Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Éxodo masivo de venezolanos a Galicia: «Lo que ganas allí no te llega ni para comer»

Cada día llegan a más de 20 venezolanos contrarios a Maduro y si en enero sigue adelante su investidura, se espera que el flujo migratorio aumente un 40%

El principal problema de los que vienen: encontrar una habitación

Una protesta tras la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de julio.

Una protesta tras la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de julio. / EP

Vigo

Las últimas elecciones a la presidencia de Venezuela no expulsaron a Maduro del cargo, pero sí supusieron el punto de inflexión para que miles de personas se decidiesen a abandonar el país definitivamente. Ahora, cuatro meses después, el flujo de migrantes procedentes del país latinoamericano es mucho más cuantioso que antes de los comicios. Cada día llegan a Galicia entre 18 y 26 venezolanos, indican desde Vente Venezuela (VV).

Y no es todo. Lo peor se espera en enero, cuando está previsto que el presidente tome posesión de su cargo. «Será la gota que colme el vaso, esperamos que las llegadas aumenten un 40%», indica Fernando Casañas, opositor del régimen y coordinador de VV.

Desde las oficinas de atención de la Federación Venezolana de Galicia (Fevega) indican que las llamadas para venir son masivas. «Nosotros siempre les explicamos claramente lo que está ocurriendo en España porque es importante que sepan el panorama que se van a encontrar», señalan.

El objetivo es que la inmigración se realice de la forma más segura posible, sin idealizar el país. En esta línea, Casañas cree la realidad al llegar es compleja porque no se disponen medidas de ayuda: «Por un lado se apoya a los venezolanos en su lucha contra Maduro y por otro lado se les permite el asilo un año después, haciéndoles la vida difícil y favoreciendo que se cree una economía sumergida».

«Los venezolanos que llegan a Galicia no vienen a delinquir, vienen a trabajar. Solo un 10% no tienen arreglados sus papeles», apunta también el opositor.

Vivienda, misión imposible

Al llegar a Galicia, hay dos retos: lograr el NIE para poder trabajar, residir o incluso tener un móvil de forma legal y encontrar una vivienda. Ambos relacionados entre sí.

En las ciudades gallegas hay poco stock y a precios muy elevados. Si encontrar piso es complejo para los nacionales, siendo emigrante la situación es casi misión imposible. «Es el handicap número uno, que se suma a la exigencia del padrón. Cuando un venezolano llega necesita que una persona que tenga una habitación le facilite empadronarse en la vivienda y no siempre es posible», explica Casañas. No todos permiten a otros compatriotas hacerlo porque, al ser menos, pueden acceder a una ayuda.

Con todo, la burocracia es lenta y las citas a extranjeros para que puedan obtener sus papeles (que no su nacionalidad) se demora ya más de un año.

Sin voz

Fernando Casañas cuenta que cada vez existe más miedo a hablar, a dar la cara en los medios o en redes. Son muy pocos los que se atreven a contar su historia, incluso tras emigrar a España: «Es un colectivo que está siendo maltratado, por hablar en contra del régimen puedes ir preso y no a una cárcel como la de A Lama, eso es un hotel cinco estrellas al lado de una venezolana», lamenta. «Hay hasta niños acusados de terrorismo, es dantesco», concluye.

Protesta de venezolanos en el centro de Vigo

Protesta de venezolanos en el centro de Vigo / Adrián Irago

«Lo que ganas trabajando no te llega ni para alimentarte»

Andrés R. tiene 31 años y decidió venir a Galicia cansado de la idiosincrasia de su país. Eligió esta comunidad tras una previa investigación: «Es un lugar muy bonito y hay mucha población migratoria, en la misma situación que yo», explica. El sentimiento de comunidad le hace sentirse respaldado.

Además, cansado del peligro callejero y jurídico que se vivió en los últimos tiempos en Venezuela, buscó un lugar en el que el crimen no fuese el protagonista: «Galicia es uno de los sitios más seguros que pude encontrar», apunta.

En su país deja un trabajo en una empresa de envíos internacionales, transportando cajas desde su país a Estados Unidos. «Para nadie es un secreto que desde que abrieron sus fronteras muchos emigraron allá y ahora envían ayuda a los que quedaron en Venezuela», señala.

También es bailarín profesional y tiene su propia academia.Con todo, afronta sin miedo la emigración porque en Galicia tiene buenas amistades: «Son quienes te guían para tomar las decisiones correctas».Su deseo es poder aprovechar su experiencia como bailarín e impartir aquí su conocimiento: «Veo que la gente está muy conectada al mundo fitness y eso es algo muy positivo para mí porque soy instructor de zumba y bailoterapia», señala.

«El principal motivo por el que decido dejar Venezuela es la economía. Es lo que mueve todo. Vivir es muy difícil cuando no tienes dinero, la inflación no deja de subir y los trabajos no llegan ni para alimentarte», recoge este venezolano.Afirma que en el día a día gastas más de lo que ganas, haciendo imposible la vida normal.

unque Maduro ganó las elecciones, Andrés afirma que la esperanza es lo último que se pierde. «Todos creemos que las cosas van a cambiar en enero», dice. Tanto él como sus compatriotas esperan que la investidura Maduro no se lleve a cabo. «Sino habrá un oleaje de nuevos migrantes en todo 2025. La gente se está preparando para lo que pueda pasar, sea lo que sea», concluye.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents