La Xunta lanza un plan para combatir el fraude en las bajas y agilizar su gestión

Un proceso piloto de control devuelve al trabajo al 40% de enfermos

La primera revisión del paciente será presencial y los hospitales tramitarán los permisos en casos de operaciones

Una persona solicita una baja laboral.

Una persona solicita una baja laboral. / FdV

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Santiago

El envejecimiento de la sociedad gallega genera un impacto sobre las bajas laborales, cuya incidencia se encuentra por debajo de la media estatal –un 7,8% de trabajadores–, pero su duración solo es superada por Extremadura y alcanza los 76 días de media frente a los 46 estatales, según los últimos datos disponibles de la Seguridad Social correspondientes al mes de abril. Ante esa situación, la Consellería de Sanidade pondrá en marcha un plan a partir de septiembre que pretende “optimizar” la gestión de estos permisos y combatir lo que considera fraude.

La medida fue anunciada este lunes tras la reunión semanal del Consello de la Xunta, el último antes del parón veraniego, y defendida por el presidente autonómico y por el conselleiro de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño. Este alegó que se pretende que la gestión de estos procedimientos resulte “más eficiente tanto para el paciente que solicita la baja, como para el facultativo que la prescribe, como para el sistema, que es el que lo paga”.

Una de las medidas pasa por la “intensificación” de las inspecciones por parte de la sanidad pública mediante un aumento de las citas presenciales y la creación de una unidad específica de revisión. En los dos últimos meses, se puso en marcha un plan piloto de este tipo citando al 10% de gallegos se baja laboral. Al 40% de ellos se les concedió el alta para que regresaran a sus puestos. “Solo en el 60% estaba justificado [mantener la incapacidad temporal]”, alegó Caamaño.

En estos momentos, la inspección ya puede dar de alta de manera automática a un trabajador de baja incluso en contra de informes médicos que recomienden que siga alejado de su empleo.

El plan de Sanidade abordará también cambios en la gestión diaria para evitar la repetición de pruebas y mejorar la gestión, así como combatir también el posible fraude.

Cita presencial

Caamaño anunció que la cita con el médico de Atención Primaria para la revisión del paciente una vez se alcance el proceso estimado de duración de la incapacidad se deberá realizar de forma presencial y la cita ya quedará fijada de antemano. De esa forma, se evitará que el paciente no pueda acudir en la fecha indicada por falta de disponibilidad de citas, “lo que podría dar lugar a una prolongación innecesaria de la situación”, según alega el departamento de Sanidade.

Además, por primera vez, los servicios de admisión de los centros hospitalarios tramitarán el primer parte de incapacidad de los enfermos que sean ingresados para someterse a una intervención quirúrgica, una iniciativa que se realizó de manera piloto el año pasado en los servicios de Traumatología y Urología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago en los pacientes que llegaban al mismo a través del servicio de urgencias.

En el ámbito de la gestión y vinculado a los casos de pacientes con algún tipo de fracturas, sus partes de incapacidad estarán disponibles en la plataforma E-Saúde durante la duración estimada de su convalecencia, lo que les permitirá evitar desplazamientos al centro de salud. En el caso de tratamientos oncológicos, también se emitirán los parte de manera automática, si bien esta medida se pondrá en marcha en el último trimestre del año. Esta medida afectará a las denominadas bajas de larga duración, que superan los 60 días.

Otra de las iniciativas del nuevo plan de Sanidade pretende evitar la duplicación de pruebas con las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social. El Sergas asumirá las que realicen estas firmas para incorporarlas a la historia clínica electrónica, lo que hubiera ahorrado, expuso ayer Caamaño, 5.400 pruebas realizadas en el primer semestre del año por parte de la sanidad pública que ya se habían acometido en las mutuas, como radiografías o análisis de sangre.

Por último, Sanidad planifica la creación de unidades asistencias especializadas en controlar las dos principales dolencias que causan incapacidades: las patologías músculo-esqueléticas y los casos de “psiquiatría menor”, en alusión a depresiones y ansiedad, para disminuir su duración en aquellos casos “que excedan del tiempo óptimo”.

El impacto de estas últimas dolencias se ha disparado un 50% desde la pandemia y causa ya 90 incapacidades al día, según el balance de los primeros cuatro meses del año.

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