Los cazadores se quedan sin relevo

Las licencias se desploman un año más | La Federación Galega de Caza estima que por cada cinco bajas se produce un alta | Las tarjetas de mayores de 65 años son un tercio

Cazadores con perros.  | // BERNABÉ / CRIS M. V.

Cazadores con perros. | // BERNABÉ / CRIS M. V. / C. Villar

Carmen Villar

Carmen Villar

Cada vez es menos inusual la imagen de jabalíes correteando por un entorno urbano y los siniestros de tráfico con presencia de animales en la calzada se incrementan, a veces con consecuencias fatales en vidas humanas, como ocurría hace una semana en Galicia. Mientras, los que van desapareciendo de la fotografía son los cazadores. Las licencias de caza están en el mínimo y desde que la comunidad estrenó el nuevo milenio, las tarjetas han descendido a la mitad. Además, quienes todavía se resisten a colgar la escopeta no son ajenos a la deriva demográfica que experimenta la comunidad y en más de una tercera parte de los casos ya han soplado como poco 65 velas.

Los cazadores van a menos y esa falta de relevo puede constatarse al examinar las altas y las bajas. En la memoria correspondiente a 2022, la Federación Galega de Caza –tres de cada cinco cazadores gallegos están federados– ya ha realizado ese análisis y su conclusión es que “la incorporación de nuevos cazadores a la actividad es irrelevante al compararla con el número de aquellos que dejan de cazar”.

Justifican la afirmación con números: a lo largo del pasado año, indican, las licencias de cazadores gallegos se redujeron en 1.192, mientras que quienes se iniciaron a la actividad fueron 250, teniendo en cuenta, señalan, los datos procedentes de los resultados del examen de cazador, un requisito previo que hay que superar para obtener por primera vez el permiso de la Administración autonómica. Aunque esas 250 altas se quedan muy lejos de la posibilidad de cubrir las bajas, que son casi cinco veces más, supone un repunte con respecto a los aprobados en 2021 –cuando habían sido 229–.

Un "problema" no limitado a Galicia

Los datos que recoge la Federación Galega de Caza (FGC), que recopila esas estadísticas para referirse a la “necesidad” de relevo generacional, un “problema” que, afirman, no se limita a Galicia, sino al conjunto de la caza en España, muestran cómo desde 1990 a la actualidad el censo de cazadores gallegos perdió 73.814 integrantes. En aquel momento, más de 108.500 gallegos disponían de la licencia administrativa para actividades cinegéticas, mientras hoy en día apenas superan los 34.700. En total, con las cifras que maneja la Consellería de Medio Ambiente, las tarjetas suman alrededor de 35.500, pero en ese dato se incluyen también los permisos obtenidos por ciudadanos extranjeros y las licencias de carácter interautonómico, que permiten a su titular practicar la caza en varias autonomías con un solo documento.

Conforme al análisis de la FGC, y con contadísimas excepciones, el número de licencias ha ido disminuyendo en las tres últimas décadas. Lo que va creciendo en general dentro de esos permisos, aunque no en el caso de 2022, cuando se restaron cien, son las licencias de clase A2, las destinadas a menores de 18 años y a mayores de 65. Dado que los primeros no suelen llegar al centenar –en 2021 eran 91, con datos de la Consellería de Medio Ambiente–, el grueso refleja el envejecimiento del colectivo. Un tercio de todas las tarjetas son ya de este tipo y la FGC añade que más de una cuarta parte de sus federados (el 26%) son mayores de 65 años frente a un 8% de menores de 31 años.

Tendencia a la baja, también para el futuro

Conforme a los datos difundidos por la Xunta, durante el último año Galicia recortó 1.446 licencias, 14.000 en una década y el doble desde 2002. “Todos los datos”, recoge la FGC, apuntan a que la tendencia a la baja “se va a mantener en los próximos años si no se fomenta el relevo generacional poniendo en valor la actividad cinegética”, que consideran “uno de los principales pilares de la economía del rural”.

Representantes de la Federación Galega de Caza suelen aludir como razones del desplome del número de cazadores no solo a la falta de relevo generacional porque los jóvenes puedan tener otros intereses o prioridades, como indicaba, por ejemplo, Francisco Couselo, presidente de la Federación de Caza de Pontevedra, sino también al abandono del rural. Pese al descenso de efectivos, y conforme a su memoria, entre la temporada 2011-12 y la actual se cazaron en Galicia más de 232.000 animales de caza mayor y ocho de cada diez fueron jabalíes.

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1 Casi 1.500 licencias menos en 2022

Las estadísticas de la Xunta elevan las licencias de caza en Galicia en 2022 a 35.561, casi 1.500 menos que durante el año precedente y la mitad menos que en el año 2000.

2 250 aprobados que obtienen el permiso

Según la memoria de la Federación Galega de Caza, el pasado año se incorporaron a la actividad un total de 250 personas y las bajas fueron casi cinco veces más.

3 Un tercio de tarjetas para 65 o más años

Las tarjetas para menores de 18 años y mayores de 65 son un tercio y la gran mayoría pertenecen al segundo colectivo. En 2021 no llegaban al centenar los menores.

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