Los embalses gallegos ya tienen un nivel de fósforo que supone un riesgo
La totalidad de los ubicados en Galicia-Costa están en peligro de eutrofización
Los rebases de agua en depuradoras y los fertilizantes también afectan a la calidad de los ríos y estuarios

Embalse de O Bao, en Viana do Bolo (Ourense). / Brais Lorenzo
La vida en los embalses gallegos está en riesgo, parte del agua de las rías está afectada por la eutrofización y al 84% de los ríos correspondientes a la demarcación Miño-Sil les ocurre lo mismo. Tienen un exceso de nutrientes inorgánicos, principalmente nitrógeno y fósforo. Esto entraña una serie de riesgos que hacen peligrar la vida animal en estos ecosistemas, con sus evidentes consecuencias para la vida humana.
Los límites planetarios son valores que sirven para medir la estabilidad de la Tierra. Cada uno marca un límite que no se debe superar para no poner en peligro el planeta. A nivel internacional se analizan nueve, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad o la destrucción del ozono, entre otros. Sin embargo, para realizar un buen calibrado por regiones, se toman cuatro de estos valores: el cambio en el uso de la tierra (el volumen de bosque), la utilización del agua dulce y los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno y el fósforo.
Galicia aprueba en dos y suspende en la otra mitad. Nuestra masa forestal, tanto de bosque cultivado como natural, goza de buena salud. El científico Francisco Díaz-Fierros apunta que «supera el nivel de referencia para la comunidad durante el Holoceno —un período de 10.000 años de mucha estabilidad—». Este catedrático publicó el pasado julio un artículo titulado Os límites planetarios en Galicia. Cambios de usos na terra, consumos de auga, nitróxeno e fósforo, en el que estudió estas cuestiones a nivel regional.

Límites planetarios. / FDV
Lo mismo ocurre con el uso del agua dulce: el cálculo de la que se dispone en los ríos es positivo. «Hay un mínimo que se debe respetar, la llamada agua para funciones ecológicas. Aquí no se llegó a consumir», dice Díaz-Fierros.
La peor nota la sacamos tras un análisis del nitrógeno y el fósforo. El nivel de eutrofización de las aguas no es favorable: el 23% de la costera está afectada, la totalidad de los embalses de Galicia-Costa están en riesgo de perder su fauna por falta de luz y oxígeno y lo mismo ocurre en el 84% de los ríos correspondientes a la cuenca Miño-Sil.
Concretamente, el límite planetario que más preocupa en este momento es el fósforo en los ríos. Según Díaz-Fierros, este está afectando a los embalses. «Están todos en proceso de eutrofización y es un riesgo que puede convertirse en una realidad en un futuro no muy lejano», advierte. Esto significa que están parcialmente contaminados por tener un exceso anormal de nutrientes.
En consecuencia los organismos pueden proliferar de forma descontrolada, impidiendo que pase la luz a niveles inferiores y que descienda el oxígeno disuelto, haciendo imposible la vida de los animales que habitan las aguas. También que se pierda la calidad del agua y que aparezcan toxinas producidas por algunos tipos de algas.
Por otra parte, es preocupante el nivel de nitrógeno en las rías, visible, por ejemplo, en la mayor presencia de algas verdes.
«Hay años en los que se registró cierta invasión. Aquí todavía no es un problema grave, pero en Bretaña sí fue muy acusado. Las mareas verdes bretonas afectaron mucho a las poblaciones de bivalvos y a la calidad estética de las playas. Allí los niveles son más altos porque sus ríos no llevan tanta agua como los nuestros y la afectación en el medio marino es mucho más clara», explica el científico.
Lo peor para la región francesa ocurrió en el verano de 2020. Tuvieron que prohibir el baño en varias playas por la contaminación del agua y porque la presencia de algas se consideró potencialmente peligrosa. A lo largo del tiempo incluso se reportaron muertes de personas que estaban habitualmente en contacto con esta especie marina.
El problema de que su proliferación continúe en Galicia es que podrían comenzar a asfixiar a las mencionadas poblaciones de bivalvos, además de crear un ambiente muy desagradable en las playas.
¿Qué causa la eutrofización?
Hay dos causas principales que afectan a los ríos y a la costa, por las que la eutrofización interfiere poniendo en riesgo estas zonas.
Por un lado está la de tipo urbano: «Las depuradoras están diseñadas para un determinado nivel de aportes. Hay momentos en los que se producen reboses del alcantarillado y en ese momento un 20% o un 30% de la contaminación puede llegar a los ríos, causando episodios puntuales de afectación», indica el catedrático.
Otra fuente de contaminación son los nutrientes procedentes de la agricultura: se abusa del nitrógeno y el fósforo como fertilizantes.
Para no exceder una asignatura ya suspensa, Díaz-Fierros recomienda seguir la normativa de los planes hidrológicos y prestar atención a las zonas sensibles. «También hay que cumplir las buenas prácticas agrarias, echar menos abono y no sobre un suelo muy húmedo», apunta.
Pero, sobre todo, señala que la principal forma de evitar que colapsen los ecosistemas es controlar los componentes contaminantes en aguas altas, antes que lleguen a la cuenca del río.
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