ultraprocesados siguen avanzando, y eso tiene implicaciones importantes para la salud pública», concluye.

La ternera gallega resiste y lanza una marca ecológica

En Galicia, el consumo de carne ha mostrado una evolución que refleja tanto cambios en las preferencias de los consumidores como ocurre en las tendencias a nivel estatal: la mala prensa de la carne roja como poco saludable y la contaminación al medio de las granjas estarían detrás. Sin embargo, en el período de 2019 a 2023, el gasto en carne de vacuno en Galicia representó una media el 51,7% del gasto total en cárnicos, situándose entre las comunidades con mayor proporción .En términos absolutos, el gasto en cárnicos en Galicia osciló a la baja en el último lustro, pero poco. En 2019, el consumo total fue de 503.265 millones de euros, disminuyendo significativamente en 2020 a 415.010 millones según el citado estudio.

¿Cómo lo afrontan en la Indicación Geográfica Protegida (IGP) de Ternera Gallega, con uno de los consellos reguladores más longevos del país? «Lo que vemos son datos muy similares y bajadas no significativas», alegan tras ser consultados y avalados en la memoria anula. Es decir, el consumo de carne certificada en Galicia sigue en boga. «No podemos hablar del consumo de carne de vacuno en general, sino de los que nos afecta a nosotros, pero los datos en 2024 apuntan incluso a un crecimiento en el consumo familiar», explica el presidente de la IGP Ternera Gallega, . «En Ternera Gallega no detectamos esa bajada de consumo, sino ligeros crecimientos». «Pero sí notamos que el consumidor de nuestro producto se preocupa cada vez más. Y busca comprar con garantías y certificación», asegura. Además, han incluido hasta cien buenas prácticas y todos los requisitos de Benestar Animal a las explotaciones que trabajan con vacas o terneros amparados en la indicación protegida.

Con la premisas de los más altos estándares de ternera gallega y la producción ecológica ya está en el mercado la «Ternera Gallega Suprema ecológica», añade Jesús González, incidiendo en la importancia de la doble certificación: «Los consumidores van a poder identificar esta nueva gama de productos, en los que constan los logos de Ternera Gallega y del Consello Regulador de la Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega)».

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