Una decena de gallegos intenta desengancharse de las drogas cada día
En 2023 buscaron apoyo de las unidades especializadas un total de 3.636 personas, un 30% más en un año
En total, 13.728 gallegos se someten a terapia por abuso de sustancias
Más de 190.000 gallegos admiten haber probado alguna vez la cocaína. Son las cifras derivadas de Edades, la encuesta más reciente (2024) del Plan Nacional sobre Drogas. Aunque esa cantidad supone un significativo descenso con respecto a dos años atrás, cuando se habían batido récords y los consumidores de cocaína en la comunidad se habían duplicado respecto al dato recogido por el mismo sondeo antes de la pandemia, el porcentaje sigue superando el resultado del resto de las encuestas precedentes en población de 15 a 64 años. Esa relación con la cocaína se ha vuelto problemática para casi 2.400 gallegos, si se tiene en cuenta a quienes buscaron solución a su adicción en alguna de las unidades de atención a drogodependencias de la comunidad.
La cocaína es una de las sustancias psicoactivas que se atiende en los servicios sanitarios gallegos, aunque es la heroína la droga que está detrás de la mayoría de los casos de quienes recurren a los servicios médicos para abordar una situación de abuso. Al margen de la sustancia consumida, porque también están presentes el alcohol, el tabaco, el cannabis o los hipnosedantes, entre otros, el año pasado se batió la marca del anterior en la cifra de admisiones a tratamiento, es decir, de aquellas personas que, o bien por primera vez, o bien porque han sufrido una recaída, recurren a las unidades de atención por sus excesos con las drogas.
Según los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) citando a la Subdirección Xeral de Atención á Saúde Mental, las admisiones a tratamiento ascendieron a un total de 3.626 —el 70% hombres— en 2023, un 30% más que el año anterior, cuando habían sido 2.791, la segunda cifra más baja desde 2008. El dato de cierre del pasado ejercicio es el más elevado del período pospandemia, pero todavía se situaría por debajo de los resultados contabilizados antes del COVID pese al importante incremento en demanda de atención de salud mental. En 2009, por ejemplo, habían llegado a registrarse 4.352 incorporaciones a terapia, el tope en los últimos 16 años.
Sin embargo, esos 3.636 gallegos que llamaron a las puertas de profesionales sanitarios el pasado año se sumaron a muchos otros que se encontraban ya en terapia y la cifra total de pacientes distintos atendidos en los dispositivos asistenciales —que hasta ahora asumían los concellos y cuya integración en el Sergas se está negociando— asciende a 13.728. El número está por debajo de los atendidos en 2022, pero es el segundo más alto en el intervalo analizado.
En el 38% de esos pacientes (5.175) la adicción principal por la que están a tratamiento es la heroína. Ese colectivo ha perdido peso en el total. En cambio, en el último año ha crecido un 11 por ciento la cifra de los que buscan apoyo para dejar la cocaína, desde los 2.150 a los casi 2.400.
El alcohol, que motiva al segundo contingente más numeroso de quienes buscan auxilio en la sanidad pública, ha retrocedido en una cuarta parte, para quedarse en 3.065 personas, mientras desengancharse del cannabis ha ganado adeptos, hasta llegar a los casi 1.400, el doble de los que procuran ayuda para desengancharse de la nicotina, cuya cifra se disparó un 68% en un año. Aunque son muchos menos, los usuarios de drogas de síntesis y similares se duplicaron, hasta los 179.
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