La elevada demanda alienta la salida al mercado de casi 20.000 viviendas

Son pisos que estaban vacíos o eran usados como segunda residencia

Se tira de inmuebles de segunda mano ante la escasez de obra nueva para venta y la reducida oferta de alquiler

Archivo - Dos personas observan los anuncios de viviendas en venta en una inmobiliaria

Archivo - Dos personas observan los anuncios de viviendas en venta en una inmobiliaria / EP

Paula Pérez

Paula Pérez

Santiago

En un momento en el que apenas se construye vivienda nueva y con una demanda creciente, el que tiene inmuebles en propiedad tiene un tesoro. Esto está provocando que pisos que estaban vacíos o eran utilizados como segunda residencia están saliendo al mercado tanto para alquiler como para venta. La prueba es que en cuatro años las viviendas catalogadas como «no principales», que son aquellas que se destinan a residencia temporal o no tienen uso, se redujeron en casi 20.000, según las estadísticas del Gobierno.

«Es un gran momento para vender o alquiler una vivienda. Si el precio es ajustado un piso se vende en 60 días y los arrendamientos son cuestión de horas», explica Carlos Debasa, de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin).

Desde inicios de los 2000, e incluso tras estallar la burbuja financiera de 2009, los gallegos se lanzaron cada vez más a la compra de segundas residencias. Tener una casa en la playa o en el pueblo o comprar un piso para dejar a los hijos era muy habitual. La cifra de viviendas «no principales» fue creciendo a ritmos vertiginosos, tres veces más que el incremento de pisos destinados a residencia habitual. Se pasó de 412.000 inmuebles en el año 2001 a casi 667.000 en 2020. Sin embargo, a partir de ese momento hubo un punto de inflexión. Y comenzó el descenso hasta los 647.518 registrados el pasado año. ¿Qué ha pasado con esos 19.180 pisos o casas que estaban vacíos o eran utilizados solo esporádicamente por sus propietarios? Pues que se convirtieron en viviendas principales tras salir a la venta o ser destinadas al alquiler.

En los últimos cuatro años los inmuebles que son la residencia habitual de sus moradores aumentaron en 27.500 pasando de algo más de 1.091.000 viviendas a un total de 1.118.600.

Pese al descenso de la población en Galicia —con la excepción de estos dos últimos años— está aumentado el número de hogares en la comunidad. Una de las razones es que cada vez hay más núcleos unipersonales.

«La gente quiere comprar, a pesar de que han subido los precios», explica Debasa. «Hay trabajo, han subido los salarios y los bancos, pese a la subida de las hipotecas, siguen financiando», señala. Sin embargo, tal y como advierte, apenas hay construcción de vivienda nueva y «cada vez hay menos inmuebles de segunda mano en venta». Por eso, señala que ahora hay «muchas posibilidades de venta» y, por supuesto, también para alquilar. Y a unos precios más elevados, lo que aumenta la rentabilidad de las propiedades.

«Si vendes ahora, lo venderás a buen precio, si esperas unos años... lo normal es que vendas más barato», asegura.

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Carlos Debasa, asociación de Inmobiliarias

“En 60 días se vende un piso si tiene un precio ajustado y se alquila en cuestión de horas”

Eso sí, advierte que, a diferencia de lo ocurrido antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, ahora no se compra a cualquier precio. El inmueble tiene posibilidades de venta si su coste se ajusta al mercado. «Y siempre hay contraofertas, con lo cual se suele vender con una rebaja del 15 por ciento sobre lo fijado inicialmente».

Y en cuanto a los alquileres la demanda es tan alta que, según explica, las inmobiliarias tienen lista de espera. «Cuando llega un piso ni lo publicitan porque ya tienen clientes esperando», avisa.

Galicia es la comunidad con menor esfuerzo económico para comprar o alquilar

Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sitúa a Galicia como la comunidad de España donde se requiere un menos esfuerzo económico para el acceso a una vivienda. Según sus datos, los gallegos destinan de media el 20,3 por ciento de sus ingresos a la hipoteca o el alquiler, así como los gastos de mantenimiento como el agua, la electricidad, el gas y otros carburantes.

Pese a la subida del precio de los alquileres y las hipotecas, Galicia, según este informe de la OCDE, está en mejor situación que otras comunidades como Baleares, Madrid o Murcia, que son las regiones donde más cuesta proporcionalmente la vivienda, no solo en España sino en el conjunto de los países de la OCDE aunque todavía tienen que dedicar una parte más importante de sus ingresos los habitantes de California, la región de Dublín y, en particular Jerusalén.

En España, la media de esfuerzo económico para acceder a una vivienda es del 26,3 por ciento, aunque en Baleares, Murcia o Madrid se supera el listón del 30 por ciento.

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