Sexo sin protección o que después lamentan, común entre universitarios

Una encuesta sobre agresiones sexuales bajo el efecto de sustancias realizada en campus gallegos revela que un tercio de afectados, en su mayoría chicas, sufrieron más de un asalto

Jóvenes
 estudiando en  
una biblioteca. 
|  Ricardo Grobas

Jóvenes estudiando en una biblioteca. | Ricardo Grobas

Carmen Villar

Carmen Villar

Botellones, discotecas, pubs, fiestas populares... Ningún lugar de ocio es totalmente seguro para la integridad sexual de las mujeres, como muestra una encuesta realizada a 1.800 estudiantes de grado de las Universidades de Vigo y de Santiago que revela que un 15,6% de los matriculados, nueve de cada diez de ellos chicas, declara que se han aprovechado sexualmente de ellos tras haberles dado alcohol u otro tipo de drogas. La investigación, desarrollada por el grupo de Psicoloxía do Consumidor e Usuario de la USC y cuyos resultados son todavía preliminares, traza también el perfil de quienes han sufrido esos episodios y al tiempo refleja que, al margen de haberlos o no vivido, entre los estudiantes de educación superior de Galicia sería relativamente común el haber mantenido alguna vez relaciones sexuales de las que luego se arrepienten o sin protección.

Según el informe, un 81,9% de las víctimas reconoce que alguna vez mantuvo relaciones sexuales sin preservativo y lo mismo un 54,5%, más de la mitad de encuestados, entre las no víctimas. Expertos atribuyen el repunte de infecciones de transmisión sexual como la gonorrea y la sífilis –en su récord en 30 años en Galicia– precisamente a que los jóvenes han «bajado la guardia» tras perder el miedo al VIH. De hecho, un 3,8% de no víctimas manifiesta que contrajo alguna de estas dolencias, porcentaje que se triplica entre las víctimas (14,2%).

Asimismo, cuando se les pregunta si han mantenido algún encuentro sexual del que más tarde se hayan arrepentido, responde afirmativamente un tercio de los encuestados que no sufrió ningún tipo de agresión, lo mismo que tres de cada cuatro de quienes sí pasaron por ese trance. Por otra parte, un 27,8 por ciento de las no víctimas (o su pareja) tomaron en alguna ocasión la píldora del día después, situación que se reproduce entre cuatro cada diez que declaran algún abuso.

El estudio «pone de manifiesto» que haber sido víctima de una agresión sexual mediada por drogas «está relacionado con un patrón problemático de consumo de sustancias, con conductas sexuales de riesgo» y «conductas de riesgo online». Se consideran las agresiones en la comunidad universitaria en contextos de ocio «un problema de salud pública» que requiere un abordaje integral. Para casi un tercio de los afectados, estos ataques no se producen una sola vez. Los autores del estudio, coordinado por Nuria García, urgen una prevención integral y, entre otras demandas, como las orientadas a educar y a prevenir, instan a disponer de «puntos seguros de atención a las víctimas».

Políticas institucionales

¿Qué hacen las universidades gallegas y la Xunta al respecto? Desde la Consellería de Política Social indican que todos los años firma convenios de colaboración con las tres universidades para que realicen campañas de sensibilización y de concienciación en materia de violencia de género y de corresponsabilidad para «fomentar las masculinidades igualitarias».

Por otro lado, fuentes del departamento que dirige Fabiola García avanzan que el personal de los futuros cinco centros de crisis 24 horas –puntos de atención especializada para víctimas de violencia sexual que se espera que estén operativos en varias ciudades gallegas antes de fin de año– ofrecerá charlas en centros educativos, entre ellos facultades, para «reforzar» los programas de prevención y sensibilización, que ve «claves» en la lucha contra la violencia de género y las agresiones sexuales.

Las Universidades de Vigo y de Santiago aseguran disponer de acciones y protocolos específicos para abordar estos casos. En Vigo, por ejemplo, se incluye la derivación de las víctimas de estas agresiones al Centro de Información de Mujeres Municipal para que reciban atención jurídica y psicológica, pero también se ha suscrito un acuerdo con el Colexio de Psicólogas y Psicólogos para que, «de forma preferente», las mujeres universitarias víctimas de violencia o agresiones puedan recibir allí varias sesiones con personal experto. Contempla igualmente derivar a esas chicas al centro 24 horas de la Xunta, que en Vigo se ubicará en el Álvaro Cunqueiro, cuando este se encuentre «operativo».

Desde la USC aluden a un protocolo que permite abordar las violencias sexuales de forma «integral», activando mecanismos de «vigilancia» y acciones de prevención y concienciación. Añaden que, con datos de los últimos años, los casos con denuncias registrados al respecto en la USC están «lejos» de las cifras derivadas del trabajo.

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