Muere Pérez Varela, el conselleiro que internacionalizó el Xacobeo y proyectó el polémico Gaiás

Antes de sentarse en el Consello de la Xunta, el político y periodista de Redondela fue secretario xeral de Comunicación con Manuel Fraga

Jesús Pérez Varela. 
|  T. Valdés

Jesús Pérez Varela. | T. Valdés

Irene Bascoy

Irene Bascoy

La internacionalización del Xacobeo como fenómeno turístico de masas generador de negocio para la comunidad y la polémica Cidade da Cultura llevan el sello de Jesús Pérez Varela, que fue conselleiro de Cultura e Comunicación Social y secretario xeral de Comunicación de la Xunta con Manuel Fraga. Ayer trascendió el fallecimiento de este periodista y político nacido hace 75 años en Redondela. Un cáncer de pulmón que arrastraba desde hace tres años se llevó al exdirigente del PPdeG, que llevaba apartado de la vida pública desde 2009.

Colaboradores suyos le recordaban ayer como «un hombre leal» y «un jefe muy exigente, muy currante que siempre daba la cara por su equipo», «un político campechano que podía parecer arrogante con los desconocidos o ajenos, pero muy cercano con su núcleo duro». «Modernizó la política de comunicación de la Xunta cuando llegó a la Administración autonómica allá por los noventa y ayudó a reforzar el perfil galleguista de Manuel Fraga», resalta un dirigente del PPdeG de quien fue secretario xeral de Comunicación entre 1991 y 1996. Después dio el salto al Parlamento de Galicia y durante diez años fue conselleiro de Cultura.

Pérez Varela estudió bachillerato en el instituto Santa Irene de Vigo y periodismo en Madrid,y allí arrancó su carrera profesional, donde llegó a ser a director de El Imparcial, un diario de extrema derecha. Regresó a su tierra en 1990 para ser director del Gabinete de Comunicación del entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga. Un año después, era promocionado como secretario xeral de Comunicación. Desde ese puesto, controló la política de comunicación de la Xunta con mano de hierro y guante de seda, según muchos. Acostumbraba a decir a los suyos: «A los periodistas siempre hay que tratarlos bien, a los periodistas amigos porque son amigos y a los enemigos, para que cuando te den una hostia, lo hagan con cariño».

Precisamente sus más cercanos ayer recordaban como el propio Varela llamaba a su equipo, «el equipo de Pancho Villa». Curiosamente Pancho Villa, uno de los jefes de la revolución mexicana a comienzos del siglo XX, era muy consciente de la importancia de una buena comunicación. En sus continuas batallas, se hacía acompañar de periodistas e intelectuales que contribuyeron a convertirlo en un icono de México, y no paraba de dar entrevistas. Igual que Pancho Villa, un héroe para muchos que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, y un burdo bandolero para otros, Pérez Varela tiene sus acérrimos y sus detractores. Un genio de la comunicación, versus un censor. En definitiva, no dejaba indiferente a nadie.

Su leyenda se agrandó con su llegada a la Consellería de Cultura. Estuvo al frente diez años, y sus defensores alaban la internacionalización que impulsó del Xacobeo. Convertir la peregrinación a Santiago en un negocio turístico fue idea de su antecesor en el cargo, Víctor Manuel Vázquez Portomeñe, pero fue Pérez Varela quien lo convirtió en un fenómeno mundial.

Su «pronunciación particular», como le disculpan sus próximos, pero también su desconocimiento le convirtieron en noticia a nivel estatal en más de una ocasión. La más sonada quizás fue cuando confundió la cantata Carmina Burana de Carl Orff con una supuesta cantante gallega «Carmiña Burana, una de las buenas cantantes de este país».

El broche de oro a su gestión podría haber sido la Cidade da Cultura. Cuentan en el PPdeG que Manuel Fraga tuvo el sueño de tener en Santiago un centro semejante al Pompidou de París, y le encargó el proyecto a Pérez Varela. «Lo magnificó», lamentan. En vez de limitarse a un centro cultural como el galo o a una versión gallega del Guggenheim de Bilbao para atraer más turistas, el plan inicial se desmadró. El exconselleiro, en medio de la polémica y cuando el proyecto fue objeto de una comisión de investigación en el Parlamento de Galicia por orden del bipartito de PSdeG-BNG, que llegó a dudar de la limpieza del concurso de adjudicación de la obra, defendió: «Se duplicó el coste porque el arquitecto es un genio, pero un teórico, y el Gobierno no puede controlar un proyecto de autor».

La Xunta de Touriño paralizó su construcción, y la de Núñez Feijóo acordó no seguir adelante con los edificios pendientes y reformular su plan de usos. Para entonces, Pérez Varela ya estaba apartado del foco, tras ser consejero de la CRTVG durante el bipartito y volver a su plaza de periodista en la Xunta para completar los años necesarios para su jubilación.

Vivió en Portugal y Ecuador y pasaba largas estancias también en Nueva York donde tenía un hijo, trabajando, pero siempre regresaba a A Estrada, donde tenía una casa. Hoy será enterrado en su villa natal, Redondela. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, lamentó su fallecimiento y quiso subrayar «la huella importante que dejó en la promoción de la cultura de Galicia y de su imagen».

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