En las aulas gallegas estudian como mínimo 9.600 niños con patologías crónicas que pueden descompensarse y poner en riesgo su vida. Esa es la cifra de estudiantes supervisados de cerca por sus docentes y por la Fundación Urxencias Sanitarias de Galicia-061 en el programa “Alerta Escolar”, una iniciativa desarrollada por la entidad adscrita al Sergas para coordinar a profesorado y a sus profesionales sanitarios para afrontar crisis provocadas sobre todo por alergias, epilepsias y diabetes.
En concreto, según datos facilitados por el 061, en la actualidad son un total de 9.587 los escolares inscritos en el programa, el doble que hace seis años, un incremento en el que tienen mucho que ver las alergias, la patología más repetida en los niños anotados, cuyos casos se han duplicado. Los chavales con este problema ascienden a 4.425 cuando en 2017 apenas superaban los 2.200. Ese salto de inscritos se produce en un contexto en el que especialistas alergólogos detectan una mayor incidencia del fenómeno.
Manuel Pereira Carnero, jefe de sala, médico coordinador del 061 y responsable de Alerta Escolar, concede que en la actualidad los niños tienen “más propensión” a alergias, lo que podría vincularse con una situación de hiperprotección respecto al medio externo. Con todo, avisa que se trata de una “especulación” y no de una explicación con base científica. A su juicio, en que cada vez sean más los anotados –aunque los menores de 16 años en Galicia vayan a menos–, tiene que ver un mayor conocimiento del programa. Además, en los últimos años se ha ampliado el abanico de patologías susceptibles de beneficiarse de la iniciativa –como asmáticos graves– y la horquilla de edades, con la apertura a guarderías.
Atención inmediata
El objetivo de “Alerta Escolar”, explica su responsable, es facilitar la “atención inmediata y lo más eficiente posible de aquellos niños escolarizados que padecen patologías crónicas y que pueden desarrollar en cualquier momento mientras están en la escuela una crisis o una exacerbación de las mismas”. Para ello, detalla, es preciso que estén “bien identificados” y que sus docentes “sepan la medicación que tienen que poner en caso de urgencia”.
Dadas las patologías más recurrentes en los inscritos, pueden darse crisis alérgicas (anafilaxia), sobre todo por alimentos –lo más frecuente, indica Pereira, son los frutos secos–, crisis epilépticas y crisis diabéticas –como hipoglucemias–.
Para formar parte del programa, desgrana, lo primero es que el niño disponga de un informe de pediatría con el diagnóstico y con recomendaciones de tratamiento por si se produce una de las crisis citadas. La familia debe dar el consentimiento y el centro tramitar el expediente y enviarlo a la Fundación 061, que lo estudia para comprobar si cumple los “requisitos necesarios” para inscribirse al programa. Porque no todas las patologías crónicas se vigilan, sino algunas “que pueden desencadenar crisis agudas potencialmente mortales”, indica la Xunta. De confirmar la inscripción, el centro custodia la medicación aportada por la familia y recetada por el pediatra.
Coordinación
En “Alerta Escolar” profesorado y 061 trabajan en coordinación. El docente debe ser capaz de reconocer la emergencia y de prestar una primera atención en tanto no llegan los refuerzos del 061. Si, por ejemplo, en una clase un niño empieza a convulsionar, el docente llamará al 061 y explicará sus síntomas y el profesional sanitario que lo atiende le indicará la dosis y el tratamiento que tiene el niño indicado porque lo tiene registrado y el profesor lo administrará porque ha aprendido cómo poner esa medicación que le indican. Mientras tanto, se están activando los recursos necesarios: va en camino una ambulancia con médico, cuenta Pereira.
Aunque son muchos los anotados, pocas veces se dan crisis que obliguen a activar el programa. “Puede haber dos o tres alertas por semana en temporada escolar”, calcula el médico, y “la mayoría de las veces”, dice, no revisten carácter grave.
“Alerta Escolar” es una iniciativa muy bien valorada por sus usuarios, apunta, pero recuerda que se trata de un programa “para quien realmente lo necesite”. Pone el caso de los niños asmáticos: en general son muchos, pero solo cuentan con 131 inscritos con esta patología, cuando el pediatra opina que “merecen un seguimiento más cercano”. Sin embargo, el 061 estudia si puede incorporar más patologías, como pacientes con trastornos cardíacos severos.