Las protestas ciudadanas y del personal sanitario por falta de recursos avivaron en los últimos meses los debates acerca de la gestión de la sanidad púbica en España. Con todo y a pesar del margen de mejora de los servicios, tanto en la comunidad gallega como en el conjunto estatal, lo cierto es que la mayoría de gallegos, concretamente ocho de cada diez, preferirían ser hospitalizados en un centro dependiente del Servizo Galego de Saúde (Sergas) que en uno de titularidad privada. Así lo reflejan los datos proporcionados en el informe anual correspondiente al año 2022 “La Atención Especializada en las Comunidades Autónomas”, realizado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).
Los gallegos confían más en el sistema público de salud que la mayoría de españoles. De media, solo el 69% de los ciudadanos del Estado elegirían estar ingresados en un centro público. Esto se traduce en casi diez puntos porcentuales menos que en la autonomía, pero lejos de las cifras de Aragón, a la cabeza, con una preferencia por la pública de nueve de cada diez de sus habitantes. A la cola de este ranking está Baleares, donde el 45% se decantarían por un centro privado en el caso de tener que permanecer en un hospital.
A pesar de la confianza que parecen depositar los gallegos en la sanidad pública, el informe advierte de la “preocupante” tendencia a la baja en el número de camas hospitalarias tanto en las instaladas, es decir, aquellas que constituyen la dotación del centro, aunque no estén en servicio, como en las que están en funcionamiento. En Galicia, el número de camas instaladas por cada 1.000 habitantes se sitúa en las 3,71, mientras que las que están en funcionamiento suponen el 3,31. Estos datos son notablemente mejores que los del conjunto estatal, donde existen menos de tres camas en funcionamiento por cada millar de ciudadanos. A nivel estatal, el 80,83% de las camas en funcionamiento en 2020, los últimos datos que se conocen, eran de titularidad pública, y el 19,17% privada.
Uno de los elementos clave para poder entender las valoraciones de la comunidad son los presupuestos, un aspecto que sirve para evaluar la voluntad política de las administraciones sobre un sector fundamental para el bienestar de la ciudadanía. Galicia dedicó en 2020, último año del que hay registros, un total de 1.153,88 euros por habitante en atención especializada, lo que supone un incremento del 29% en la última década.
El estudio muestra buenos resultados también para la comunidad gallega en lo que a inversión farmacéutica hospitalaria por habitante se refiere. De manera detallada, la autonomía dedica un total de 210,31 euros por ciudadano a esta finalidad, una cantidad que tan solo se encuentra por detrás de la que destinan Castilla y León y las Islas Baleares. La cifra gallega es diez euros superior que la media estatal.
El personal sanitario continúa siendo uno de los grandes temas pendientes en la sanidad gallega, según los datos del informe hecho por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. La autonomía se sitúa como la cuarta con una menor cantidad de personal por habitante. En concreto, la cantidad de trabajadores totales vinculados en atención especializada por cada 1.000 habitantes es de 13 profesionales, frente a los 21 con los que cuenta la Comunidad Foral de Navarra, a la cabeza en este ranking, o los 17 de la vecina Asturias.
En lo referido al personal médico, los servicios gallegos de salud cuentan con dos facultativos por cada millar de ciudadanos, una cifra igual a la media del Estado. Así, el número de personal de enfermería por cada mil personas asciende a cuatro. En este caso, vuelve a destacar de manera importante Navarra al presentar tres enfermeros más que Galicia por cada ciudadano.
Los gallegos eligen, además, como primera opción la sanidad pública para acudir a consultas de especialistas. De manera detallada, prefieren ser atendidos en el Sergas el 61,6% de los ciudadanos, lo que supone once puntos porcentuales más que hace una década.
A la hora de acudir a un especialista, más de la mitad de los españoles se decanta por la sanidad pública, el 56%, según datos del informe de la FADSP. Esto supone 8,5 puntos más que en el año 2010. No obstante, en el caso de la atención especializada en la pública, el momento álgido fue en 2019, en prepandemia, cuando era la opción preferida para el 59,4% de la población española. Pese a este optimismo, la demora para una consulta con un especialista aumenta de media el 36,5%, al pasar de 61 días a 83,2.