Las universidades, abiertas a una “racionalización adecuada” de la oferta

Instan a tener en cuenta la demografía, que presiona a la baja la matrícula, y miran hacia el estudiantado foráneo para compensar

Estudiantes en una facultad del campus de Vigo.

Estudiantes en una facultad del campus de Vigo. / Alba Villar

Carmen Villar

Carmen Villar

Santiago

La educación superior del futuro se decide en el presente. Hace un mes, las universidades gallegas y la Consellería de Educación iniciaban los trabajos para modificar el decreto de enseñanzas universitarias, una normativa que data de 2011, “para adaptarlo al actual contexto en la materia” y los campus están dispuestos a abordar una “actualización” y una “racionalización” de la oferta. Eso sí, como matizan desde la UVigo, esa racionalización debería ser “adecuada”, o, como demandan desde la UDC en relación a una cifra mínima de alumnado, evitando reglas que afecten a todos los grados por igual.

Y es que, cuando en 2011 se establecieron las reglas para impulsar titulaciones que rigieron durante todos los años posteriores, la normativa impuso, entre otros requisitos, un mínimo de matrículas para garantizar la supervivencia de las carreras ofertadas. Ese punto suscitó rechazo, aunque, con el tiempo, la Xunta se abrió a excepciones: las denominadas “singularidades”, como los grados asociados a la especialización de cada campus o al gallego.

En la normativa aprobada por el Gobierno gallego hace trece años también se determinaba que la oferta tuviese en cuenta las necesidades del mercado laboral de Galicia y la existencia de una “demanda real” tanto de la sociedad como de los estudiantes, acreditar la viabilidad económica, fomentar el “espíritu emprendedor y el autoempleo”, propiciar la incorporación de perfiles “de futuro” o evitar duplicidades en el SUG.

Esa es la normativa que toca actualizar y la Consellería de Educación solo ha esbozado a grandes rasgos los objetivos que persigue: “seguir impulsando una oferta formativa universitaria innovadora” y “adaptada a la demanda social y al contexto nacional e internacional, así como al marco jurídico actual”.

Las universidades gallegas, sentadas al otro lado en la mesa, afrontan esa negociación con metas propias. Aunque por ahora las enuncian de la misma forma genérica que la Administración autonómica, sí conceden la necesidad de “adaptarse”, “actualizarse” e ir con los tiempos o de “racionalizar” la oferta educativa, teniendo en cuenta factores que inciden en sus números como la disminución del alumnado de la propia comunidad. En una década perdieron 10.000 alumnos de grado.

En ese primer encuentro se abrió un plazo para que los campus presenten sus ideas y sugerencias y a partir de ahí se elaborará un borrador inicial. Tienen hasta mediados de octubre para presentar sus propuestas de modificaciones y mejoras y están trabajando en ello.

Un alumnado menguante

El vicerreitor de Titulacións, Alfonso Lago, que acudió a la primera sesión de trabajo en representación de la Universidade de Vigo, avanza que las sugerencias de la institución olívica “se centrarán en aquellos aspectos que necesitan una actualización y que permitan una ordenación más adaptada a la situación actual y futura, teniendo en cuenta la disminución del estudiantado propio”, la “captación de estudiantado extranjero” y lo que reivindican como “una racionalización adecuada” de la oferta, entre otros.

Desde la Universidade da Coruña consideran “prematuro” ofrecer detalles sobre cómo debería quedar el futuro decreto, aunque sí consideran que la nueva normativa debe servir para “adaptarse a la legislación vigente” y para actualizar aspectos como pueden ser los relativos a las “condiciones de acceso y los números mínimos” de alumnos que debe tener cada una de las titulaciones”.

En relación a ese punto, la UDC opina que “ese número mínimo debe hacerse en relación a los grados y no de modo homogéneo a todos por igual”. Al mismo tiempo, entiende que la futura normativa debe incluir un “factor fundamental para establecer un SUG de futuro y con futuro”, que sería la demografía. Esta, advierten, “va a ser un importante condicionante a medio plazo”. Igual que la UVigo, la UDC menciona que otro de los aspectos que deberá tener “muy en cuenta” el decreto que salga de las negociaciones es “el modelo para la captación de alumnado extranjero” en los grados.

Nuevo mapa de titulaciones

Por eso, en lo relativo al futuro mapa de titulaciones, en el caso de la UDC juzgan fundamental que “cualquier nueva titulación” vaya “en la línea de la internacionalización” y plantean además trabajar en áreas donde exista demanda formativa. En la UVigo, explica Lago, todavía no han empezado a trabajar en ese nuevo mapa, pero apostarán por aquellas titulaciones de grado que “complementen y mejoren la oferta actual”, partiendo, sobre todo, de grados que “no están cubiertos en la actualidad y son demandados por la sociedad” y considerando los títulos relacionados con los “diversos campos de especialización de los diferentes campus de la universidad”.

Desde la Universidade de Santiago proclaman que su postura es la de apostar por “la revisión y actualización permanente de su oferta de titulaciones”. Sobre la actualización de la normativa de titulaciones, se limita a indicar que el proceso no ha hecho más que dar sus primeros pasos y que la USC trabaja para definir sus propuestas a partir del “oportuno diálogo y debate” en el seno de la comunidad universitaria como paso previo a la puesta en común en el marco del SUG (sistema universitario gallego).

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