La venta de aire limpio eleva un 25 por ciento los ingresos de las comunidades de montes

Cada mancomunidad obtiene de media al año 51.000 euros | El aumento de ayudas públicas también contribuyó a elevar las ganancias

Tala en una comunidad de montes en Catoira.  // Fran G. Sas

Tala en una comunidad de montes en Catoira. // Fran G. Sas

Paula Pérez

Paula Pérez

Santiago

El negocio de la venta de aire limpio empieza a reportar beneficios a las comunidades de montes. En los últimos cinco años los comuneros incrementaron un 25 por ciento sus ingresos hasta alcanzar una media de 50.800 euros anuales por mancomunidad, según los datos de la Consellería de Medio Rural. La puesta en marcha del mercado de créditos de carbono ha sido clave. Los montes vecinales que hagan reforestaciones pueden vender el potencial de absorción de CO2 de estas plantaciones a aquellas empresas contaminantes que quieran paliar su huella de carbono. El incremento de las líneas de ayuda puestas en marcha por la Xunta destinadas a los propietarios forestales también ha contribuido a mejorar los resultados económicos de estas comunidades.

Si en el año 2018 cada mancomunidad ingresaba al año unos 40.500 euros, ahora obtienen 10.300 euros más anuales, tal y como reflejan las estadísticas de la Xunta del año 2023. Aún así, esto es una media que se calcula en base a las comunicaciones que los comuneros trasladan a Medio Rural en las que deben demostrar que reinvierten el 40 por ciento de sus ganancias en el monte, tal y como exige la ley. Desde la Asociación Forestal de Galicia advierten, sin embargo, que no todas las comunidades cumplen con esta obligación de informar de sus datos económicos y que hay algunas que “no ingresan un duro” o están “inactivas”. Por el contrario, otras, sobre todo en la provincia de Pontevedra, sí están plenamente operativas y sacando el máximo rédito a sus recursos.

“Solo en las comunidades que llevamos nosotros, entre treinta y cuarenta, los ingresos por carbono han reportado en los últimos años unos tres millones de euros. Estamos hablando de unos 150 proyectos de venta de créditos de carbono”, explica Daniel Rodríguez, economista de la Asociación Forestal de Galicia, que asegura que ésta es una de las principales razones que explica el aumento de ingresos que han obtenido las comunidades en el último lustro.

También tiene un peso importante el incremento en las líneas de ayuda dirigidas al monte por parte de la Xunta. En los últimos tiempos ha aumentado el esfuerzo inversor de la Administración en materia forestal y se han puesto en marcha subvenciones para reforestación, podas o regeneración tras los incendios.

Otro factor que puede elevar las ganancias de las comunidades son las expropiaciones. Si en una determinada zona se va a construir una carretera o instalar un polígono industrial y se necesitan los terrenos, las mancomunidades pueden obtener así unos ingresos extra.

Fuentes de ingreso

Por el contrario, desde la Asociación Forestal advierten que “no es la madera lo que da de comer a las comunidades de montes”. “Representa apenas un 30 por ciento de sus ingresos. Entre el 60 y el 70 por ciento de las ganancias de una mancomunidad procede de la venta de aire limpio y el arrendamiento de terrenos para instalar polígonos o parques eólicos. “Y en menor medida canteras o viñedos”, apunta Daniel Rodríguez. De hecho, explica que en el sur de Pontevedra se están usando montes vecinales para plantar viñas. “Hay cierta presión en esa zona y esto reporta unos 1.500 euros por hectárea a las comunidades”, señala el economista.

Los montes vecinales están obligados, sin embargo, a reinvertir al menos el 40 por ciento de sus ganancias. En 2023 cada mancomunidad desembolsó de media 20.608 euros en diversas actuaciones de gestión forestal. Se trata de una cifra que se ha mantenido estable a lo largo de los últimos años, a pesar de que los comuneros ingresan ahora más dinero.

Las comunidades de montes están obligadas a comunicar sus reinversiones a la Xunta, deben además actualizar su junta directiva y su censo de comuneros. Sin embargo, según los datos de la Consellería de Medio Rural, solo cumplen con sus obligaciones legales el 46 por ciento de las mancomunidades.

Envejecimiento

Una tesis doctoral de la Universidad de Vigo que analiza “El capital intelectual como fuente de valor en la gestión de bienes comunales”, realizó una encuesta entre 362 comunidades de montes gallegas para conocer su funcionamiento y destapó así el elevado grado de envejecimiento de sus integrantes y su baja profesionalización.

La edad media de los miembros de los comuneros supera los 50 años en el 94 por ciento de las comunidades de montes, siendo la franja más común de edad la que comprende entre los 50 y los 70 años.

Eso sí, las juntas rectoras están compuestas por personas más jóvenes, así el 24 por ciento está integrada por comuneros de menos de 50 años.

Además, nueve de cada diez mancomunidades no tiene ningún empleado contratado. Y en más de la mitad de estas entidades, el nivel medio de estudio de los integrantes de sus juntas rectoras es medio y en el 40 por ciento de los casos es elemental.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents