La segunda ola de calor que sufre Galicia en este mes de agosto dejó este martes máximas de hasta 42,9 grados en Vilamartín de Valdeorras (Ourense). Las playas y los ríos, o en su defecto las fuentes para refrescarse, se convirtieron en refugio de muchos gallegos para escapar de las tórridas temperaturas. Eran las 10.00 de la mañana y ya se habían superado los 30 grados en As Neves.
Y los termómetros todavía no dan tregua. La Xunta ha ampliado para este miércoles la alerta naranja por calor extremo a toda la provincia de Ourense, Lugo y al interior de A Coruña. Además, la zona de Valdeorras seguirá en nivel rojo.
La masa de aire africano disparó los termómetros registrándose la jornada más cálida del verano en muchos puntos de Galicia. El calor se dejó notar en toda la comunidad, aunque, como es habitual, Ourense se llevó la peor parte. Las temperaturas superaron incluso las previsiones iniciales.
El récord se batió en Vilamartín de Valdeorras con 42,9 grados. De hecho, se superaron todos los valores registrados en agosto del pasado año en todas las estaciones de Meteogalicia.
En el Larouco se llegó a los 41,9 grados y en el centro de la ciudad de Ourense a los 41,8. El concello de Leiro y Verín también estuvieron entre los registros más altos de la comunidad, con temperaturas por encima de los 40 grados.
La provincia de Pontevedra sufrió igualmente el calor extremo. En Vigo fue el día más caluroso del año, con 35,7 grados. No se batieron récords porque en 2022 los termómetros de la ciudad habían llegado a los 37,6 grados, pero sí se superaron los valores de 2021 y 2022.
El calor apretó ya desde las primeras horas del día. A las 10.00 en As Neves el mercurio se situaba ya en los 31,2 grados y en Fornelos de Montes a las nueve y media de la mañana había 29,8 grados.
La opción de muchos gallegos fue acudir a refrescarse a playas y ríos, pero también el agua estaba caliente. En la Ría de Vigo rozaba los 20 grados.
En la comarca de O Salnés, donde se llegó a los 40 grados, los arenales también se llenaron y al mismo tiempo las calles quedaron prácticamente vacías en las horas de más calor. En Pontevedra ciudadanos y turistas buscaron refugio en la sombra y aprovecharon las fuentes para refrescarse y protegerse así de temperaturas que alcanzaron los 37 grados y de “noches tropicales” con mínimas de casi 20 grados.
En el interior de la provincia de Pontevedra tampoco se libraron del calor asfixiante. En Lalín los termómetros marcaron 38 grados.
Más calor
La jornada del miércoles no será menos calurosa. La Xunta, a través de su comité permanente de coordinación en el marco de las actuaciones frente a los posibles efectos de las altas temperaturas sobre la salud, aumenta la alerta a nivel 2 (naranja) en el interior de A Coruña y en las provincias de Lugo y Ourense.
Además la comarca de Valdeorras, que incluye a los concellos de O Barco, Larouco, Petín, A Rúa, Rubiá y Vilamartín de Valdeorras seguirá en nivel rojo, que es la alerta máxima por calor. Por el contrario, las zonas del litoral de Pontevedra y A Coruña pasarán a nivel 1 de alerta, debido a la reducción de las temperaturas nocturnas.
Según la previsión meteorológica, este 23 de agosto seguirá siendo un día con máximas por encima de los 40 grados centígrados en la zona del Miño, en Ourense, y en Valdeorras. Además se superarán los 34 grados en gran parte de Galicia.
El jueves las temperaturas iniciarán un ligero descenso, sobre todo las máximas, de manera que solo se superarán los 36 grados en puntos de la provincia de Ourense.
Efectos sobre la salud
Tal y como alerta la Xunta, el calor extremo puede perjudicar a la salud. En todo caso, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, aseguró hoy que el verano está siendo por el momento “tranquilo en lo que respecta a la atención sanitaria”, sin “incrementos significativos de las patologías asociadas al calor”.
Sin embargo, el Instituto de Salud Carlos III cifró en 40 las muertes atribuibles a las altas temperaturas en Galicia el pasado mes de julio.
El titular de Sanidade hizo hincapié en la importancia de mantenerse hidratados y en evitar salir al exterior en “las horas de más calor”. “Las medidas de sentido común que todos los gallegos y gallegas aplican normalmente y que estos días hay que extremar”, sostuvo Comesaña, poniendo el foco sobre todo en que las cumplan “las personas mayores y la gente más joven”.
Pese a todo, recalcó que en Galicia, por el momento, “no hay un incremento significativo de las patologías asociadas al calor”, esgrimiendo que, por la situación geográfica gallega, las olas de calor hasta el momento “sólo afectaron tangencialmente”, aunque la de esta semana “parece que va a afectar más directamente”. Por eso, ha recordado “ese llamamiento a la prudencia”.