Los gallegos con enfermedades crónicas se disparan más de un 60% en una década

Más de la mitad de los mayores sufren dos o más dolencias que requieren cuidados continuos

Un paciente sometiéndose a hemodiálisis.

Un paciente sometiéndose a hemodiálisis. / ANGEL GONZALEZ

Paula Pérez

Paula Pérez

El progresivo envejecimiento poblacional está disparando los pacientes con enfermedades crónicas, lo cual supone un desafío tanto para el sistema sanitario como para los servicios sociales, además del impacto económico que acarrea. En Galicia las personas con algún problema de salud crónico han crecido un 60 por ciento en la última década, de manera que casi el 45 por ciento de la población gallega (más de 1,2 millones de ciudadanos) sufre alguna patología incurable y por la que necesitará cuidados permanentes. Pero la situación se agrava en el caso de aquellos enfermos con más de una dolencia de estas características –situación en la que se encuentran 623.800 pacientes– así como en las personas mayores.

Según las bases de datos del Ministerio de Sanidad, la mayor parte de crónicos en Galicia superan los 65 años: suman 560.000. Esto implica que ocho de cada diez jubilados gallegos necesita cuidados médicos de por vida. Pero además con la edad es más probable que se sufra más de una dolencia crónica. Así, el 56 por ciento de los mayores tiene dos o más enfermedades incurables (son 392.600). El caso extremo es el de 6.500 ancianos que tienen ocho o más problemas de salud.

La complejidad en la atención a estos pacientes es elevada. Necesitan un seguimiento continuo para evitar que sus patologías se agraven y esa vigilancia debe hacerse desde Atención Primaria, un servicio que sufre una importante carga de trabajo acentuada por la falta de médicos.

Además si tienen más de un problema de salud crónico son polimedicados y aumentan los riesgos de interacciones entre los fármacos o se pierde eficacia de los tratamientos por errores en las tomas.

Seguimiento

Durante la pandemia, con las restricciones en el acceso a los centros de salud, muchos crónicos dejaron de ir a consulta y de hacerse pruebas médicas. Los expertos coinciden en que esta situación acarreó el empeoramiento de muchos de ellos. La Consellería de Sanidade anunció que este año citaría a 75.000 pacientes que llevaban más de medio año sin ir al médico para revisar su estado de salud.

Pero el aumento de la cronicidad no solo pone en jaque a los sistemas sanitarios. Muchos de estos pacientes son mayores y necesitan cuidados diarios. Si falla la red de apoyo familiar los servicios sociales deben dar una respuesta. Y, por último, está el elevado coste económico que implica tener un elevado porcentaje de población con enfermedades crónicas.

Galicia es la séptima comunidad del Estado con más enfermos con este tipo de patologías en relación a su población. Solo la superan Asturias, Canarias, Cantabria, Comunidad Valenciana, Madrid y Murcia.

"El impacto es terrible. Sobrecarga los servicios"

Antonio Pose

— Director de la Cátedra de Cronicidad de la Universidad de Santiago de Compostela

Imagen Antonio Pose 04 scaled

Imagen Antonio Pose 04 scaled / FdV

–¿Por qué aumentan los crónicos?

–Influye el envejecimiento, pero también que cada vez vivimos más y las enfermedades agudas tienen menos mortalidad. Algunas se curan y otras dejan secuelas o se transforman en enfermedades crónicas.

–¿Qué impacto tiene el aumento de la cronicidad? 

–Terrible, brutal. Las enfermedades crónicas ligadas a la edad tienen muchas implicaciones no solo sanitarias, sino también sociales, familiares y económicas. Sobrecarga los sistemas porque hay que atenderlos periódicamente y además aumentan los crónicos complejos, que son aquellos que son muy demandantes y muy reingresadores. También influye el deterioro cognitivo. Cada vez vemos más mayores de 90 o 100 años y el 30 por ciento tiene algún grado de demencia.

–¿Se ha medido su impacto económico?

–En España no mucho. Pero tiene impacto económico porque las medicinas son caras. Y además ahora un paciente, tenga la edad que tenga, por ejemplo, se mete en un programa de diálisis si tiene una buena calidad de vida. Antes eso era inconcebible.

–¿En Galicia se está dando una buena atención a los crónicos?

–Aquí se desarrolló antes de la pandemia un plan estratégico de atención al crónico pero quedó en nada. Parece que va a haber un plan piloto en A Estrada en octubre. Así que se empiezan a hacer cosas pero, de momento, no hay mucho.

–¿Hay relación entre las enfermedades crónicas y el nivel de renta? 

–Sí. Las personas que tienen una renta más baja tienen unas condiciones higiénico-sanitarias más deficitarias y eso se relaciona más con enfermedades crónicas y agudas. Por ejemplo, la obesidad, es mayor en niveles sociales más bajos.

–¿Qué es lo prioritario en la atención a enfermos crónicos?

–La Atención Primaria es fundamental. Se debe hacer una atención continuada. Se debe apostar por tener monitorizados a los pacientes. Hay que evitar que ingresen en el hospital, porque además, con la edad, los mayores padecen un delirium, una desconexión con el mundo, al ser hospitalizados.

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